Torneo de Harrenhal | Ambiciones Sureñas

Música de Ambiente:

Lord Walter realizaba una celebración en honor a su hija y bueno, de manera sutil o no tan sutil demonstrar el poderío de la casa Whent. Cinco días de torneo habían sido prometidos pero viendo la cantidad de familias, los estandartes y los competidores, era fácil esperar que  su estadía se prolongue. Harrenhal era el castillo más grande en los Siete Reinos y también uno de los más temidos por los supersticiosos. Y mientras algunos temían a los fantasmas de Harren el Negro y su familia quienes murieron quemados vivos dentro de aquellas paredes de piedra cuando los dragones arribaron a Westeros, Jon en cambio parecía más atento de los vivos que de los muertos, de aquellos que puedan ver y escuchar, de los que puedan suponer o concluir si se enterasen que tres Lores dialogan a estas horas de la noche en una tienda.

Targaryen, Starks, Baratheon, Tyrell, Martell, el único estandarte que tuvo problemas en divisar fue el de los Lannister, el rojo y amarillo tal vez se ocultaba entre las comitivas que acompañaban a cada familia. Y lo que para una doncella puede ser la oportunidad de conocer al amor de su vida para un hombre como  Jon no es más que un número mayor de oídos y ojos de los cuales cuidarse. Jon aguardó por la noche, tras los saludos y las presentaciones que iban acompañadas a su cargo llegó finalmente la oportunidad de aproximarse a la tienda de Lord Walter. Cada paso se sentía tan lento, como si sus pies estuviesen hechos de hielo y más valía que fuese así; Jon prefería evitar que alguien le viese moverse apresurado, en caso de ser descubierto claro está. Era mejor aparentar indiferencia mientas que finamlente en la oscuridad llegó a la tienda.

Hubiera tomado asiento; sin embargo Jon prefirió estar listo a una retirada más sutil en caso fuese el único en la reunión. Y en este pequeño momento de pausa Jon pudo meditar qué es lo que había acontecido con el reino. Las historias de Aerys ya eran conocidas por todos, su fascinación con el fuego y la manera de castigar a todo aquel que se atreva a hablar mal de él. Ser llyn Payne había perdido la lengua por insinuar el poderío de Tywin; qué se atrevería a hacer si se enterase de una reunión en medio de la noche? Nuevamente Jon se dejó llevar por los fantasmas del pasado; pasaron dos amadas esposas y la niña que nunca llegaría a ser mujer, esa hija que el Extraño se llevó tal vez para evitar que viese la crueldad del mundo y al mismo tiempo quitándole a Jon la oportunidad de compartir la importancia del honor más aún cuando el mundo se viste en piel de víbora. ¿Qué había causado la demencia de Aerys? Algunos indicaban que todo aquello ocurrió tiempo atrás durante su secuestro: cerca de cuatro años atrás Lord Denys Darklyn, Señor del Valle Oscuro, se rehusó a pagar impuestos, esto escaló a la aparición de Aerys, quien seguramente trataba de demostrar su autoridad y no quedar minimizado por el poderío de Lord Tywin. El resultado lo conocían todos: un rey secuestrado, sino hubiera sido por Ser Barristan Selmy tal vez la corona estaría sobre la cabeza de alguien más. Ser Barristan era un hombre honorable, había seguido su juramento y de manera exitosa logró rescatar a su rey como ladrón en la noche.

Y Jon recordaba lo que aconteció con la casa del Valle Oscuro, las historias de cómo fueron torturados, cercenados y quemados vivos. Sólo un pequeño Dontos vivo y gracias a la piedad de aquel guardia del manto dorado. Desde ese día el rey había permanecido en la Fortaleza Roja, era una obvia señal del por qué: paranoia, el Targaryen creía que le iban a matar….y poco a poco en su mente empezaba a ver enemigos que nisiquiera Sir Barristan podía vencer. Y ahora Jon aguardaba, miraba en la noche los movimientos de cada sombra y el sonido de cada grillo. Esperando que quienes lleguen a esa tienda sean caras conocidas y no la insignia de ese dragón de tres cabezas. Seguramente al llegar Jon les saludaría  con un firme abrazo, manos que llegan cerca a los hombros y presionan con la fuerza que su voz no puede expresar en esta situación.

Hoster caminaba tranquilo, eran sus tierras y caminaba libremente, no temía por ser descubierto, en medio de ese torneo todo el mundo estaba en ese lugar, caminando de un lado a otra y conociendo a otras personas, el aire festivo podía respirarse por todo Harrenhal, más aún si se dirigía la tienda de Lord Whent, anfitrión de aquel evento que reunía a los mejores caballeros del reino y a Lords y Ladys de todos los territorios.

Avanzó con calma, armado con normalidad por la callejuela que se formaba entre las tiendas armadas, las había de todos colores y formas, blancas, cafe, manchadas, antiguas y otras como nuevas.

Al llegar hasta la carpa de Whent, entró con confianza, haciendo la tela que hacía de puerta a un lado con su brazo, quedando ligeramente encandilado por las velas del interior, cuyo brillo contrastaba con la oscuridad exterior.

Ahí los vió, a Lord Arryn y a Lord Stark, reunidos posiblemente para conspirar, gente honorable haciendo cosas deshonrosas. ¿Quien lo diría?.

- Buenas noches, Lord Arryn, Lord Stark... Lord Whent.

Disimuló al saludar a Lord Whent, como si no se hubiesen visto en bastante rato.