Goodluck, my lord [Darren]

por Ysilla Royce Lun Jul 24, 2017 10:20 am

Goodluck, my lord

Antes de las justas | Fortaleza Roja

Las tan esperadas justas habían llegado, e Ysilla —al igual que una decena de doncellas más— se encontraba excitada por ir a verlas. —Imagina todos los caballeros del sur que participarán, cabalgando sus corceles y pareciéndose a príncipes sacados de los cuentos.— Había comentado con un suspiro. Era todo un sueño el imaginarse a los caballeros cabalgar de forma valiente y gallarda, para luego dedicarles sus victorias a alguna chica entre la multitud.

—Me imagino,— fue la corta y seca respuesta de Yhon.

—Eres el ser más fastidioso de Poniente, Yhon.— La muchacha se cruzó de brazos, antes de fruncir el ceño y lanzarle una mirada letal a su futuro Lord. Yhon la ignoró.

—Y tú muy soñadora.— Ysilla observó a todos lados antes de pegarle un fuerte pisotón a Yhon, quien le lanzó una mala mirada.

—Desgraciadamente para ti, me tendrás que acompañar a las justas. Aunque por cierto...— lo observó curiosa. —¿Por qué no te inscribiste? Haz competido otras veces en el Valle, ¿por qué no lo harías aquí?—

—No es nada por lo que debas preocuparte, Ila.— Yhon, de aquella forma tan irritante y que ella tanto odiaba, simplemente le dio dos o tres palmadas en la cabeza, tratándola como una niña. —Iré a saludar a un amigo. Volveré pronto, lo prometo.— Se sacudió sus botas negras, limpiando la mancha que había dejado la pierna de Ysilla en ella. Y antes de que la doncella fuera capaz de producir una palabra, el joven se marchó.

Ysilla tomó una bocanada de aire. —Perfecto,— Se encontraba en medio del camino que conducía a lo que presumió debían de tratarse las gradas. Habían muchísimas personas, todas luciendo sus mejores galas. Y a lo lejos se podían ver un sinfín de estandartes con diferentes banderas, aunque las predominantes eran las del dragón tricéfalo de los Targaryen. La Royce se mantuvo unos minutos de pie en medio del camino, aguardando por Yhon, pero al ver que este no regresaba con prontitud, se decidió a continuar el camino. No era uno muy largo, pero sí que había sido aglomerado. Ella no tenía ni la más mínima idea de cuantos nobles estaban allí presentes. Todos se mostraban de un muy buen ánimo.

Parecía ser que las justas eran capaces de unir a todos los hombres. Irónico.

Realizó una mueca de disgusto al darse cuenta de que todo el mundo iba en compañía de otras personas. Incluso pudo ver a una de sus amigas del Valle, una Waynwood, a lo lejos. Acompañada. Apretó sus puños. Su padre iba a saber del desplante que le había hecho Yhon por ir a hablar con saben los Siete quien. Era tanta su molestia que ni siquiera se fijó por donde iba, por ello tropezó con fuerza con otra persona, tumbando lo que la otra persona llevaba en sus manos. —Lo lamento,— musitó. Había tropezado con un chico, y no cualquier chico. ¡Un caballero! —Lo lamento mucho, Ser. Estaba distraída y no fui capaz de percatarme de vuestra presencia,— se apresuró a añadir. Era lo último que le faltaba. Tropezar con un caballero que aparentaba ser que competiría en las justas.

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