No era más que un cachorro asustado, dejándose llevar por el brazo con Barbara mientras sus ojos paseaban hacia todos los lugares existentes. Por supuesto, la doncella no conocía la situación en la cual Lysa y Stannis estaban y sentía que debía decirlo y a la vez, callarlo.
—Debí pero no…—empezó a decir, como buscando excusarse. No ¿qué? ¿Quería? ¿No nos hablamos desde hace días? Literalmente no sabía a qué hora debía entrar porque no se molestó en decírmelo y yo no me molesté en preguntarle? Fueron muchas las cosas que quería comentar pero sabía que ninguna era válida no correcta en ese momento. Cometió un error y éste realmente sí era de ella y no de Stannis. —No lo encontré…—
Esbozó una rara sonrisa tímida y avergonzada mientras Barbara le mirada de manera extraña y se perdía, quizás, haciendo lo que ella le había dicho. Al sentirse libre, Lysa volvió sobre sus pasos en medio del salón que había atravesado sin ser esa su voluntad pero entonces, todo se detuvo. La visión que se formó ante sus ojos era tan terrible como lo había sido en sus sueños más de una vez. La voz costrosa de Aerys Targaryen llegó a sus oídos como un gruñido vago que le retorció el estómago y, tal como había pasado con Viserys Targaryen, la mujer de cabellos rojos bajó la cabeza, rogando a los dioses que la hiciesen invisible en ese momento.
No era por humildad, realmente. Lysa sentía cierto goce en llamar la atención y destacar pero, en ese momento y ese lugar, todo gritaba “Alerta”. Un solo movimiento en falso y caería de cuerpo completo en las fauces de los dragones que la volverían cenizas sin pensarlo dos veces. Pero entonces, una voz de hombre invadió el salón y aclaró con firmeza que no habían sido bien recibidos. Los leones Lannister. Para sus adentros, la mujer de cabellera carmesí se apretó los dedos y buscó decir sin ser escuchada a ese hombre que se detuviese. No lo conocía y aun así, su accionar le hizo temblar. No estaba lista para ver sangre. La había imaginado; imaginó lo que le había sucedido a su padre y cómo quizás él se opuso de igual manera al Rey y por eso todo pasó.
—Cálmate, Lysa, no fue directo. Padre no vio al rey. Padre murió antes, con Catelyn…en el Norte. No, las tropas no entraron al Norte. Catelyn murió en…— su mente era una nube y todo lo que sucedía era igual de nebuloso y le daba nauseas. La última mirada que le dirigió a Petyr al verlo, sentado y hablando con alguien extraño que ella desconocía fue de súplica. Sus ojos se habían teñido de nuevo mientras temblaba y entonces, iba a cometer el acto más tonto de su vida. Sus pasos le llevarían a él y pediría que se fuesen. A dónde, no importaba pero que se fuesen antes de que ese hombre muriese por los Targaryen. Antes de que todos lo hiciesen.
Pero entonces una voz suave le detuvo y provocó que se sobresaltase. Detuvo sus pasos, se clavó en el suelo y volvió los ojos para ver a Syreo, la mano derecha de su esposo. ¿El hombre de otra deidad había escuchado sus pensamientos? Fue extraño. Era el instante en el cual se sintió más vigilada que nunca, y a la vez, más ignorada. Los Dioses eran sabios. Si ella corría a Petyr lograría que lo matasen a él como mataron a su propia familia. ¿Es eso lo que entregas, Lysa Tully? ¿Muerte a todo lo que tocas?
Asintió sin sonreír y bajó la cabeza nuevamente. — Sí, Ser — susurró y caminó en silencio hasta la mesa de su esposo.
Al llegar, sus ojos estaban completamente apagados, viajando por mundos que nadie reconocería. El rey se movía frente a ellos pero Lysa buscaba incansablemente no verle y por eso su mirada estaba puesta en la mesa ante ella. Al ver a Stannis, asintió con respeto, sin verle a los ojos. —Mi Lord…—respondió con cautela, notando sus ropas y algunos adornos que éstas portaban. ¿Qué podía decirle a Stannis que sonase a un halago? Nada. El silencio era lo más sincero que saldría de sus labios mientras veía, de reojo, aquello que sucedía en medio del salón y ella no comprendía. En medio de su propio infierno, Lysa desconocía que a Bárbara Estermont, con quien se encontró momentos antes, le esperaba uno peor.
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1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
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1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Recuerdo del primer mensaje :
La Fortaleza Roja volvía a vestirse de gala con motivo de celebración. Volvía, tras meses de guerra, rebeliones y muertes, muchas muertes. Y cambios, sobre todo. Porque las siete puertas de Desembarco del Rey se habían abierto a la nobleza ponienti una vez más, tras meses, y largas comitivas habían desfilado por toda la ciudad en dirección a la Alta Colina de Aegon, como antaño; y a su vez, diferente. La celebración del decimosexto día del nombre del Príncipe Viserys llamaba a ser a priori algo alegre, pero en contraste reinaba un clima enrarecido. Lobos, truchas, halcones. Faltaban muchos.
La hospitalidad del Rey Aerys abrazó a todos los invitados, incluso a los más tempraneros, llegados días antes a aquella decimoquinta jornada de la séptima luna. El Salón del Trono sin trono, para invitar a un mayor aprovechamiento del espacio, había sido ornamentado para la ocasión. Dragones tricéfalos rojos sobre negro en decenas de estandartes decoraban las paredes, y los colores de la Casa Targaryen, gules y sable, coloreaban superficies y detalles. Se habían dispuesto sillas y mesas, repletas de víveres más que suficientes para todos los presentes, y los mayordomos, con sus bandejas repletas de bebidas, estaban ya preparados en vísperas del comienzo de la celebración. Al final de una de las mesas, céntrica, se guardaba sitio para la familia real y en especial para uno, el sexto hijo de Aerys Targaryen, único varón vivo.
Cuando el sol comenzó a caer, las puertas del salón se abrieron. Los invitados comenzaron a entrar, de uno en uno, parejas o en grupo, el Salón del Trono no tardó en estar lleno. Tampoco tardaron en llegar el Príncipe Viserys y el resto de la familia real, incluso el Rey. Aerys Targaryen destacaba por su carencia en cordura en diversas circunstancias, pero no era idiota. Había apostado soldados por toda la sala; también en los exteriores, por toda la fortaleza. Era precavido. Los bardos se atrevieron con las primeras canciones, con tal de amenizar la velada. La fiesta había comenzado.
Vientos primaverales
La Fortaleza Roja volvía a vestirse de gala con motivo de celebración. Volvía, tras meses de guerra, rebeliones y muertes, muchas muertes. Y cambios, sobre todo. Porque las siete puertas de Desembarco del Rey se habían abierto a la nobleza ponienti una vez más, tras meses, y largas comitivas habían desfilado por toda la ciudad en dirección a la Alta Colina de Aegon, como antaño; y a su vez, diferente. La celebración del decimosexto día del nombre del Príncipe Viserys llamaba a ser a priori algo alegre, pero en contraste reinaba un clima enrarecido. Lobos, truchas, halcones. Faltaban muchos.
La hospitalidad del Rey Aerys abrazó a todos los invitados, incluso a los más tempraneros, llegados días antes a aquella decimoquinta jornada de la séptima luna. El Salón del Trono sin trono, para invitar a un mayor aprovechamiento del espacio, había sido ornamentado para la ocasión. Dragones tricéfalos rojos sobre negro en decenas de estandartes decoraban las paredes, y los colores de la Casa Targaryen, gules y sable, coloreaban superficies y detalles. Se habían dispuesto sillas y mesas, repletas de víveres más que suficientes para todos los presentes, y los mayordomos, con sus bandejas repletas de bebidas, estaban ya preparados en vísperas del comienzo de la celebración. Al final de una de las mesas, céntrica, se guardaba sitio para la familia real y en especial para uno, el sexto hijo de Aerys Targaryen, único varón vivo.
Cuando el sol comenzó a caer, las puertas del salón se abrieron. Los invitados comenzaron a entrar, de uno en uno, parejas o en grupo, el Salón del Trono no tardó en estar lleno. Tampoco tardaron en llegar el Príncipe Viserys y el resto de la familia real, incluso el Rey. Aerys Targaryen destacaba por su carencia en cordura en diversas circunstancias, pero no era idiota. Había apostado soldados por toda la sala; también en los exteriores, por toda la fortaleza. Era precavido. Los bardos se atrevieron con las primeras canciones, con tal de amenizar la velada. La fiesta había comenzado.
Importante
- Regla básica:
- Nos reservamos el derecho de incidir sobre el destino de alguno/s de los personajes implicados en esta trama, si las circunstancias se dan. Recordamos que Leyenda de Hielo y Fuego es un foro de rol bélico y conspirativo, y aunque no exista riesgo de muerte, quedan avisados. Y ante todo, disfruten de la fiesta.
Madre Rhoyne
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Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Cage of the kings
no need for wings
no need for wings
Interacción con Barbara, luego Syreo y ultimo, Stannis.
Mención y cuasi interacción con Petyr
Mención a los Lannister
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interacción con Slava.
Nombro a... Cersei, Garth, Slava, Erik, Robert, Stannis, Lysa, Viserys, Aerys, Diana, Priscilla.
La bella Luz del Faro llegó a tiempo para ver cómo la Luz de Occidente se marchaba del salón… una luz que poco a poco se iría extinguiendo -o mejor dicho drenando por sus propias tripas-, si es que los comentarios con respecto de la plaga y sus efectos eran ciertos. No sabía si en efecto la Lannister se había contagiado o no pero, dada la fuerza de la plaga, decidió mejor guardar una prudente distancia y se hizo a un lado disimuladamente para dejarla pasar… (tan lejos como pudiera para no compartir ni siquiera el aire que saliera de ella).
Había revisado su peinado y su ropa al menos unas veinte veces a fin de asegurarse de que su aspecto fuera no menos que perfecto. Ahora, con porte regio y una pequeña caja entre las manos avanzaba sin poder evitar una sonrisa, una angelical sonrisa que en su interior no era sino la sombra de la burla por el destino que los Dioses le habían dado a Occidente.
‘Tanto que Tywin largaba oro cuando iba al baño y al final acabó defecándose la vida’, pensó maliciosamente y retomó su camino por el corredor.
Contempló el interior del lugar, aquel al que hacía tiempo no entraba… ¿Cuánto habían pasado? ¿Dos años? ¿Quizás un poco más? Y aunque en su momento había significado una enorme desventura haber tenido que alejarse de los Príncipes, la feliz noticia de la muerte de su medio hermano había restado tristeza a su necesidad de volver al hogar paterno y esa idea la llevó inmediatamente a buscar a su primo entre la gente… pero no lo vio. ¿Dónde estaría Garth? ¿Por qué estaba la Serpiente de su esposa sola en la sala?
Cruzó las puertas y miró a todos lados sin acabar de comprender completamente la escena: un Lannister (podía apostar un riñón que en efecto lo era) caminaba borracho (o más loco que el propio Rey Loco) hacía la boca del Dragón mientras que el resto trataba de volverse invisible a la escena… porque ¿de qué otra forma podría haberse interpretado el deseo de todos de espiar lo que pasaba y al mismo tiempo desaparecer?
Inmediatamente después vio a Viserys pararse de donde estaba y ‘acercarse’ prudentemente al León. Por las señas que realizaban cualquiera hubiese pensado que la mesa más lejana, apartada, sucia y desprolija del salón que había visto era la que les habían dado, y no fue sino una sorpresa cuando se dio cuenta que en efecto ¡lo era! ‘No sólo la Luz de Occidente se apaga...’, pensó, y sonrió nuevamente. El reinado de los Leones parecía estar a punto para llegar a su fin y ni siquiera tendrían que hacer nada para ello. Justamente: no tenían que hacer nada.
Siguió recorriendo con la mirada a los asistentes y reconoció entre el gentío a su prometido y el hermano de éste. Una vez más la pregunta de rigor pareció asaltarle: ¿por qué no estaba con su esposa Ser Stannis? Quizás la ex Tully tendría la cabeza metida en algún pozo temiendo que el Dragón deparase para ella el mismo destino que para el resto de su familia.
Y aunque hubiese quien pensara que podría decirse lo mismo de ella, Antigua había sido neutral en la guerra que se había montado poco tiempo atrás y el nombre de los Hightower se había mantenido limpio a pesar de la caída de los Tyrell… una caída que llegado el momento ya se encargaría de resolver.
Comenzó a andar nuevamente, esta vez dirigiéndose hacia Slava, más por prudencia y decoro que porque le interesara hablar con la esposa de su primo, y sus pasos se frenaron cuando escuchó al Rey casi gritarle a Viserys, alzarse y acabar su discurso con un brindis. Contempló a Viserys tanto como la distancia y la gente interpuesta en el camino se lo permitía. ¿Habría cambiado en el tiempo que hacía que no lo veía? Sí… se veía más alto, y quizás más maduro, pero el cambio principal era algo en su mirada…
No obstante sus reflexiones para con el joven Dragón no pudo dejar de notar la presencia de la titiritera blanca de la mano del Rey que consiguió llevarlo hacia la pista, y eso inmediatamente la hizo buscar con los ojos a la otra marioneta. ‘Ahí estás’, se dijo, cuando la vio a pocos pasos por detrás de Viserys contemplándolo con sus ojos de cordero degollado.
Continuó avanzando hasta llegar a Slava, aún con la pequeña caja en las manos. -Prima -saludó y sonrió dulcemente aunque pensaba que el epíteto le quedaba grande para la dorniense, sin embargo mostrar abiertamente su desprecio para con aquella que compartía origen con la víbora que le había robado de las manos a Rhaegar no sería una buena estrategia.- Pensé que había llegado tarde… aunque ahora no sé si llego tarde o si he llegado justo a tiempo para cuando el guiso ha comenzado a calentarse… -le dijo en un susurro.
- Spoiler:
- Posteo con autorización de Antiguos porque hasta acá nadie me usó como pnj. Disculpen que me quedó re largo el post.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interacción: Priscila Belmore
Mención: Erik Lannister, Diana Belmore, Aerys Targaryen, Barbara Estermont, Lynesse Hightower.
La reacción que el Rey había tenido, no le resultaba sorprendente a Viserys. Aerys se había ofendido con su intervención, ¿cómo no? Y lo había mandado callar.
El príncipe apretó muy ligeramente los dientes, tensando su mandíbula, prácticamente. No le gustaba para nada aquella actitud pero, nuevamente, venía de su padre. Y él no era tan estúpido como Rhaegar para desafiarlo abiertamente. Sabía que allí todos, en mayor o menor medida debían bailar al son que tocara el rey.
Pero las cosas con Erik se tranquilizaron cuando Diana Belmore interrumpió, convenciendo a su progenitor de que no actuara de ninguna otra manera. Viserys soltó un suspiro aliviado. Al menos la Viuda Blanca había convencido a su padre de que no hiciese ninguna locura contra los Lannister. Y esperaba por lo menos que, a ojos de Occidente, su intento de intervención hubiese sido bien apreciado... Al menos quedaba en la consciencia de los demás que el Rey tenía un hijo que podía llegar a diferir bastante de él en sus métodos... Y fue perfecto que Diana interviniese cuando lo hizo. Así por lo menos no iba a haber mucho tiempo para que los demás digirieran las cosas, puesto que la dama decidió que era hora de iniciar el baile, abriéndolo con el rey.
Pero Viserys estaba lo suficientemente cerca de su padre como para escuchar como éste ordenaba a un capa blanca que le informara a lady Estermont que fuese a los aposentos reales... ¿Lady Estermont? Sabía lo que eso significaba. Y por un lado le gustaba la idea: los tormenteños se habían burlado continuamente de los Targaryen, primero Caron con su atrevida coronación de Priscila, luego Stannis y el maldito libro, eso podría ser un buen escarmiento... Pero por el otro lado, sentía una intensa pena por la chica. Ella, Barbara, no había hecho nada malo al respecto. No se lo merecía... aunque entendía a su padre. Lady Barbara probablemente fuese una de las jóvenes más hermosas entre las presentes. Tendría que hablar con ella, luego de lo sucedido... Si es que quedaba algo de lady Barbara a lo cual hablar.
Volvió a dirigir la mirada por el salón... y el corazón le dio un vuelco cuando se encontró con Lynesse Hightower. La preciosa mujer que había sabido ser dama de compañía de la Reina Rhaella por varios años. Aquella con la que había pasado tanto tiempo, a la cual le había arrebatado su primer beso, lo recordaba de una impresionante manera vívida... Viserys desvió la mirada de sus ojos lilas, posándola precisamente donde debía posarla, en su prometida, Priscila Belmore.
Ahora que la música comenzaba a sonar y las parejas a bailar, le dedicó una sonrisa muy suave a la muchacha del Valle para después susurrarle:
- Vos me debéis un baile, milady. - extendió una mano, tomando la de ella y se puso de pie junto a la muchacha. - Espero que no os sea mucha molestia acompañarme en esta primera pieza...
Mención: Erik Lannister, Diana Belmore, Aerys Targaryen, Barbara Estermont, Lynesse Hightower.
La reacción que el Rey había tenido, no le resultaba sorprendente a Viserys. Aerys se había ofendido con su intervención, ¿cómo no? Y lo había mandado callar.
El príncipe apretó muy ligeramente los dientes, tensando su mandíbula, prácticamente. No le gustaba para nada aquella actitud pero, nuevamente, venía de su padre. Y él no era tan estúpido como Rhaegar para desafiarlo abiertamente. Sabía que allí todos, en mayor o menor medida debían bailar al son que tocara el rey.
Pero las cosas con Erik se tranquilizaron cuando Diana Belmore interrumpió, convenciendo a su progenitor de que no actuara de ninguna otra manera. Viserys soltó un suspiro aliviado. Al menos la Viuda Blanca había convencido a su padre de que no hiciese ninguna locura contra los Lannister. Y esperaba por lo menos que, a ojos de Occidente, su intento de intervención hubiese sido bien apreciado... Al menos quedaba en la consciencia de los demás que el Rey tenía un hijo que podía llegar a diferir bastante de él en sus métodos... Y fue perfecto que Diana interviniese cuando lo hizo. Así por lo menos no iba a haber mucho tiempo para que los demás digirieran las cosas, puesto que la dama decidió que era hora de iniciar el baile, abriéndolo con el rey.
Pero Viserys estaba lo suficientemente cerca de su padre como para escuchar como éste ordenaba a un capa blanca que le informara a lady Estermont que fuese a los aposentos reales... ¿Lady Estermont? Sabía lo que eso significaba. Y por un lado le gustaba la idea: los tormenteños se habían burlado continuamente de los Targaryen, primero Caron con su atrevida coronación de Priscila, luego Stannis y el maldito libro, eso podría ser un buen escarmiento... Pero por el otro lado, sentía una intensa pena por la chica. Ella, Barbara, no había hecho nada malo al respecto. No se lo merecía... aunque entendía a su padre. Lady Barbara probablemente fuese una de las jóvenes más hermosas entre las presentes. Tendría que hablar con ella, luego de lo sucedido... Si es que quedaba algo de lady Barbara a lo cual hablar.
Volvió a dirigir la mirada por el salón... y el corazón le dio un vuelco cuando se encontró con Lynesse Hightower. La preciosa mujer que había sabido ser dama de compañía de la Reina Rhaella por varios años. Aquella con la que había pasado tanto tiempo, a la cual le había arrebatado su primer beso, lo recordaba de una impresionante manera vívida... Viserys desvió la mirada de sus ojos lilas, posándola precisamente donde debía posarla, en su prometida, Priscila Belmore.
Ahora que la música comenzaba a sonar y las parejas a bailar, le dedicó una sonrisa muy suave a la muchacha del Valle para después susurrarle:
- Vos me debéis un baile, milady. - extendió una mano, tomando la de ella y se puso de pie junto a la muchacha. - Espero que no os sea mucha molestia acompañarme en esta primera pieza...
Viserys Targaryen
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Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Shadow
-Sí, lo entiendo- Musitó respecto a lo extraño que era estar en la Fortaleza Roja sin que Elia estuviera presente, después de todo, era la mayor razón por la que cualquier dorniense viajaba hacia el Norte. Ashara huyó tan pronto como Slava le habló, lo que le sentó fatal pero no se notó en su rostro. Por el contrario, elevó brevemente el mentón. Garth agradeció las felicidades por Gabranth mientras Slava pasaba la mirada hacia el príncipe Viserys, quien era el celebrado. Decidió que no tenía ganas de ver a ningún dragón al rostro y asumió que el desprecio sería el mismo. A diferencia de Ashara, ella no quería fingir.
La Señora de Antigua bajó un poco el rostro para mirar a Garth cuando dijo que todo empezaba a ponerse interesante. Slava tenía una opresión en el pecho de la cual no lograba liberarse y sus ojos se posaban en la misma zona que Garth, reconoció a la Viuda Blanca, haciendo gala de su riqueza y su posición. También a sus hijos y se dio cuenta de que todos los que le rodeaban eran de ascendencia valyria, excepto Lord Alester. Alguna vez había escuchado que se rumoreaba que los primogénitos no eran hijos de Lord Belmore. Pero ¿Bajo qué prueba? ¿Sus rasgos valyrios siendo su madre de la pura sagre del antiguo feudo? No, se necesitaban más pruebas. Aún así, su relación actual con el Rey decía mucho.
-Lo odio...No, no me siento bien- Respondió Slava, siempre sincera, mientras buscaba una copa de vino que llenó y vació rápidamente. No había pensado lo difícil que sería para ella estar en el lugar en el que falleció Elia, bajo el mismo techo y con la familia que la había condenado. Volvió a servirse cuando Garth le habló nuevamente. Del tipo que le hablaba a Garth, tomó otra copa de vino y la vació, volviendo a ponerla sobre la bandeja. No podía dejar de mirar a la Alta Nobleza de Poniente con la sangre hirviéndole en las venas. -De acuerdo- Le dijo mientras leía el papel que tenía en las manos, frunciendo suavemente el ceño al no comprender quien era ese Rob Flores. Sin embargo, la actitud de su esposo sólo la puso en alerta y se alejó entre la multitud buscando una hoguera para lanzar allí el pergamino y observar como éste se deshacía en el fuego.
Tras ello volvió al meollo escuchando el escándalo de Erik Lannister y sonriendo de lado. Al menos uno tenía los soberanos huevos de hacer algo. Era refrescante. Pero fue callado de inmediato y entonces, sólo entonces, Slava vio el poder de Diana sobre Aerys. Había sido un simple roce el que había realizado y unas palabras los que controlaron un probable acto de pirómanos. Slava tomó de algún lado otra copa de vino y escuchó una voz familiar, que atraía más atención de la que Slava quería por su profunda belleza -Lynesse- Saludó mientras escuchaba lo que decía y Slava alzó un hombro -Garth acaba de irse y se perdió el espectáculo de Erik, ha sido lo más divertido...Y mis crecientes ansias de…- Apretó los dedos alrededor de la copa.
Durante muchísimo tiempo había tenido diferencias con Lynesse porque simplemente eran mujeres diferentes. Ambas trabajaban en las sombras pero con sistemas distintos pero que seguían otorgándole poder. Después de un tiempo de vivir bajo el mismo techo ambas habían caído en que trabajaban para el mismo objetivo y se quitaron varias máscaras. Al menos para Slava, Lynesse no era la dama ingenua y cuya belleza era su única arma. Era una mujer digna. El respeto aún le costaba ganárselo pero porque sólo había tres personas en el mundo que tenían el respeto de Slava. Respiró profundamente, un efecto dramático que seguramente Lynesse ya conocía, porque la había hacerlo en numerosas ocasiones para controlar sus impulsos y sus dagas. Giró su vista hacia ella -¿Quereis que os acompañe a saludar a vuestro prometido? Me sacaría del letargo-
La Señora de Antigua bajó un poco el rostro para mirar a Garth cuando dijo que todo empezaba a ponerse interesante. Slava tenía una opresión en el pecho de la cual no lograba liberarse y sus ojos se posaban en la misma zona que Garth, reconoció a la Viuda Blanca, haciendo gala de su riqueza y su posición. También a sus hijos y se dio cuenta de que todos los que le rodeaban eran de ascendencia valyria, excepto Lord Alester. Alguna vez había escuchado que se rumoreaba que los primogénitos no eran hijos de Lord Belmore. Pero ¿Bajo qué prueba? ¿Sus rasgos valyrios siendo su madre de la pura sagre del antiguo feudo? No, se necesitaban más pruebas. Aún así, su relación actual con el Rey decía mucho.
-Lo odio...No, no me siento bien- Respondió Slava, siempre sincera, mientras buscaba una copa de vino que llenó y vació rápidamente. No había pensado lo difícil que sería para ella estar en el lugar en el que falleció Elia, bajo el mismo techo y con la familia que la había condenado. Volvió a servirse cuando Garth le habló nuevamente. Del tipo que le hablaba a Garth, tomó otra copa de vino y la vació, volviendo a ponerla sobre la bandeja. No podía dejar de mirar a la Alta Nobleza de Poniente con la sangre hirviéndole en las venas. -De acuerdo- Le dijo mientras leía el papel que tenía en las manos, frunciendo suavemente el ceño al no comprender quien era ese Rob Flores. Sin embargo, la actitud de su esposo sólo la puso en alerta y se alejó entre la multitud buscando una hoguera para lanzar allí el pergamino y observar como éste se deshacía en el fuego.
Tras ello volvió al meollo escuchando el escándalo de Erik Lannister y sonriendo de lado. Al menos uno tenía los soberanos huevos de hacer algo. Era refrescante. Pero fue callado de inmediato y entonces, sólo entonces, Slava vio el poder de Diana sobre Aerys. Había sido un simple roce el que había realizado y unas palabras los que controlaron un probable acto de pirómanos. Slava tomó de algún lado otra copa de vino y escuchó una voz familiar, que atraía más atención de la que Slava quería por su profunda belleza -Lynesse- Saludó mientras escuchaba lo que decía y Slava alzó un hombro -Garth acaba de irse y se perdió el espectáculo de Erik, ha sido lo más divertido...Y mis crecientes ansias de…- Apretó los dedos alrededor de la copa.
Durante muchísimo tiempo había tenido diferencias con Lynesse porque simplemente eran mujeres diferentes. Ambas trabajaban en las sombras pero con sistemas distintos pero que seguían otorgándole poder. Después de un tiempo de vivir bajo el mismo techo ambas habían caído en que trabajaban para el mismo objetivo y se quitaron varias máscaras. Al menos para Slava, Lynesse no era la dama ingenua y cuya belleza era su única arma. Era una mujer digna. El respeto aún le costaba ganárselo pero porque sólo había tres personas en el mundo que tenían el respeto de Slava. Respiró profundamente, un efecto dramático que seguramente Lynesse ya conocía, porque la había hacerlo en numerosas ocasiones para controlar sus impulsos y sus dagas. Giró su vista hacia ella -¿Quereis que os acompañe a saludar a vuestro prometido? Me sacaría del letargo-
XV - VII — Fortaleza Roja
Interacción: Garth y Lynesse Hightower
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interacción: Viserys.
Para un alma inocente y pura como la de Priscila, cualquier tipo de enfrentamiento podía resultar incómodo. En aquel momento, el modo en que el rey reaccionó a los actos de Viserys hizo que la joven del Valle contuviese la respiración unos instantes, temiendo que pudiera dar comienzo algún tipo de enfrentamiento entre padre e hijo. Pudo ver en los ojos de Viserys la lucha interna, aunque finalmente no hubo que lamentar mayores consecuencia, sobre todo gracias a su madre que propuso abrir el baile.
El príncipe le había pedido que reservara la primera pieza para él y aún así, su acercamiento fue una agradable sorpresa para la joven dama. —Por supuesto que no es molestia, alteza. Será un gran placer bailar con vos. —Sus ojos brillaban ilusionados y la más cálida de las sonrisas hizo aparición en el angelical rostro de la muchacha. Tomó su mano con suavidad, sintiendo un agradable hormigueo, para dirigirse a la lista de baile en su compañía.
Priscila era una bailarina experimentada. Se movía con delicadeza y gracilidad, aunque la cercanía del príncipe ayudaba a desconcentrarla de un modo inesperado. Se vio obligada a bajar la mirada, azorada, cuando sus ojos se encontraron con los de él en un intento de recuperar la compostura. Cuando volvió a mirarle sus mejillas seguían manteniendo el adorable tono rosado. —Sois un magnífico bailarín, mi príncipe. —halagó en voz muy baja. Concentrarse en la charla sería complicado teniendo las manos de Viserys sobre su cuerpo.
Para un alma inocente y pura como la de Priscila, cualquier tipo de enfrentamiento podía resultar incómodo. En aquel momento, el modo en que el rey reaccionó a los actos de Viserys hizo que la joven del Valle contuviese la respiración unos instantes, temiendo que pudiera dar comienzo algún tipo de enfrentamiento entre padre e hijo. Pudo ver en los ojos de Viserys la lucha interna, aunque finalmente no hubo que lamentar mayores consecuencia, sobre todo gracias a su madre que propuso abrir el baile.
El príncipe le había pedido que reservara la primera pieza para él y aún así, su acercamiento fue una agradable sorpresa para la joven dama. —Por supuesto que no es molestia, alteza. Será un gran placer bailar con vos. —Sus ojos brillaban ilusionados y la más cálida de las sonrisas hizo aparición en el angelical rostro de la muchacha. Tomó su mano con suavidad, sintiendo un agradable hormigueo, para dirigirse a la lista de baile en su compañía.
Priscila era una bailarina experimentada. Se movía con delicadeza y gracilidad, aunque la cercanía del príncipe ayudaba a desconcentrarla de un modo inesperado. Se vio obligada a bajar la mirada, azorada, cuando sus ojos se encontraron con los de él en un intento de recuperar la compostura. Cuando volvió a mirarle sus mejillas seguían manteniendo el adorable tono rosado. —Sois un magnífico bailarín, mi príncipe. —halagó en voz muy baja. Concentrarse en la charla sería complicado teniendo las manos de Viserys sobre su cuerpo.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interactúo con: Bryen Caron, Aerys II Targaryen y Lysa Baratheon.
—Las tierras del Tridente comienzan a recuperarse, poco a poco. Por suerte no es Dorne, el agua de los ríos riega los suelos y la vegetación crece rápido —respondió al Señor de Nocturnia, a modo informativo. Lo cierto era que a Aguasdulces y alrededores le quedaban aún lustros quizás para recuperar su fortaleza de antaño, pero los informes de progreso que recibía Stannis en la capital desde la antaño fortaleza Tully eran más o menos satisfactorios—. Lady Lysa debe encontrarse por alguna parte. Ya he indicado a uno de mis sirvientes que vaya a buscarla.
Tras acabar la conversación con el Caron, Stannis anduvo un poco por la sala, yendo a parar justo al núcleo en el que se movía Aerys y su séquito familiar. Allí pudo oír sus consiguientes palabras; nadie podía negar que el Rey Costra era cualquier cosa menos cabal, aunque sólo los más necios eran capaces de decirlo en voz alta. Stannis oyó algo acerca de lord Lannister y una especie de amenaza, pero lo que más le llamó la atención fue sin duda la referencia a su tía.
—Alteza —saludó el venado, con una brevísima y recta reverencia. No era muy dado a exagerar sus movimientos—. Lady Estermont no se encuentra aquí; hasta dónde sé, solo ha acudido su hija Bárbara. Mi tía debe encontrarse con mi tío, lord Estermont, en Piedraverde —concluyó, sin segundas intenciones. Estaba en su deber informar al monarca de la sí o no asistencia de los comensales. Sabía perfectamente a qué se refería con aquella invitación a sus aposentos, pero estaba seguro de que Eldon no iba a mostrarse indulgente con ello, más aún teniendo encuenta que su tío había sido partidario de Robert durante la rebelión.
En aquel preciso instante, llegó su esposa. Lysa lucía por encima de la media de buena parte de las damas allí presentes, Stannis siempre admitía para sus adentros que su esposa gozaba de una belleza particular. Aprobó su saludo con un severo asentimiento y la tomó cortésmente del brazo; no era lo que más le hubiera gustado en aquel momento, pero era necesario, por la imagen. Que todo el mundo viera la lejanía de su relación podía ser un punto en contra especialmente para Lysa, y estaba en el deber del venado protegerla.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interacción con Slava.
Mención a Viserys, Priscilla, Aerys, Robert.
La situación parecía haberse calmado… pero ¿era sensato arriesgarse? Oyó la propuesta de la mujer de su primo para ir a ver a su prometido y sopesó más de un largo rato si aquello valía o no la pena, después de todo mostrarse tan abiertamente en la fiesta de Viserys junto a los tormenteños podía llegar a hacer notar hacia dónde se estaba inclinando la balanza de Antigua, aunque claro, las balanzas siempre son equilibrables y ella pensaba tener una charla con el príncipe cuando se diese la oportunidad para hablar de ello.
- Supongo que debería pero… -afirmó y señaló sólo con la mirada hacia la pista para luego volver los ojos a ella, algo le decía que ni el rostro de ángel habría de salvarla de la ira de Aerys si llegaba a encapricharse, y según contaban el rey tenía algunas mañas que prefería no incentivar con su presencia, después de todo no había razones para descreerlas: no en vano más de un niño de pelo plateado había en Poniente.
Sin embargo el ver a Viserys desde lejos sonriéndole a la niña-cordero, a la que ahora invitaba a bailar, volvió aunque más no fuere a herirle su ego, así que agregó: -de acuerdo, ¿me acompañas entonces?
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
La ira de Aerys, su grito, aún resonaba en la cabeza de Diana pero en su rostro no se dejaba ver nada. Estaba serena, como el mar en calma, con muchas olas interiores que no llegaban a la superficie. Observó a Viserys, él comprendería que había hecho lo posible pero aún así todos habían visto el arranque del Rey de Poniente. Pero había sido indulgente, tras la intervención de Diana. La Viuda Blanca posó su mirada amatista en las orbes de Lord Lannister con un brillo de ira que reservó sólo para él y duró escasos segundos, un efímero momento que crearía la duda en el Señor de la Roca, tras ello, la sonrisa radiante de la Querida del Rey fue dedicada a éste.
-Excelente- Musitó, apenas en un susurro mientras caminaban hacia el centro del salón con todos los ojos de los presentes tornados hacia ellos como pareja real. La elegancia era propia de Diana Celtigar, una mujer de rasgos valyrios que hizo gala de su educación y gracia mientras se dirigía a la pista de baile. No obstante, su hermoso rostro se vio consternado por apenas un momento cuando escuchó lo que Aerys decía respecto a Lady Estermont. Fue una daga que se clavó directo en su corazón y el brillo de sus ojos se opacó. Tragó saliva lentamente mientras sentía que se le revolvía el estómago, tratando de mantener el vino que había bebido justo donde estaba.
Su mente no tenía que imaginar nada, sabía muy bien lo que las palabras de Aerys significaban...Ella misma había sido invitada por él a sus aposentos hace más de 15 años atrás. Respiró profundo, una y otra vez, una y otra vez mientras sentía las manos de Aerys rodearla la cintura, y la punta de sus uñas largas clavarse en su espalda. Fingió una sonrisa leve, que no le llegó a los ojos y esperó a que la música empezara a sonar pronto. Sin embargo, Lord Stannis tenía algo que decir. Diana no intervino, no quiso. No tenía nada que decir, sentía un nudo en el estómago y otro en la garganta. Miró hacia Viserys, que desfilaba a su hija Priscila, con la gala de un prometido y sintió ganas de llorar; por segunda vez en ese mes. Esperaba que Viserys la respetara aunque era una ilusión estúpida...Sólo no quería que su sonrisa se borrara. Deseaba que permaneciera siempre allí. Levantó la vista hacia el príncipe pero no se la sostuvo.
-Aerys- Murmuró con un hilo de voz mientras era guiada por el Rey a través de la sala -La lealtad de las Tormentas pende de un hilo. Os…- Respiró profundamente de nuevo, su voz estaba siendo afectada de nuevo. Y sin duda Aerys lo notaría. Echaría culpa al alcohol -Os recomiendo que contéis con el consentimiento de la doncella. Os ahorrará muchos problemas- Añadió y no le miró a los ojos, simplemente desvió el rostro y su gesto sereno fue pasando de lord en lord sin prestarles la más mínima atención, pero con una sonrisa dulce en los labios; claro símbolo de que disfrutaba aquello más que nadie.
PD: En negrita es Alto Valyrio.
-Excelente- Musitó, apenas en un susurro mientras caminaban hacia el centro del salón con todos los ojos de los presentes tornados hacia ellos como pareja real. La elegancia era propia de Diana Celtigar, una mujer de rasgos valyrios que hizo gala de su educación y gracia mientras se dirigía a la pista de baile. No obstante, su hermoso rostro se vio consternado por apenas un momento cuando escuchó lo que Aerys decía respecto a Lady Estermont. Fue una daga que se clavó directo en su corazón y el brillo de sus ojos se opacó. Tragó saliva lentamente mientras sentía que se le revolvía el estómago, tratando de mantener el vino que había bebido justo donde estaba.
Su mente no tenía que imaginar nada, sabía muy bien lo que las palabras de Aerys significaban...Ella misma había sido invitada por él a sus aposentos hace más de 15 años atrás. Respiró profundo, una y otra vez, una y otra vez mientras sentía las manos de Aerys rodearla la cintura, y la punta de sus uñas largas clavarse en su espalda. Fingió una sonrisa leve, que no le llegó a los ojos y esperó a que la música empezara a sonar pronto. Sin embargo, Lord Stannis tenía algo que decir. Diana no intervino, no quiso. No tenía nada que decir, sentía un nudo en el estómago y otro en la garganta. Miró hacia Viserys, que desfilaba a su hija Priscila, con la gala de un prometido y sintió ganas de llorar; por segunda vez en ese mes. Esperaba que Viserys la respetara aunque era una ilusión estúpida...Sólo no quería que su sonrisa se borrara. Deseaba que permaneciera siempre allí. Levantó la vista hacia el príncipe pero no se la sostuvo.
-Aerys- Murmuró con un hilo de voz mientras era guiada por el Rey a través de la sala -La lealtad de las Tormentas pende de un hilo. Os…- Respiró profundamente de nuevo, su voz estaba siendo afectada de nuevo. Y sin duda Aerys lo notaría. Echaría culpa al alcohol -Os recomiendo que contéis con el consentimiento de la doncella. Os ahorrará muchos problemas- Añadió y no le miró a los ojos, simplemente desvió el rostro y su gesto sereno fue pasando de lord en lord sin prestarles la más mínima atención, pero con una sonrisa dulce en los labios; claro símbolo de que disfrutaba aquello más que nadie.
PD: En negrita es Alto Valyrio.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
La sonrisa que nació en los labios de Bárbara fue, sin duda, dulce e inocente. Simpática, alegre. Asintió suavemente cuando el Príncipe le dijo que le diera las gracias de nuevo a su padre, sin duda lo haría. Estaría muy bien que fuesen de caza alguna vez pero Bárbara había aprendido a callarse de vez en cuando y, de alguna manera, Viserys le imponía mucho así que con las mejillas coloreadas se alejó hasta donde estaba su primo.
Un sólo aplaudo se desprendió de las palmas de Bárbara cuando Stannis acertó -No lo dudé ni un momento. Juro que buscaré algo más difícil la próxima vez- Le señaló con cierta picardía en el tono de voz, sin perder la sonrisa en sus labios. Se llevó un dedo a la barbilla con gesto pensativo pero dramático, respiró profundamente antes de responder -Casa Buckler de Puertabronce- Respondió sabiendo que la respuesta era absolutamente cierta. También se percató del intento de sonrisa que había nacido en sus labios, el único gesto que hacía para ella -Lo sé. Quisiera venir a verte más seguido- Expresó tomando una de sus manos y dándole un pequeño apreton, respetaba mucho a Stannis porque sabía que no era fan los gestos a diferencia de Robert o ella misma, incluso Renly, así que hizo lo que consideraba prudente ahora que su rango era tan alto. -Sí, también mis hermanos. Madre se ha quedado porque no le sentaba bien el viaje- No sabía porqué realmente, era la excusa que le había dado padre, pero sus hermanos susurraban que era porque no quería ver al Rey. Ella no entendía porqué.
-Robert…- Las mejillas de su prima se sonrojaron con rapidez ante lo que decía mientras asentía brevemente. Que fuese su escolta, dudaba que nadie se le acercara si nadie le había pedido su prenda en las justas. Entonces llegó Lord Caron y Bárbara hizo una suave reverencia -Ha justado muy bien, Lord Caron. Espero que vuestra esposa se encuentre bien- Expresó con sinceridad antes de escuchar el grito de Aerys y ver como Stannis se alejaba del grupo. Bárbara abrió los ojos con cierta sorpresa notando el escándalo provocado por el nuevo Lord Lannister y escondió su boca entreabierta con la mano para que nadie observara sus gestos. Incluso se refugió un poco en Robert mientras sus hermanos empezaban a acercarse al grupo. No obstante, todo fue solucionado gracias a la intervención de Lady Diana, tras ello Aerys la sacó a bailar. Bárbara quiso comentar el vestido de Diana con alguien pero no tenía ninguna amiga a su lado y suspiró brevemente. Empezaba a aburrirse y tomó de la mano a su hermano -Quiero a bailar- Exigió con un deje caprichoso en el tono de voz y su hermano, con una sonrisa en el rostro, rodó los ojos llevándola de la mano a la pista de baile.
Un sólo aplaudo se desprendió de las palmas de Bárbara cuando Stannis acertó -No lo dudé ni un momento. Juro que buscaré algo más difícil la próxima vez- Le señaló con cierta picardía en el tono de voz, sin perder la sonrisa en sus labios. Se llevó un dedo a la barbilla con gesto pensativo pero dramático, respiró profundamente antes de responder -Casa Buckler de Puertabronce- Respondió sabiendo que la respuesta era absolutamente cierta. También se percató del intento de sonrisa que había nacido en sus labios, el único gesto que hacía para ella -Lo sé. Quisiera venir a verte más seguido- Expresó tomando una de sus manos y dándole un pequeño apreton, respetaba mucho a Stannis porque sabía que no era fan los gestos a diferencia de Robert o ella misma, incluso Renly, así que hizo lo que consideraba prudente ahora que su rango era tan alto. -Sí, también mis hermanos. Madre se ha quedado porque no le sentaba bien el viaje- No sabía porqué realmente, era la excusa que le había dado padre, pero sus hermanos susurraban que era porque no quería ver al Rey. Ella no entendía porqué.
-Robert…- Las mejillas de su prima se sonrojaron con rapidez ante lo que decía mientras asentía brevemente. Que fuese su escolta, dudaba que nadie se le acercara si nadie le había pedido su prenda en las justas. Entonces llegó Lord Caron y Bárbara hizo una suave reverencia -Ha justado muy bien, Lord Caron. Espero que vuestra esposa se encuentre bien- Expresó con sinceridad antes de escuchar el grito de Aerys y ver como Stannis se alejaba del grupo. Bárbara abrió los ojos con cierta sorpresa notando el escándalo provocado por el nuevo Lord Lannister y escondió su boca entreabierta con la mano para que nadie observara sus gestos. Incluso se refugió un poco en Robert mientras sus hermanos empezaban a acercarse al grupo. No obstante, todo fue solucionado gracias a la intervención de Lady Diana, tras ello Aerys la sacó a bailar. Bárbara quiso comentar el vestido de Diana con alguien pero no tenía ninguna amiga a su lado y suspiró brevemente. Empezaba a aburrirse y tomó de la mano a su hermano -Quiero a bailar- Exigió con un deje caprichoso en el tono de voz y su hermano, con una sonrisa en el rostro, rodó los ojos llevándola de la mano a la pista de baile.
Bárbara Estermont
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Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Interacción con Bárbara Estermont.
Lord Alester, que durante toda la velada había estado en silencio degustando los mas variados platos y vinos que se habían servido con motivo del banquete, observando a la nobleza de los Siete Reinos presentar sus respetos al joven príncipe heredero, ahora por un momento se vio relegado a la simple función de un criado. El rey se le había acercado con precisas instrucciones y tras despedirse de su señora, la Mano se levanto de la mesa y caminó hasta donde la sonriente muchacha se encontraba
Es una suerte que tan sólo una lady Estermont hubiese asistido al evento, pues en estado de completa embriaguez, Aerys no había mencionado el nombre de la muchacha cuya belleza estaba ocasionando que el decrepito y regio bastón de mando hiciese amagos de levantarse, de ondear el pendón de la casa Targaryen.
— Mi señora. — saludó al acercarse a la muchacha, haciendo una cortés reverencia. — debe acompañarme de inmediato, por orden de su majestad. — le informó escuetamente, sin andarse con rodeos, de nada valía endulzar las palabras, todo sería mas fácil para aquella niña si callaba y obedecía. En el rostro de la Mano, la seriedad contrastaba con el desagrado por tener que encargarse de tareas mas propias de un siervo que de un señor.
— Por aquí, por favor. — agregó lord Alester poco después de informar a la muchacha que el rey requería su presencia, sin apenas dar tiempo a replicas y con un gesto bien ensayado de su mano que indicaba a la pobre muchacha el camino que debía tomar. Y que la Mano del Rey se situaría a su espalda durante todo el camino.
Lord Alester, que durante toda la velada había estado en silencio degustando los mas variados platos y vinos que se habían servido con motivo del banquete, observando a la nobleza de los Siete Reinos presentar sus respetos al joven príncipe heredero, ahora por un momento se vio relegado a la simple función de un criado. El rey se le había acercado con precisas instrucciones y tras despedirse de su señora, la Mano se levanto de la mesa y caminó hasta donde la sonriente muchacha se encontraba
Es una suerte que tan sólo una lady Estermont hubiese asistido al evento, pues en estado de completa embriaguez, Aerys no había mencionado el nombre de la muchacha cuya belleza estaba ocasionando que el decrepito y regio bastón de mando hiciese amagos de levantarse, de ondear el pendón de la casa Targaryen.
— Mi señora. — saludó al acercarse a la muchacha, haciendo una cortés reverencia. — debe acompañarme de inmediato, por orden de su majestad. — le informó escuetamente, sin andarse con rodeos, de nada valía endulzar las palabras, todo sería mas fácil para aquella niña si callaba y obedecía. En el rostro de la Mano, la seriedad contrastaba con el desagrado por tener que encargarse de tareas mas propias de un siervo que de un señor.
— Por aquí, por favor. — agregó lord Alester poco después de informar a la muchacha que el rey requería su presencia, sin apenas dar tiempo a replicas y con un gesto bien ensayado de su mano que indicaba a la pobre muchacha el camino que debía tomar. Y que la Mano del Rey se situaría a su espalda durante todo el camino.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Bryen Caron conversaba distendidamente con los otros asistentes, sonrió ante las palabras de Lady Estermont haalagandolo por su triunfo en el torneo. - Muchas gracias mi lady, ha sido un torneo duro... - Se sorprendio aun más cuando esta le preguntó por su esposa, ya que Tasya no era muy conocida aun, debido a la guerra había pasado gran parte de su tiempo, solo en Nocturnia, los caminos noralmente eran peligrosos pero lo eran más en tiempo de guerra. - Ella se encuentra muy bien, muchas gracias. Si te interesa, quizas puedas visitarla en Nocturnia, de seguro estara feliz de conocer a otras mujeres, con las cuales chismear. - Dio una carcajada que fue interrumpida por el espectaculo del Rey en reacción al lord Lannister. Afortunadamente, su amante estaba ahí para jalar de su correa y endulzarle los oidos con palabras melosas, pensó con cierto grado de repulsión.
Observó con atención como Lady estermont tomaaba de la mano a su hermano y salían alegremente hasta la pista, dando graciles brincos hasta ponerse a bailar. Pudo observar tambien como la Mano del Rey se acercaba hasta ella y la invitaba cordialmente a dejar el salón. No tenía certeza de las razones, pero de seguro no sería nada bueno. Lamentablemente a ella la habían enviado acompañada de personas poco experimentadas, ahora se encontraba en la boca del lobo, del dragón mejor dicho a disposición de los Targaryen. Por un segundo pensó en que ocurriría si algo como eso le ocurriera a Tasya y por poco pierde el control, inconcientemente apreto la copa en su mano haciendola tiritar, derramando parte de su contenido.
Observó con atención como Lady estermont tomaaba de la mano a su hermano y salían alegremente hasta la pista, dando graciles brincos hasta ponerse a bailar. Pudo observar tambien como la Mano del Rey se acercaba hasta ella y la invitaba cordialmente a dejar el salón. No tenía certeza de las razones, pero de seguro no sería nada bueno. Lamentablemente a ella la habían enviado acompañada de personas poco experimentadas, ahora se encontraba en la boca del lobo, del dragón mejor dicho a disposición de los Targaryen. Por un segundo pensó en que ocurriría si algo como eso le ocurriera a Tasya y por poco pierde el control, inconcientemente apreto la copa en su mano haciendola tiritar, derramando parte de su contenido.
Bryen Caron
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Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Vientos de Primavera. 1era Trama global
Día 15 | Mes 7| Año 284| Desembarco del Rey
El Señor de Antigua volvió con el rostro serio e insondable. Ahora no estaba de humor para mayores bromas personales. Rob Flores había vuelto de entre los muertos y era clave que actuara con celeridad al respecto. Pero el ambiente en el Salón del trono parecía… caldeado. Garth enarcó una ceja, buscando a Slava con la mirada y se dio cuenta que el Rey estaba bailando con su concubina y que todo el mundo tenía la atención puesta en los Lannister. El Hightower podía paladear la inquietud en el aire, y eso sumado a lo que acababa de hablar con Rob… era señal suficiente para retirarse cuanto antes y, al día siguiente, partir de nuevo hacia Antigua y la seguridad del Faro.
Encontró en seguida a su mujer, hablando ahora con su prima Lady Lynesse Hightower, prometida de Lord Robert Baratheon. Para que el asunto fuera apenas más ameno, él sonrió de lado acercándose con seguridad hasta tomar la mano de Slava y acariciarle los dedos con los propios, pues era notable que la situación no fuera para nada agradable. “Antigua es deslumbrante por las mujeres Hightower, eso lo diré hasta el día en que sea viejo y cuide de mis nietos.” Halagó a ambas damas, saludando a la vez a Lyn con un beso en la mano izquierda como bien merecía alguien de su rango. “Lamento hacer honor a mi apodo y aguar la fiesta, pero será mejor que nos retiremos. Robert está ocupado por su parte y personalmente no tengo demasiados ánimos de permanecer en Desembarco del Rey demasiado tiempo más. El olor a mierda se filtra por las ventanas “ Que se cagara la diplomacia. La gente con la que de verdad podía contar se contactaría con el Faro o él la contactaría por cuervos. Allí había tan solo vapores hediondos que tenían claros tintes de hipocresía en su mezcla. “A menos que quieran quedarse.” Eso iba sobre todo a su prima, porque estaba claro que Slava no tenía interés alguno… o si, pero de asesinar a mas de un individuo en su camino
OFF: Interacción con Slava Hightower y Lynesse Hightower
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Shadow
Ladeó suavemente la cara hacia la doncella Hightower cuando esta pareció pensativa y sus ojos multicolores hacia donde estaba ella mirando, divisó al príncipe Targaryen, con sus rasgos valyrios y ropajes tan costosos. Aquel mismo que había intentado jugar al juego político, del cual aún no era parte realmente. Le pareció curiosa la forma en la que el rostro de Lynesse se crispó pero no dijo nada...Todavía. No era el momento de sacar trapos sucios al aire, ya tendría tiempo de hablar con ella sobre ello. La esquirla estaba clavada en su identidad de espía.
-Sí, de...- Casi responde cuando los dedos de Garth entrelazaron los suyos, de una manera un tanto extraña Slava bajó su nivel de ansiedad y le miró entrecerrando los ojos. El hecho de que a principios de aquel baile dijera que le encantara el nido de víboras y ahora sólo quería salirse de aquel lugar le daba una pista de que su encuentro fuera del Salón del Trono tenía mucha tela que cortar -Cualquiera diría que eres todo un caballero- Añadió después de verle darle un beso en la mano a su prima. Terminó la copa de vino esperando encontrar alguna otra antes de irse, así que detuvo a un copero para que echara más vino en ésta
-Excelente idea, no hay nada que llame mi atención aquí. Ni siquiera el vino- Indicó con un gesto sereno haciendo un esfuerzo sobrenatural para no mirar hacia el Rey Aerys y Lady Diana bailando con tanta "felicidad" alrededor de la pista de baile. ¿Cómo podían ser tan hipócritas aquel par de infelices? ¡Su nuera se había suicidado! ¡Su hijo estaba muerto! ¡Y estaba rodeado de imbéciles lame botas! ¿Qué acaso nadie se daba cuenta? Incluso dentro de su tonta presentación, Slava admiraba los huevos de Lord Lannister en hacerle frente. Pero ya lo comentaría con Garth, podría ser un muchacho con virtudes y mucho potencial.
-Prefiero irme. Ahora- Añadió de manera seca y bebió lo que restaba de vino, teniendo la delicadeza de dejar caer la copa. Seguramente a los Targaryen no le importaría una copa mellada. Tenían "dinero" para reemplazar casi cualquier cosa, pero no el suficiente valor para hacer que sus vasallos los siguieran con los ojos cerrados. ¿Sabría Aerys cuántas personas en esa sala lo traicionarían con sólo un pestañear? Slava en un gesto grácil se apartó el salvaje cabello del rostro dejando en vista sus pómulos altos y actitud soberbia. Deseaba, encarecidamente, ver a Oberyn y Doran y sus ojos, entonces, se posaron sobre Garth -Quiero ir a Lanza del Sol- Informó mientras empezaba a caminar para abandonar aquel salón los siguiera, o no, Lynesse hasta salir de allí.
-Sí, de...- Casi responde cuando los dedos de Garth entrelazaron los suyos, de una manera un tanto extraña Slava bajó su nivel de ansiedad y le miró entrecerrando los ojos. El hecho de que a principios de aquel baile dijera que le encantara el nido de víboras y ahora sólo quería salirse de aquel lugar le daba una pista de que su encuentro fuera del Salón del Trono tenía mucha tela que cortar -Cualquiera diría que eres todo un caballero- Añadió después de verle darle un beso en la mano a su prima. Terminó la copa de vino esperando encontrar alguna otra antes de irse, así que detuvo a un copero para que echara más vino en ésta
-Excelente idea, no hay nada que llame mi atención aquí. Ni siquiera el vino- Indicó con un gesto sereno haciendo un esfuerzo sobrenatural para no mirar hacia el Rey Aerys y Lady Diana bailando con tanta "felicidad" alrededor de la pista de baile. ¿Cómo podían ser tan hipócritas aquel par de infelices? ¡Su nuera se había suicidado! ¡Su hijo estaba muerto! ¡Y estaba rodeado de imbéciles lame botas! ¿Qué acaso nadie se daba cuenta? Incluso dentro de su tonta presentación, Slava admiraba los huevos de Lord Lannister en hacerle frente. Pero ya lo comentaría con Garth, podría ser un muchacho con virtudes y mucho potencial.
-Prefiero irme. Ahora- Añadió de manera seca y bebió lo que restaba de vino, teniendo la delicadeza de dejar caer la copa. Seguramente a los Targaryen no le importaría una copa mellada. Tenían "dinero" para reemplazar casi cualquier cosa, pero no el suficiente valor para hacer que sus vasallos los siguieran con los ojos cerrados. ¿Sabría Aerys cuántas personas en esa sala lo traicionarían con sólo un pestañear? Slava en un gesto grácil se apartó el salvaje cabello del rostro dejando en vista sus pómulos altos y actitud soberbia. Deseaba, encarecidamente, ver a Oberyn y Doran y sus ojos, entonces, se posaron sobre Garth -Quiero ir a Lanza del Sol- Informó mientras empezaba a caminar para abandonar aquel salón los siguiera, o no, Lynesse hasta salir de allí.
XV - VII — Fortaleza Roja
Interacción: Garth y Lynesse Hightower
OFF: Los Hightower se retiran.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Generalmente su fachada no tenía fisura y sin embargo no había podido contener la reacción, aún cuando tan sólo alguien que la conociera podría haber captado el gesto. ¿La habría visto Slava? Sabía que la dorniense tenía los ojos tan aguzados como ella para esa clase de cosas y supuso que aquello finalmente le acabaría dando algún dolor de cabeza: hablar con aquella mujer era como caminar entre espinas, demasiado astuta, demasiado hiriente si se daba el paso incorrecto. En definitiva: casi igual de letal que ella misma, y quizás por eso a pesar del desprecio innato que sentía por su procedencia le había cobrado cierto respeto… Para la forma de ser de Lynesse casi se podía decir que sin lugar a dudas era mostrarse generosa.
Slava parecía punto de mostrar su acuerdo cuando apareció su primo como si se hubiese materializado del propio aire. Suspiró pensando que quizás era una señal del Desconocido que no pretendía llevársela esa tarde o el símbolo de su buena suerte que parecía ligado a aquel hombre, capaz de deshacerse de los obstáculos en el camino de la Hightower en su lugar una y otra vez. ¿No lo había hecho acaso con Baelor? Y lo grandioso de ello era que casi nunca tenía que pedírselo: lo hacía de forma tal que siempre acababa siendo idea de él.
Respondió a su saludo con el propio y sonrió ante el halago. Un adulador consumado. -Y hasta por las orejas -comentó por su parte con respecto al olor de la ciudad. Mierda en el aire, en forma de aromas y de comentarios. Podría llenarse los bolsillos de cotilleos pero no esa noche, o al menos no en ese salón. Ya había visto lo que quería ver: un Lannister con el coraje suficiente para enfrentar al rey tras haber sido deshonrado por estar enfermo, la Belmore ejerciendo abiertamente su poder sobre el Aerys el Loco y Viserys encantado con su niña-cordero. Trató de memorizar rostros y circunstancias, sabía que luego le surgirían cabos sueltos y comenzaría a tratar de atar los hilos que ahora no notaba.
Se detuvo un instante mientras la pareja se adelantaba a ella y luego se decidió a seguirlos. ‘No, a mi tampoco me ata ya nada a Desembarco’, se dijo, y aunque no quería asumirlo la idea le daba hasta pena.
Slava parecía punto de mostrar su acuerdo cuando apareció su primo como si se hubiese materializado del propio aire. Suspiró pensando que quizás era una señal del Desconocido que no pretendía llevársela esa tarde o el símbolo de su buena suerte que parecía ligado a aquel hombre, capaz de deshacerse de los obstáculos en el camino de la Hightower en su lugar una y otra vez. ¿No lo había hecho acaso con Baelor? Y lo grandioso de ello era que casi nunca tenía que pedírselo: lo hacía de forma tal que siempre acababa siendo idea de él.
Respondió a su saludo con el propio y sonrió ante el halago. Un adulador consumado. -Y hasta por las orejas -comentó por su parte con respecto al olor de la ciudad. Mierda en el aire, en forma de aromas y de comentarios. Podría llenarse los bolsillos de cotilleos pero no esa noche, o al menos no en ese salón. Ya había visto lo que quería ver: un Lannister con el coraje suficiente para enfrentar al rey tras haber sido deshonrado por estar enfermo, la Belmore ejerciendo abiertamente su poder sobre el Aerys el Loco y Viserys encantado con su niña-cordero. Trató de memorizar rostros y circunstancias, sabía que luego le surgirían cabos sueltos y comenzaría a tratar de atar los hilos que ahora no notaba.
Se detuvo un instante mientras la pareja se adelantaba a ella y luego se decidió a seguirlos. ‘No, a mi tampoco me ata ya nada a Desembarco’, se dijo, y aunque no quería asumirlo la idea le daba hasta pena.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Festejar una guerra ganada es algo obligatorio, dar un festín en nombre de su heredero también, pero llegado un punto en el festejo el rey Aerys se cansó. Su cuerpo comenzaba a darle nada más que dolor, y el vino bebido no lo había apoyado en lo más mínimo. El mundo comenzaba a escapar de su comprensión y las luces se sentían cada vez más marchitas. Agonía y furia eran los sentimientos que convivían ahora en él, poco a poco sus enfermedades mermaban lo mejor de él.
Había días en los que se atrevía a luchar, en los que miraba a la cara a sus demonios y los.provocaba a causarle más dolor, les decía que no era suficiente, que podían hacerlo mejor, pero ese fuego interior del dragón se encontraba en ascuas este día.
Así que culminó el baile, y allí en el medio de la sala llamó la atención de sus invitados, saludandolos una vez más, y agradeciendo su presencia en el día del nombre de su hijo. Su mente sin embargo grababa a quiénes se habían atrevido a retirarse sin su permiso, incluso antes que él, sería algo a resolver más adelante. Se encontraba a medio discurso y necesitaba concentrarse.
-... el compromiso de mi hijo con Lady Priscila Belmore… el futuro del reino…-
Se escuchaba a sí mismo desde lejos, sabía que su discurso era bueno, había ordenado a Alester prepararlo, pero no podía dejar de pensar dar en la pequeña Bárbara Estermont. así se despidió de sus invitados y se liberó de la mano de su querida con obstinación, casi con desagrado, su actitud no era lo que esperaba de ella, y solo le evocaba recuerdos de su esposa muerta.
Comenzó a retirarse con algunos capa blanca rodeándolo y dejando orden de que llevarán a su hijo a su encuentro cuando terminara de bailar.
Quería dejarle ese momento, porque este sería el último día feliz de su vida, Aerys se aseguraría de eso.
Había días en los que se atrevía a luchar, en los que miraba a la cara a sus demonios y los.provocaba a causarle más dolor, les decía que no era suficiente, que podían hacerlo mejor, pero ese fuego interior del dragón se encontraba en ascuas este día.
Así que culminó el baile, y allí en el medio de la sala llamó la atención de sus invitados, saludandolos una vez más, y agradeciendo su presencia en el día del nombre de su hijo. Su mente sin embargo grababa a quiénes se habían atrevido a retirarse sin su permiso, incluso antes que él, sería algo a resolver más adelante. Se encontraba a medio discurso y necesitaba concentrarse.
-... el compromiso de mi hijo con Lady Priscila Belmore… el futuro del reino…-
Se escuchaba a sí mismo desde lejos, sabía que su discurso era bueno, había ordenado a Alester prepararlo, pero no podía dejar de pensar dar en la pequeña Bárbara Estermont. así se despidió de sus invitados y se liberó de la mano de su querida con obstinación, casi con desagrado, su actitud no era lo que esperaba de ella, y solo le evocaba recuerdos de su esposa muerta.
Comenzó a retirarse con algunos capa blanca rodeándolo y dejando orden de que llevarán a su hijo a su encuentro cuando terminara de bailar.
Quería dejarle ese momento, porque este sería el último día feliz de su vida, Aerys se aseguraría de eso.
Re: 1ª Trama Global — Vientos primaverales [Invitados]
Vientos primaverales
Aerys Targaryen terminó su breve discurso y dio así por finalizada aquella breve y tranquila celebración. Sus guardias le escoltaron hacia sus aposentos, y así el salón del trono comenzó a vaciarse, yendo los comensales en pos de sus acomodos para descansar, tras un largo día como había sido aquel.
El cumpleaños de Viserys Targaryen había traído consigo la nueva del compromiso del príncipe con lady Priscilla Belmore, hermana del Señor del Valle de Arryn. No era díficil de dilucidar, a ojos y mente incluso de los más aturdidos, lo que escondía aquel compromiso, con la hija de la controvertida lady Diana de por medio. La Fortaleza Roja se iba a dormir, y un nuevo régimen despertaba en Poniente. Uno en el que muchos faltaban. Y a no todo el mundo terminaba de agradarle.
Importante
- Cierre:
- Damos por finalizada esta primera trama global. Anunciamos por MP que se cerraría durante la noche del jueves 10 al viernes 11, pero finalmente decidimos alargarla unas horas más. Lo sentimos por aquellos que no hayan podido finalizar sus interacciones, pero las reglas son las reglas.
Madre Rhoyne
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