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I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
I swear, this is not our last time
El sol hace rato que se había elevado entre las nubes, llevando sus rayos de sol por toda la ciudad de Antigua y permitiendo que esta fuera despertando, así como su señor. Pese a que las cortinas habían permanecido cerradas, provocando que los aposentos de Garth estuvieran sumidos en una oscuridad artificial, tanto él como ella estaban despiertos. Era difícil conciliar el sueño cuando el tiempo estaba en contra, escapándose de sus dedos como el agua. La dorniense tenía ya unos días en la ciudad y poco había conocido de esta, en realidad eran pocas las veces que había abandonado aquellos aposentos desde que había entrado...pero así solían ser ellos, a sabiendas de que sus encuentros eran cortos y con cada luna se hacían menos duraderos, gastaban toda la energía que tenían el uno en el otro.
Aquella noche no había sido la excepción. Juegos aquí, juegos allá. Si había dormido tres horas seguida había sido mucho. Porque la piel desnuda y expuesta de ambos hacían que cualquier roce despertara el calor propio del deseo, siempre inmerso en sus pieles doradas. Y cuando el sol salió seguían jugando, siendo sus cuerpos el único objeto creativo en el cual se enfocaban. Cuando la puerta de caoba que servía de portal sonó, Slava alzó la mirada amatista y ámbar hacia ésta. Generalmente solían ignorar las interrupciones y la servidumbre aprendía que no era momento de molestar. Muchas veces Slava intuía que ni siquiera se acercaban al escucharla gemir. En ese momento, mientras el peso de su cuerpo se encontraba apoyado en sus rodillas y en sus manos, con alguna almohada en su vientre de soporte; siendo poseída por Garth como los dothraki tenían por costumbre; Slava delineó una sonrisa perversa en sus labios.
Aún podía recordar con claridad la lengua de Garth incitándola cuando sus propios hombres habían ido a llamarla. Era su momento de venganza -Ah...Adelante- Gimió entornando los ojos un momento ante la cruel embestida del hombre. Pudo percibir en seguida el sosiego de Garth ante sus palabras y Slava sólo respondió incorporándose, mostrando sus atributos femeninos a quien quiera que estuviese detrás de aquella puerta. Una de las manos de Slava tomó las de Garth para que la sostuviera de la cintura, era una posición bastante complicada de mantener sola pero no permitiría que saliera de ella. La otra por previsión se deslizó por los labios de su amante -Shhh- Si abría la boca para decir algo se encontraría con uno de los dedos de Slava ocupándose de eso.
Una doncella abrió la puerta con cuidado y se metió dentro, cuando alzó la vista se encontró con la escena que elevó su rubor a niveles insospechados mientras soltaba un gritito, haciendo reír a Slava, provocando que su cuerpo se moviera contra el de Garth -¿Qué sucede?- Cuestionó con una voz risueña y pícara antes de balancearse suavemente contra el Señor de Antigua -P-p-p-uedo vol…- Slava la cortó en seco negando -He preguntado qué sucede- Interrumpió, demandante -El M-m-maestre ha mandado a llamar a Lord Hightower para la reuni…- La muchacha seguía mirando sus pies con una clara incomodidad que Slava no hacía más que darle morbo, el balanceo se hacía cada vez más evidente, dejando que algún pequeño suspiro se escapara. ¿Sería doncella la muchachita? ¿Serían todas doncellas en El Dominio? -Mírame cuando me estás hablando- Espetó. Pese a todo, la cobardía no era algo que le agradara -Y dile al Maestre que Lord Hightowerrrrr- Cerró los ojos regodeándose en él un momento de la forma más perversa posible -Está mmmmuy ocupado. ¿Lo ves?- Inquirió y abrió los ojos -Si alguien vuelve a tocar esa maldita puerta en los próximos dos días no tenéis una puta idea del espectáculo que os voy a montar - La doncella asintió con la cabeza con nerviosismo y empezó a abrir la puerta -Y si comentas lo que has visto puedes informar al pueblo de que la tiene tan grande como el faro- Aquello terminó de espantarla, yéndose como alma que lleva el diablo y cerrando la puerta a cal y canto. Slava empezó a reírse de una manera tan sincera y espontánea que casi se le había olvidado que Lord Hightower hacía honor a aquella referencia del faro.
Aquella noche no había sido la excepción. Juegos aquí, juegos allá. Si había dormido tres horas seguida había sido mucho. Porque la piel desnuda y expuesta de ambos hacían que cualquier roce despertara el calor propio del deseo, siempre inmerso en sus pieles doradas. Y cuando el sol salió seguían jugando, siendo sus cuerpos el único objeto creativo en el cual se enfocaban. Cuando la puerta de caoba que servía de portal sonó, Slava alzó la mirada amatista y ámbar hacia ésta. Generalmente solían ignorar las interrupciones y la servidumbre aprendía que no era momento de molestar. Muchas veces Slava intuía que ni siquiera se acercaban al escucharla gemir. En ese momento, mientras el peso de su cuerpo se encontraba apoyado en sus rodillas y en sus manos, con alguna almohada en su vientre de soporte; siendo poseída por Garth como los dothraki tenían por costumbre; Slava delineó una sonrisa perversa en sus labios.
Aún podía recordar con claridad la lengua de Garth incitándola cuando sus propios hombres habían ido a llamarla. Era su momento de venganza -Ah...Adelante- Gimió entornando los ojos un momento ante la cruel embestida del hombre. Pudo percibir en seguida el sosiego de Garth ante sus palabras y Slava sólo respondió incorporándose, mostrando sus atributos femeninos a quien quiera que estuviese detrás de aquella puerta. Una de las manos de Slava tomó las de Garth para que la sostuviera de la cintura, era una posición bastante complicada de mantener sola pero no permitiría que saliera de ella. La otra por previsión se deslizó por los labios de su amante -Shhh- Si abría la boca para decir algo se encontraría con uno de los dedos de Slava ocupándose de eso.
Una doncella abrió la puerta con cuidado y se metió dentro, cuando alzó la vista se encontró con la escena que elevó su rubor a niveles insospechados mientras soltaba un gritito, haciendo reír a Slava, provocando que su cuerpo se moviera contra el de Garth -¿Qué sucede?- Cuestionó con una voz risueña y pícara antes de balancearse suavemente contra el Señor de Antigua -P-p-p-uedo vol…- Slava la cortó en seco negando -He preguntado qué sucede- Interrumpió, demandante -El M-m-maestre ha mandado a llamar a Lord Hightower para la reuni…- La muchacha seguía mirando sus pies con una clara incomodidad que Slava no hacía más que darle morbo, el balanceo se hacía cada vez más evidente, dejando que algún pequeño suspiro se escapara. ¿Sería doncella la muchachita? ¿Serían todas doncellas en El Dominio? -Mírame cuando me estás hablando- Espetó. Pese a todo, la cobardía no era algo que le agradara -Y dile al Maestre que Lord Hightowerrrrr- Cerró los ojos regodeándose en él un momento de la forma más perversa posible -Está mmmmuy ocupado. ¿Lo ves?- Inquirió y abrió los ojos -Si alguien vuelve a tocar esa maldita puerta en los próximos dos días no tenéis una puta idea del espectáculo que os voy a montar - La doncella asintió con la cabeza con nerviosismo y empezó a abrir la puerta -Y si comentas lo que has visto puedes informar al pueblo de que la tiene tan grande como el faro- Aquello terminó de espantarla, yéndose como alma que lleva el diablo y cerrando la puerta a cal y canto. Slava empezó a reírse de una manera tan sincera y espontánea que casi se le había olvidado que Lord Hightower hacía honor a aquella referencia del faro.
Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
I swear, this is not our last time
Día 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
En Essos, mucho más lejos que las tierras de la Discordia, se hablaba de sustancias capaces de nublar la razón de un hombre. Similares al alcohol, claro, pero éstas se consumían de otras formas y tenían efectos calmantes o que aumentaban los sentidos de formas antinaturales. Garth no había probado ninguna de las susodichas, pero podía entender cómo se podía sentir alguien que las consumiera… porque tenía su propia droga, y se había ahogado en la misma en los últimos diez días.
Dicha droga tenía una piel de terciopelo dorado y una cabellera color azabache que enmarcaba el contraste entre su cutis y sus ojos almendrados y multicolores, herencia lysena y dorniense al mismo tiempo. Además poseía una voz capaz de transformar el ronroneo más sensual en el ideal de lo erótico… y Garth era consciente de que la susodicha era completamente conocedora de dichos atributos. Y los usaba en su contra. Apenas si había podido salir de su habitación señorial, el piso más alto del Faro, desde que Slava Yronwood había llegado a Antigua. Ya fuera porque ella no lo dejaba o porque él necesitaba estar conectado a su amante, sentía que desatendía sus tareas como Señor del Faro y de la ciudad, y lo peor era que no le importaba.
Mientras el sol se colaba entre las hendijas de las cortinas e iluminaba la espalda tatuada y brillante por el sudor del Torrenegra, éste mecía sus músculos embistiendo a la diosa de la lujuria que era su amante. Sus manos callosas estaban apoyadas en la ondulante cadera de la dorniense, y sus pulgares masajeaban en lentos círculos su piel. Los ojos del guerrero estaban entrecerrados y acariciaban la columna vertebral de la fémina que se apoyaba en sus cuatro extremidades en el suave lecho rodeado de almohadones de fina confección. Su vientre marcado por el entrenamiento aplastaba las generosas nalgas de la hermosa mujer, permitiendo a su longitud acariciar cada pliegue interno de su humedad. Cada encuentro entre los músculos de ambos desprendía dos sonidos: el gruñido de deseo contenido del dominiense y el chasquido de la piel contra la piel.
Garth Hightower no se percató hasta que fue muy tarde de la puerta abriéndose, mas no fue el caso de la mujer bajo su cuerpo. La pícara beldad se irguió tras ordenar que quien fuera que estuviera afuera, ingresara, y apoyó su peso sobre el torso y vientre del guerrero. Él, embelesado por el deseo, colocó sus manos en el vientre de ella como se lo ordenó con gestos, sosteniéndola contra sí, pero también sintió el esbelto dedo de ella apoyarse en sus labios y acariciarle el mentón, metiéndose en su boca apenas para impedirle el habla con un chistido que solo logró que la siguiente embestida fuera más profunda. Ella lograba concederle sus fantasías más recónditas, incluso con sus negaciones. Garth sonrió, pero se sintió un poco frustrado al darse cuenta que ni siquiera cuando él la tomaba a ella estaba en control… pero por otro lado eso solo acentuaba el deseo que sentía por ella.
La doncella que ingresó tenía menos autocontrol de su habla que Slava, que estaba en medio del agitado acto y, pese a ello, la ordenó como si fuera la Señora de la Ciudad. El Hightower alzó una ceja ante la situación, pero el balanceo de las preciosas caderas de ella buscando su hombría, y la forma en que él elevó sus abdominales y pelvis para meterse en su interior con mayor brío lo distrajeron del asunto. Sus manos acariciaron el estómago de la morena cuando ésta cerró los ojos y una de éstas le hizo suaves círculos en el ombligo. Luego alteró el movimiento y en vez de embestir la hizo mecerse de lado a lado, tan metido en ella que sus gónadas acariciaron sus nalgas también.
Engrosó su hombría luego de la declaración de Slava y mordió suavemente su dedo justo cuando la doncella se retiraba con celeridad ejemplar. Subió una de sus manos y envolvió su seno derecho con la misma, masajeándola y deleitándose con la suavidad y firmeza de ella. Mordió su oído “Me encanta cuando te pones…mrrf… a dar órdenes.” Le susurró y le pellizcó el pezón. Le lamió la nuca y buscó los gruesos labios de la dorniense, mordiéndole el inferior. “Baila conmigo… como sabes hacerlo.” Sus labios se rozaron de nuevo mientras exigía aquello. Slava era una excelente bailarina, tanto con él dentro de ella como fuera.
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
I swear, this is not our last time
Presionó suavemente la lengua de su amante, disfrutando del calor que emanaba y envolvía sus dedos con un significado erótico que le erizaba la piel. Cuando la doncella se alejó y ladeó el rostro hacia Garth sintiendo en su interior la virilidad del hombre regalandole placer de formas poco esperadas. Slava no solía ser una mujer que se dejara hacer, por el contrario, le gustaba llevar el control de la situación y hacer que le otorgaran todo el placer que pudiera. En el caluroso Dorne, su apodo no se trataba sólo de aquella voz seductora y ronca que podía engatuzar a todo ser viviente...No, sino también de la forma en la que podía exprimir todo grado de sexualidad de un hombre o mujer si lo deseaba. La Sirena de Dorne era incansable, su apetito sexual era amplio y pocas veces en la vida satisfecho. Cuando su cuerpo se desataba y vibraba en torno a la necesidad, Slava podía tener hasta cuatro o cinco compañeros de cama en una noche y aún así sentirse ansiosa y hambrienta. Es por ello que prefería manejar las situaciones a su antojo y necesidad, conociendo o no a sus amantes, no era dada demasiado a ciertos experimentos por su incapacidad de ceder.
Entonces estaba Garth.
Desde sus manos masculinas que acariciaban con la presión precisa su espalda y su cuerpo hasta el aroma masculino que impregnaba su piel, el dominense sabía cómo revolcarla en la cama y agotarla. Años de experiencia, tanto el ámbito como en ella misma, sabía lo que le gustaba y lo que la hacía ronronear de placer. Y por eso confiaba. Improvisaba. Era creativa, aunque todo fuese una cierta pantalla en la que cedía, el poder siempre estaba en sus manos. Aquella posición era el fiel reflejo de aquella delgada línea en la que se encontraba la mujer en torno a él. Ceder o no y cómo hacerlo. Cuándo hacerlo. Qué tanto. Aquella leve mordida en su dedo, no había sido más que un gesto espontáneo, pero había sacudido a Slava con un ramalazo de placer que la hizo arquearse. El poder erótico que tenía Garth a su alrededor la enloquecía y gimió profundamente al sentirlo engrosarse en su interior, cerrando los ojos y echando su cabeza hacia atrás para apoyarla en su hombro para disfrutar. Decir que no había experimentado esa posición era mentir de manera muy descarada, pero confesar que era la primera vez que estaba tan cargada de placer era un deber.
La doncella pronto se convirtió en un efímero recuerdo mientras el Señor de Antigua la arrastraba de nuevo a las lides de la satisfacción y la lujuria, en lentos movimientos que la deshacía. Sus labios cálidos mordiendo su oído, su barba crecida arañando su piel y su voz seductora susurrándole halagos la hacían sonreír mientras danzaba al unísono y se entregaba a él - De haberlo sabido, empezaba a dar órdenes desde que llegué…¡Ahhh!- Gimió cuando pellizcó su pezón y en cuanto él buscó sus labios, ella hizo lo mismo. Existía algo de aquel momento que le molestaba y, al mismo tiempo, le daba un morbo tal que acrecentaba su humedad de una manera muy evidente. El hecho de no poder acariciarlo como deseaba, de saborear su deliciosa piel, de hincarle los dientes como muestra del placer que la poseía, de clavarle las uñas para marcarlo como suyo; le frustraba pero le hacía perder la cabeza de igual manera. Él podía tocar lo que quisiera, ella no tanto.
Las palabras que embelesaron su oído le hicieron cerrar los ojos con una sonrisa plácida antes de morder suavemente su quijada. Una de sus manos se deslizó por el brazo que le sostenía el vientre, moviendo sus dedos para ir más al sur y acariciar juntos aquel erógeno punto de placer mientras su cadera dictaba el ritmo de aquella lujuriosa danza que, curiosamente, no era tan rápida como siempre Slava dictaminaba, cruel evidencia que sus momentos juntos estaban cerca de terminar. Lo cierto es que los primeros días juntos sus encuentros eran rápidos y ansiosos, fieros, furiosos pero con el paso del tiempo solían disfrutarlo más, alargarlos un poco sólo para disfrutar del paseo y no llegar directamente a la meta. Mientras se movía contra él podía sentir sus glúteos contra la pelvis de Garth, su espalda contra el precioso y fornido pecho del guerrero y su excitación se mantenía tan ferviente como siempre. Su otra mano buscó la mano libre del dominense para llevarla directamente hacia sus pechos y acariciarlos -Joder…- Murmuró y acarició con la punta de la nariz la quijada de él, buscando luego sus labios, rozandolos suavemente -Lo que me haces hacer- Confesó antes de atrapar la boca ajena en un beso largo y profundo dejando que su lengua buscara la de su amante, enredándola y haciéndola suya.
Entonces estaba Garth.
Desde sus manos masculinas que acariciaban con la presión precisa su espalda y su cuerpo hasta el aroma masculino que impregnaba su piel, el dominense sabía cómo revolcarla en la cama y agotarla. Años de experiencia, tanto el ámbito como en ella misma, sabía lo que le gustaba y lo que la hacía ronronear de placer. Y por eso confiaba. Improvisaba. Era creativa, aunque todo fuese una cierta pantalla en la que cedía, el poder siempre estaba en sus manos. Aquella posición era el fiel reflejo de aquella delgada línea en la que se encontraba la mujer en torno a él. Ceder o no y cómo hacerlo. Cuándo hacerlo. Qué tanto. Aquella leve mordida en su dedo, no había sido más que un gesto espontáneo, pero había sacudido a Slava con un ramalazo de placer que la hizo arquearse. El poder erótico que tenía Garth a su alrededor la enloquecía y gimió profundamente al sentirlo engrosarse en su interior, cerrando los ojos y echando su cabeza hacia atrás para apoyarla en su hombro para disfrutar. Decir que no había experimentado esa posición era mentir de manera muy descarada, pero confesar que era la primera vez que estaba tan cargada de placer era un deber.
La doncella pronto se convirtió en un efímero recuerdo mientras el Señor de Antigua la arrastraba de nuevo a las lides de la satisfacción y la lujuria, en lentos movimientos que la deshacía. Sus labios cálidos mordiendo su oído, su barba crecida arañando su piel y su voz seductora susurrándole halagos la hacían sonreír mientras danzaba al unísono y se entregaba a él - De haberlo sabido, empezaba a dar órdenes desde que llegué…¡Ahhh!- Gimió cuando pellizcó su pezón y en cuanto él buscó sus labios, ella hizo lo mismo. Existía algo de aquel momento que le molestaba y, al mismo tiempo, le daba un morbo tal que acrecentaba su humedad de una manera muy evidente. El hecho de no poder acariciarlo como deseaba, de saborear su deliciosa piel, de hincarle los dientes como muestra del placer que la poseía, de clavarle las uñas para marcarlo como suyo; le frustraba pero le hacía perder la cabeza de igual manera. Él podía tocar lo que quisiera, ella no tanto.
Las palabras que embelesaron su oído le hicieron cerrar los ojos con una sonrisa plácida antes de morder suavemente su quijada. Una de sus manos se deslizó por el brazo que le sostenía el vientre, moviendo sus dedos para ir más al sur y acariciar juntos aquel erógeno punto de placer mientras su cadera dictaba el ritmo de aquella lujuriosa danza que, curiosamente, no era tan rápida como siempre Slava dictaminaba, cruel evidencia que sus momentos juntos estaban cerca de terminar. Lo cierto es que los primeros días juntos sus encuentros eran rápidos y ansiosos, fieros, furiosos pero con el paso del tiempo solían disfrutarlo más, alargarlos un poco sólo para disfrutar del paseo y no llegar directamente a la meta. Mientras se movía contra él podía sentir sus glúteos contra la pelvis de Garth, su espalda contra el precioso y fornido pecho del guerrero y su excitación se mantenía tan ferviente como siempre. Su otra mano buscó la mano libre del dominense para llevarla directamente hacia sus pechos y acariciarlos -Joder…- Murmuró y acarició con la punta de la nariz la quijada de él, buscando luego sus labios, rozandolos suavemente -Lo que me haces hacer- Confesó antes de atrapar la boca ajena en un beso largo y profundo dejando que su lengua buscara la de su amante, enredándola y haciéndola suya.
Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
I swear, this is not our last time
Día 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
El dominiense se mantuvo implacable, embistiendo a la dueña de su deseo con una lentitud que era producto de la intensidad con la que ella lo apretaba. Su longitud era apretada por las sedosas paredes del sexo de Slava, obligándolo a permanecer dentro la mayor cantidad de tiempo posible… y no era como si él quisiera retirarse en ningún momento cercano. Recibió la cabeza de ella en su hombro, y por tanto el resto del peso del cuerpo femenino sobre su vientre y pecho, y volvió a deleitarse con la sensación de sus turgentes glúteos presionados contra sus piernas y pelvis.
Sonrió ante su comentario y la forma en que le mordió la quijada, entreabriendo los labios mientras escuchaba el sonido del encuentro de sus sexos y de las pieles de ambos al chocarse que cada vez se volvía menos constante debido a como cambiaban el ritmo. Entreabrió los labios cuando ella dio muestras de escucharlo y alternó entre el vaivén de las caderas con movimientos circulares… con él completamente dentro. Obedeció las manos de Slava y le masajeó su humedad junto a ella mientras la otra mano subía hacia sus senos nuevamente. Su dedo índice hizo leves círculos en su clítoris al tiempo que la dorniense se mecía… y por otro lado su mano apresó en un masaje constante el pecho izquierdo de la diosa del desierto, haciendo que la tersa piel rebalsara entre sus dedos.
La cadencia del “baile” que llevaban era definitivamente distinta para ellos, acostumbrados a los juegos cargados de un deseo tal que debía ser explotado con velocidad y casi violencia… pero en la cabeza del Hightower se había comenzado a gestar una idea que no había estado allí antes, y que germinó debido al cambio de circunstancias que rodeaban a él y a su amante por igual. Dicha idea se había traducido a su actividad sexual, mas cadenciosa y dedicada a disfrutar todo el acto y no solo intentar llegar al final, como habían hecho en Lys durante sus primeros encuentros. Enredó su lengua a la de ella cuando Slava se giró para buscar su boca y le succionó su músculo bucal antes de alejarse apenas unos centímetros. “¿Yo?... Mrrrf… No te estoy escuchando quejarte al respecto.” Le contestó antes de usar una de sus manos para acariciar la parte trasera de su cuello y enterrarla entre las hebras de cabello oscuro.
Finalmente terminó necesitando verla bajo él mientras se retorcía de deseo… y no se contuvo en conseguir ese objetivo. La volvió a tomar por las caderas y ésta vez se retiró de dentro de ella de forma casi dolorosa, para luego alzarla y depositarla boca arriba entre los almohadones de la lujosa cama. Lamió su vientre, abrazando sus caderas mientras ascendía por su plano y femenino abdomen hasta llegar a la línea del canalillo de sus senos, donde la besó largamente, no sin antes abrirle las piernas y colocarse entre ellas.
Un movimiento ágil de su propia zona abdominal hizo que su longitud empalara a la dorniense hasta la base, y él entreabrió los labios frente a ella mientras sus pectorales aplastaban sus turgentes pechos como si tuvieran imanes. Le lamió el centro de los labios y siguió acariciándole el cabello mientras la otra mano se encargaba de sostenerle una pierna flexionada. Aceleró el ritmo, y las embestidas del señor de Antigua arrastraron a la Sirena de Dorne entre las sábanas mientras gruñía extasiado. “Estaba… pensando…” le dijo como si nada, iniciando su idea pero viéndose interrumpido por una oleada de placer que lo obligó a arquear la espalda.
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
- +18:
- I swear, this is not our last timeDejó que su espalda se deslizara contra la de el, disfrutando del contacto suave y caliente de la piel de ambos que, por supuesto, se asemejaba poco al placer que la hacía zozobrar y perder el control de sus piernas cuando Garth acarició su humedad y sus senos por igual. La cabeza empezó a darle vueltas y cerró los ojos para entregarse íntegramente al placer, perdiendo cierto apoyo en sus piernas y recostándose de él -No… no me...- No pudo terminar de armar la frase porque la fuerza de los estímulos arrasó con su entereza, clavo las uñas en los antebrazos de Garth al tiempo que gemía de placer. Sus gemidos se callaron cuando le besó pero su cuerpo seguía a merced del éxtasis, siendo placentera víctima de cada oleada que la recorría de pies a cabeza.
Cuando se separó de ella, Slava sintio un vacío horrible en el estómago pero no se había recuperado lo suficiente para quejarse. Por el contrario, su cuerpo se movió con facilidad a gusto del Torrenegra y yació sobre los almohadones con comodidad y el rubor, brillo y agitación propia de una fémina complacida. Cerró los ojos al sentirlo reptar por su cuerpo con aquella pecaminosa lengua que le robaba gemidos y suspiros quedos. Al abrirlos ya se encontraba entre sus piernas y sus labios contra la tersa piel de sus pechos, una sonrisa se coló en los labios de la dorniense mientras sus dedos marcaban los músculos de la fornida espalda masculina.
-Ahhh- Gimió cuando volvió a sentirlo en su interior, llenándola y completándola. Arqueo su cuerpo contra él, que se encontraba justo encima suyo, presionándola y uniéndolos hasta que hubiese poco menos que milímetros entre ellos. Le mordió el labio inferior antes de succionarlo con suavidad, dejándolo libre para hablar aunque las palabras le parecían un pequeño insulto -¿Pensando? - Cuestionó mientras su mano derecha pasaba de su espalda hasta su cuello -Estoy… perdiendo facultades entonces…-Murmuró antes de volver a morderle el labio pero ya con cierta fiereza. La mano que estaba en el cuello de su amante de cerró con firmeza al tiempo que sus piernas le envolvían para hacerlo penetrarla con más intensidad.
Fue cosa de segundos antes de fuese Garth quien yacía bajo ella. Los labios de la serpiente sureña se deslizaron por su mejilla hasta llegar a su oído -No pensamos mientras estamos cogiendo- Le dijo, con un tono cargado de reproche para después bajar y morderle el cuello con fuerza. Probablemente dejándole una marca antes de elevarse como dueña y señora del cuerpo ajeno, conquistadora de la Torre y clavarle las uñas en los pectorales solo para mantener cierto equilibrio. Su mirada brillante de placer y tal vez furia se posó con intensidad sobre las orbes de aquel hombre que, en ese momento, proclamaba como suyo.
Una de sus garras se desclavo de la piel de Garth para ascender hasta su quijada, inmovilizándola solo con tomarlo de ahí y meter uno de sus dedos en su boca, inclinándose hacia él -Cuando me follas, no piensas, sientes- Sentenció mirándolo intensamente mientras sus caderas iniciaban un ritmo cada vez más furioso obligándolo a perder la cabeza como tantas otras veces y si siquiera pensaba en tocarla iba a acabar con las manos mordidas y golpeadas.Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeDía 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
Sentirla arquearse bajo su peso, friccionando su vientre al suyo era tan exquisito como la primera vez que se habían vuelto uno. Los orbes grises del señor de Antigua recorrieron la perfecta figura de la diosa de las arenas, desde sus largas piernas, pasando por su plano estómago hasta las curvas de sus turgentes y firmes senos… Garth podía ahogarse en ese cuerpo y morir en medio del éxtasis más grande que había conocido por una mujer… y no exageraba.
Se relamió los labios fugazmente una vez estuvo dentro de su humedad, fascinado por el hecho de lo bien que se complementaban y deleitándose en la corriente de placer que le recorrió la espalda cuando las paredes de la dorniense se cernieron a su alrededor. Un gruñido profundo surgió de su masculina garganta, justo antes de acercarse al rostro de la beldad morena y lamer sus labios y ser premiado por ello con un mordisco a su propio labio inferior. Pero olvidaba el carácter de su amante y de lo volátil que podía ser con algunas cosas… y “Pensar” no era un verbo que se llevara bien con Slava en medio del acto carnal. La verdad era… que Garth no había generado su idea en medio del sexo con ella, sino que venía procesándola desde el momento que se enteró que ella estaba legitimizada. Por una vez, Alester Florent le había hecho un favor.
“Hrmmm” murmuró en respuesta ante la mordida de ella, acariciando sus estrechas caderas con ambas manos y embistiendo aún con su cadencia acostumbrada, constante y potente, haciendo que los chasquidos de la piel al encontrarse con piel fueran audibles y rebotaran contra las paredes de la lujosa habitación. Sin embargo, Slava tenía algo que decir… y Garth lo predecía antes incluso de que ocurriera. La conocía, no por algo hacía años que eran amantes.
No se quejó de la presión de los dedos de ella sobre su cuello, ni tampoco de sus piernas en su cadera, obligándolo a empalarla más profundo y haciéndole difícil los movimientos pélvicos para seguir arremetiéndola… Pero la Sirena buscaba otra cosa. Un movimiento de cadera coordinado con agilidad y presión logró quitarle el dominio al Torrenegra, haciendo que quedara recostado entre los almohadones. Pensar que muchos que le temían no se podrían ni imaginar que él no mandaba en su lecho, sino que era consumido por el deseo que sentía hacia la mujer que, ahora, lo poseía de igual forma que él a ella.
Se arqueó cuando lo mordió y sonrió, sabiendo que quedaría marcado por una semana al menos. “Yo si que… mrhhhh… pienso…” le respondió desafiante mientras Slava se erguía, exponiéndo su hermosura frente a él. Garth se detuvo a admirar los ojos multicolores de la dueña de su lívido y los perfectos rasgos de su nariz y labios gruesos, rodeados por esos pómulos de facciones elegantes, más aristocráticas incluso que las de muchos otros que se proclamaban de mejor cuna, pero sin perder ese toque sensual y rebelde… la línea de su cuello desembocaba en esos redondos y elevados senos que desafiaban la gravedad con su firmeza, encajados entre los brazos de la Sirena mientras sus uñas, que Garth en secreto adoraba sentir marcandole el cuerpo, se clavaban en sus amplios pectorales. Hacia abajo, el vientre de la morena era uno con el suyo, allí donde sus sexos no dejaban de mimarse, como una droga que se consumía lento.
Cuando ella le tomó la quijada, él le lamió el dedo que le ofrecía y le comenzó a acariciar la cara exterior de sus muslos, ascendiendo hasta sus caderas con ambas manos. “Ni siquiera… mmierda… si pienso en como hacerte… gritar mi nombre?” le susurró de vuelta sobre sus labios. El sexo lo hacían con cuerpo y mente, y él adoraba sentir como ella se derretía por sus atenciones… pero ahora Garth era el que le tocaba retorcerse de deseo. El ritmo iniciado por ella lo arrastró apenas por las sábanas, obligandolo a arquearse de placer y a enterrar sus dedos en los firmes glúteos de la dorniense, marcándole con la yema de los dedos la dorada piel.
No tardó en mover ascendentemente su vientre, ondulando sus marcados abdominales para encontrarse con el vientre de ella y lograr que su hombría se deslizara perfectamente dentro de ella, hasta que la base de la misma chocara contra los labios exteriores de la humedad de Slava. Sus gruñidos ya no eran contenidos, sino que surgía en cadenciosas exclamaciones de deseo. Se irguió un segundo y le besó el centro de su pecho, allí donde se juntaban ambas tetas y le arrastró la rasposa lengua por dicha zona hasta su seno izquierdo, donde la mordió suavemente y le tiró de la piel con los colmillos… pero no tentó demasiado a su suerte y se volvió a recostar…. Si Slava estaba molesta y follándolo, no quería recibir más cortes de los que la lujuria viera conveniente. “Eres… perfecta…” susurró por lo bajo, terminando por nalguearla con una sonrisa de éxtasis, queriendo durar más de lo que sabía que duraría.
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeMolestándola. Eso era lo que estaba haciendo. Aquel gruñido que interrumpió la frase lo dio por hecho y Slava apretó más sus uñas contra la firmeza del pecho de Garth hasta el punto de hacerle sangre mientras siseaba cual serpiente iracunda. La ira le daba un brillo extremo a sus rasgos que, probablemente, Garth no hubiese visto hasta ahora -No- Espetó, furiosa con él porque a pesar de que su humor había mutado no podía permitirse descender, no tenía la voluntad de dejar de sentirlo en su interior, poseyendola con toda su firmeza como si no hubiera mañana. Maldito y sensual dominense. Pero bien que le haría quedar en claro que la cabeza debía perderla…De una forma menos bélica.
Conocía muy bien el cuerpo de su amante pero también el suyo propio y sabía que su propio control estaba por desaparecer en otro capítulo de éxtasis. El ritmo era una tortura para él pero era un arma de doble filo para ella, siempre tan ansiosa y sedienta de placer. Podría haber sido más controladora, podría haber golpeado sus manos para que dejara de apretar sus nalgas pero le gustaban demasiado sus caricias para alejarlo. En el momento en el que se arqueo su cuerpo le dio más espacio y apresuró el ritmo mordiéndose el labio para no gemir, aunque no tuviese éxito alguno.
Abrió los ojos cuando sintió el beso en su pecho y aquel mordisco. El también sabía lo que le gustaba y cómo jugarle, una sonrisa se dibujó en sus labios que casi pasa por dulce si no fuera porque Slava era una mujer que exudaba sexualidad -Lo… ahh… se… no… no uses tussss… malditos clichéeeeee eees conmigo…- Espetó mientras una de sus manos se desviaba hacia su pecho izquierdo, el que el recientemente había mordido, para acariciarlo y apretujarlo, esperando que no perdiera el calor de la boca del guerrero. La otra mano la dirigió a la nuca de Garth, atrayéndolo hacia sí para que se levantará y hundiera su rostro en sus pechos. Que los lamiera, los besara, los mordiera… el deseo y la lujuria se hicieron más presentes que nunca, olvidando por completo cualquier tipo de tonta ofensa. La mano la subió hasta el cabello del Torrenegra, enredandolos en estos y tirando de este, aunque sin saberlo, perdida en las sensaciones que empezaban a emerger-Joder… joder… - Incapaz de controlarse, Slava se movía frenéticamente contra Garth haciendo que sus caderas chocara una y otra vez tan fuerte que ya les dolería después; sin cesar arrastrándolos a los dos al éxtasis de aquella unión, el punto final con tanto ahínco como siempre. Y aún así no se detuvo, bajó el ritmo poco a poco solo para alargar su propia satisfacción mientras volvía a tirar del pelo de Garth para que dirigiera sus labios a los de ella, succionando su labio inferior primero antes de invadir su boca posesivamente y enredar su lengua con la propia.
Cuando finalmente los últimos estallidos de placer se acabaron Slava se separó de los labios de Garth, lamiéndose los suyos y consumiendo el resto de su sabor. Ambos tenían estaturas similares, pero en la posición en la que estaban la dorniense tenía un poco más de altura así que cuando abrió los ojos y tiró del pelo de Garth para que le mirara, ella le observaba desde arriba fija e intensamente -No te lo corto porque eres mi mejor amante, pero la próxima te juro que vas a terminar meneandotela sola con tus pensamientos sobre mi mientras me voy con algún bastardo. A ti, que te gusta tanto pensar te divertirá- Le gruñó en la cara antes de morderle el labio con maldad. Tenía la intención de salir de aquella posición y tirarse en la cama para descansar un rato, luego perderse en el vino pero tomando en cuenta que estaba encima de él era probable que no la dejara escaparse.Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeDía 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
Discutir con Slava estando dentro de ella era una tarea imposible o cuasi imposible. Garth lo lograba por su increíble fuerza de voluntad, y porque sospechaba que también la distraía con sus propias embestidas… pero la Sirena no se tomaba a bien que la contradijeran, y era entendible. ¿Quien era capaz de decirle que no? Él… y había que dejar de contar. Una exclamación de dolor entremezclada con placer surgió de lo profundo de su garganta cuando las garras de la dorniense le marcaron los pectorales, dejando unas líneas rojas claramente visibles… le encantaba que la pasión y el enojo la llevaran a hacer esas cosas.
Afianzó su agarre sobre los glúteos tersos y perfectos de la diosa de las arenas y le arrastró las palmas por el ondulante trasero, ascendiendo hasta la baja espalda arqueada y masajeandole los lumbares mientras mecía su propia anatomía contra la de ella, logrando que su vientre se friccionara salvajemente contra el contrario. Al ver como no lo rechazaba en sus caricias, Garth sonrió triunfante… pues pese al enojo que sabía que ella acumulaba luego de estos episodios, tenía su efecto sobre Slava con sus masajes y caricias, y al verla extrañarlo en la zona de sus senos, le pasó las manos por el vientre y ascendió hasta tomarle las tetas por la base, masajeándoselas en círculos apretados.
Pero luego de escucharla reprocharle el uso de la palabra, la sirena lo tomó de la nuca para acercarlo nuevamente a su pecho, cosa que él adoraba. Le rodeó la cadera con mayor fuerza y abrió la boca con hambre, apretando sus labios completamente contra la piel orgullosa de la dorniense y recorriendo sus senos con los dientes y lengua. Sus colmillos le pellizcaron bajo el pezón y subió a succionar la protuberancia, rodeandolo con su lengua en un apretado sello húmedo. Sin embargo, no se dejaban de mover… ninguno de los dos. El ritmo había acelerado, no por su propia decisión, pero no por ello se quedaría atrás, elevando su fibrosa anatomía para hacerla rebotar en cada embestida.
Finalmente el orgasmo se terminaba de construir por la forma en que la morena aumentaba sus gemidos y él sus gruñidos. Mordió con mayor deseo su seno izquierdo y embistió ascendentemente, logrando que su longitud venciera sus apretados pliegues húmedos uno a uno, solo para tener que repetir el proceso, que se desembocó inexorablemente en la cúlmine del acto. Slava lo apretó sin compasión dentro de ella, y él tensó sus músculos antes de terminar derramándose de a poco, todavía besando el canal de los senos de su amante mientras descargaba en ondulados movimientos.
Elevó el rostro mientras masajeaba la curva espalda de la dorniense y encontró sus gruesos labios con los propios, enredando su lengua a la de ella de forma depredadora y casi ronroneando sobre sus labios, ladeando el cuello para poder tener mejor acceso a su boca y, luego, respirando de forma dificultosa, se recostó nuevamente mientras le acariciaba los muslos. Se rió de buena gana con la amenaza de ella y le mimó la cadera. “Bien… tu ganas, pero… ahora que estamos en un interludio te contaré mi idea…” sugirió, pero sin pedir permiso.
Se irguió de nuevo, lento y preciso. No la dejó levantarse, sino que le acarició el trasero nuevamente y le obligó a rodearle las caderas con las larguísimas piernas. Su pecho arañado se pegó de a poco contra los senos generosos de la morena, y su boca se rozó con la de ella de a poco. “No es una… idea nueva…” le mordió el mentón y ascendió hasta lamerle el centro de sus labios. “Se me ocurrió ni bien llegaste de hecho…” El Hightower hablaba con voz cascada debido al placer que todavía lo envolvía… y de hecho, no se había separado de su interior, así que seguía siendo masajeado por sus pliegues.
“Que piensas de cambiar… de apellido nuevamente?” le preguntó mientras una de sus manos se enterraba entre los densos cabellos de ella, atrayéndola de la nuca y mordiéndole el labio inferior. No había descargado todo su deseo… con ella nunca era suficiente después de todo, y se había acostumbrado a intentar contener algo para las múltiples sesiones que Slava le exigía. El calor de los pechos de ella rebalsaba entre sus pectorales, y la excitación volvía a acudir al lívido del Señor de Antigua. “Que piensas…?” comenzó, y al mismo tiempo empezó a mecerse hacia arriba de forma lenta y cadenciosa, dando lugar a las palabras entre ambos “De volverte Slava Hightower?” quizás no era el mejor momento para proponerse, pero en medio del sexo ella podía estar menos espabilada, y eso sería una ventaja para su sugerencia. La miró directamente a los ojos con sus orbes grises brillando de lujuria y expectativa mientras su aliento se mezclaba con el contrario mientras la elevaba por la pelvis para comenzar la segunda ronda de la mañana…. y quizás uno de los momentos mas importantes de su vida.
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeApoyó las manos en el fornido abdomen del dominense cuando éste se acostó, escuchando su risa como si fuesen un par de dagas clavadas bajo su piel pero acceder a que tenía la razón siempre lograba apaciguar el fuego interno de la bastarda. No obstante, el hombre seguía empecinado con su bendita idea y esperaba que fuese una malditamente buena para seguir con el tema después de una pelea. E iba a abrir la boca en cuanto habló, pero el tono no permitía desacuerdos así que se lamió los labios con cierta incomodidad.
El movimiento bajo ella cuando Garth se irguió hizo que cerrara los ojos. Después de dos orgasmos su cuerpo estaba sensible y cada pequeño oleada le daba un corrientazo de placer. Sus pezones se encontraban aún erectos cuando se rozaron con el pecho cálido del dominense y sus piernas rodeándolo hacían que su pubis rozara con el de él dandole un masaje suave y elevando nuevamente su líbido. Y por si fuera poco, el la engatuzaba con sus movimientos suaves, seduciendola aún más y llevándola a ese sentimiento de dispersión fatal y placentera que le otorgaba felicidad. Las manos de Slava ascendieron por los brazos que la rodeaban ronroneando lentamente -Tengo 15 días aquí, Garth- Murmuró con la voz baja y un poco ausente mientras se balanceaba con suavidad sintiendo que pronto acabarían liándose nuevamente.
Estando en aquel estado de excitación constante, casi como si hubiese alargado su propio orgasmo, Slava no tenía todas a su favor para dilucidar lo que Garth quería decirle antes de que terminase la primera pregunta. Recorrió con su lengua sus propios labios tras el mordisco, una pequeña sonrisa había acabado en su boca. Lo único que creyó comprender es que quería que ella volviera a ser una bastarda, cosa que le gustaba bastante. Gimió por el movimiento del dominense y deslizó sus brazos por su espalda pegándolo más a ella y acompañando la danza con su movimiento de cadera. Pero en cuanto su nombre se vio acompañado por el apellido de él, Slava abrió sus ojos multicolores para posar su mirada vaga y perdida en el placer en las orbes lujuriosas de Garth.
Se repitió la pregunta un par de veces en la mente así como el nombre mientras seguía recibiendo oleadas de placer nacidas de su interior apoderándose de su cuerpo en un increíble remolino de erotismo puro -Garth- Ronroneó mientras sonreía de lado en un gesto felino -Estoy aquí para follarte, no para ser tu esposa- Susurró antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el suave bamboleo de sus cuerpos -Me follas como me follas porque no soy tu esposa- Aclaró soltando una risita baja, oscura y perversa -No hay límites, no hay deberes, sólo nosotros dos- Apretó sus pechos contra el suyo ignorando la presencia de la sangre sobre su piel y volvió a gemir sobre los labios de su amante dejandose llevar por sus bajos instintos pero sin perder la concentración en la conversación -Las esposas son los trofeos de los señores de Poniente. Yo no seré lo que quieres que sea, sólo seré el mejor sexo de tu vida- Río nuevamente mordiéndole el labio inferior antes de dejar una hilera de besos por su barbilla y acercarse a su oído -Y cuando te folles a tu damita te preguntarás qué lecho estoy calentando esa noche. Si quieres El Dominio, si quieres a Poniente, no te soy de beneficio alguno, siempre seré la bastarda de Palosanto, la Sirena de Dorne y tu peligrosa puta dorniense-Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeDía 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
Slava era una amante de los ritmos acelerados y de las cabalgatas salvajes que hacían que Garth perdiera la cabeza en un fugaz, o varios fugaces, polvos que los dejaban a ambos exhaustos. Por eso, era toda una novedad que el dominiense hubiera logrado que ella siguiera un ritmo lento y cadencioso… y eso lo ponía sobre manera, cosa que se reflejaba en el brillo de deseo en sus ojos grises y en sus labios entreabiertos ante el placer y la sensibilidad.
Si, claro que estaba sensible… había tenido que correrse dos veces para su diosa de la lujuria que no paraba de pedirle más, y él nunca le podía ni quería decirle que no. Se deleitó con las suaves y turgentes tetas de la dorniense apretándose contra su pecho, haciendo que sus pezones le punzaran su piel en una erótica caricia. El Hightower se daba cuenta que estaba loco por esa mujer… lo sabía y le frustraba al mismo tiempo. Con ninguna amante disfrutaba tanto el estar así de apretado, y su hombría así de profundo en el cuerpo contrario. Su vientre trabajado se friccionaba contra el de ella, y sus manos le masajeaban los glúteos y los lumbares en la baja espalda curva mientras leves movimientos de pelvis lograban mantener estimulada a la Sirena… y a él en el poceso.
Le besó el largo cuello y le pellizcó la piel con los colmillos antes de acariciar sus labios con los propios. No tenía una idea preconcebida de como Slava tomaría su propuesta, pero al parecer no había sido tan mal recibida como él había imaginado. Su primera negativa fue dicha con semejante erotismo y con una sonrisa tan seductora, que el Torrenegra se engrosó entre los pliegues de la dorniense, despertándose del todo nuevamente. Las uñas de ella arañándole la musculosa espalda lo atraían hacia su anatomía hasta que no existiera espacio entre los cuerpos de ambos, y eso le fascinó.
La sintió bambolearse con ese sensual ritmo lento, y él le respondió sincronizándose con ella, elevando su verga y masajeandola por dentro, ya que no salía de ella. En vez de follarsela como normalmente lo harían, ahora solamente masajeaba con su grosor los interiores de Slava mientras ella lo apretaba y lo soltaba, haciendo un ejercicio mucho mas cansador de lo que aparentaba. Gruñó de deseo, mirandole los ojos multicolores y la forma de relamerse los gruesos labios. “Estas equivocada…” le respondió con otra sonrisa de las suyas.
Entendía por qué la mujer se negaba: La idea que los dominienses tenían a sus mujeres por premios y no porque de verdad las respetaran. No podía culparla, pero le sorprendía que a esa altura pensara así de él. “Piensas que yo, un hombre que jamás pensó en el matrimonio, te ofrecería algo así a ti solo porque me pareces un premio?” le preguntó mientras se movía hacia el cabezal de la cama, pegando la espalda de ella contra éste y aferrándose con una mano a la madera, apretándola entre él y la pared. Una larga exclamación de deseo surgió de su boca hacia la de ella y comenzó a impulsarla hacia arriba, pero sin dejar el ritmo cadencioso y lento.
“No deseo follarme a ninguna damita, prefiero… follarte a tí y que tú seas mi compañera en mis objetivos, como lo has sido hasta ahora…” articuló entre sonidos guturales. Le acarició las estrechas caderas y le apretó mas los glúteos para mecerla y elevarla notablemente, haciendo que se empalara por su propio peso. Los golpes a su útero eran constantes y lentos, pero eso solo lograba que su irritada hombría creciera hasta su máxima expresión y se calentara. “Nunca un premio, siempre una diosa… diosa de las arenas y del Puerto… dueña de la Torrenegra…” continuó, y en una de sus largas embestidas le atravesó el útero para que lo sienta en lo mas profundo de su ser..
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeMientras observaba a Garth desde su privilegiada posición admiraba el profundo brillo lujurioso de sus ojos. Una faceta que estaba llegando a descubrir por la danza lenta y erótica que en ese momento llevaban a cabo sus cuerpos, moviéndose al unísono en la búsqueda calma del placer. Slava no era una mujer que adorara ese tipo de cosas que en su opinión podría rozar el romanticismo, era más de las hembras que empotraban contra una pared por su incapacidad de controlar el deseo y por el fervor que despertaba en aquel a quien había escogido como un amante esa noche. Sus labios entreabiertos le invitaron a lamerlos antes de mordisquearlos con la misma paciencia pues su gesto de placer evocaba el suyo propio. Podía sentirlo en su interior de una manera diferente pero igual de provechosa.
La respuesta de él le hizo sonreír. Slava pocas veces en la vida estaba equivocada -¿Lo estoy?- Cuestiono pegándose a el y deslizando sus labios por su cuello, recibiendo el mismo mimo de su parte. También percibía en su interior como se engrosaba y aquello le robaba un suspiro tras otro, dándole un arranque de placer que le hizo mover la pelvis involuntariamente contra la de el varias veces de forma menos lenta, en gesto inequívoco de ansiedad mal contenida. Echó la cabeza hacia atrás, consumida por la excitación al sentir su virilidad tan dentro de ella; tomando como único apoyo la mano que estaba en la nuca de su amante con las uñas clavadas en su piel -Por la Diosa… eres una maldita bendición-
Pero sus caricias y masajes suaves pronto la volvieron a concentrar en la lenta danza que tenían y alzó la cabeza para mirarlo respirando con cierta dificultad -Me estás matando- Susurró apoyando la frente sobre la suya con la cándida mirada consumida por la impotencia de no ir directo al grano. Su cabello enmarcaba su rostro y sus orbes quedaron ancladas en las de él, por un lado agradeciendo que fuesen lento porque le permitía pensar. Le dejaba tener un sano equilibrio entre el placer y la concentración, un equilibrio Pacífico que solía encontrar solo después del orgasmo y que descubría ahora que estaban así.
El área del iris coloreada de púrpura brillo en cuando Garth se movió y apoyó su espalda contra la madera, dejándola limitada de movimiento. Se atrevió, nuevamente, a morder su labio inferior con un leve siseo. Eran pocas las veces que el se imponía de forma tan marcada su presencia pero a ella le encantaba y su cuerpo se lo hizo saber a Garth, ciñéndose a su alrededor y apretándolo con fiereza mientras su humedad crecía - Joder- Podía sentir todo el calor que ascendía por ambos cuerpos y escuchó las palabras de él, analizándolas para después hablar -Ja.. Dime…- Murmuró con la voz cascada de placer, ronroneando las R y alargando las vocales - Me dejaras sentarme en tu regazo cuando te reúnas con tus señores? ¿Que pasará si estás en una gran reunión y yo quiero que me folles? Irrumpiré desnuda y te lo exigiré… Lo sa...Ohh.. ohh.. ahhhh- Gimió con fuerza, cortando su petorata en cuanto el la embistió de tal forma, su peso le jugó a favor y las embestidas pronto la iban a ayudar a desencadenar otro orgasmo… o eso creía ella, el ritmo lento no la dejaba alcanzarlo.
-Eres mío, Garth- Le susurró posesivamente inclinándose para acortar el ya breve espacio que había entre ellos, la presión de sus cuerpos les impedía respirar con normalidad. La mano que estaba en su nuca le acarició con dulzura -Soy tu dueña, soy tu diosa y para ello no necesito ser tu esposa. Nadie podría superarme- Sentenció regodeandose en el placer que él le suministraba con tanto ahínco e intentando moverse para acelerarlo pero sin poder hacerlo y gruñendo al respecto.
Tomo una larga respiración para luego soltar una especie de puchero y capricho, una queja evidente con tono de reproche -Querrás hijos, tus vasallos querrán hijos y herederos. ¿Me tomarás cuando esté tan grande que no puedas abrazarme así? - Cuestiono alzando la mirada con cierta impaciencia y después tenso la mandíbula, así como su cuerpo. Sabía perfectamente que no estaba bien visto copular durante el embarazo por miedo a perdidas. Incluso decían que el niño nacería con deformaciones -¿Que sucederá el día que los Hightower vayan al campo de guerra? ¿Me obligarás a rezarle a los Dioses? ¿Me dejaras ir a tu lado?- Volvió a preguntar mientras más escenarios venían a su mente, apretó las piernas a su alrededor para sentirlo contra ella -¿Que pasará el día que Doran me convoque?- Inquirió y sin dejarlo responder atrapó sus labios en un beso lento, dándole tiempo para pensar en cada respuesta pero encontrándose cada vez más cómoda con la idea. Era Garth, el mercenario que había conocido en Essos, no un señor cualquiera.Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeDía 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
En un mundo en donde los hombres suelen ocupar los papeles centrales de la historia, la cultura y la sociedad, muchos llamarían a Garth un loco. Él jamás había menospreciado a una mujer, y muchas veces había tenido mas cuidado del sexo femenino que del masculino. Después de todo, a los hombres él los conocía… él mismo era uno de ellos, pero las damas… eran un misterio irresoluble. Un magnífico misterio irresoluble. Por esa razón no había tenido problemas de trabajar con Slava cuando se conocieron, y por esa misma razón no tenía problemas conque ella lo cabalgara como la excelente amante que era… de hecho, adoraba verla desde abajo y hacerle sentir su grosor y potencia, para que dicho sentimiento se reflejara en su encantador rostro.
Lo otro que adoraba era sentirla tan cerca… y apretandolo de la forma en que lo hacía. Intentaba en vano contener sus gruñidos de deseo sobre los labios de Slava, engrosándose cada vez que su hombría se irrigaba de sangre ante el llamado de la diosa de la lujuria que era ella, y sus pectorales se inflaban cuando respiraba, apretando sus senos y obligando a que éstos se amasaran y rebalsaran por su piel. Pero los movimientos no variaban por su parte… lento y seductor, el Señor de Antigua enterraba su torre entre los pliegues de la sirena del desierto para que ésta disfrutara de uno de los polvos mas lentos de su vida sexual juntos. Y era exquisito, al menos para él. “Si… lo… estas…” respondió besándole el mentón.
“Sientelo… asi…” le respondió cuando ella pegó la frente contra la de él, y elevó su pelvis para empalarla de nuevo, otro tramo lento y profundo mientras le sostenía por la cadera y la aplastaba con suavidad contra la pared. “Ahhh… mierda…” si, él tampoco podía mantener el ritmo lento por siempre, pues su propio lívido quería explotar. Sus dedos le masajearon los lumbares y la curva baja de la espalda, y los otros le recorrieron el costado de uno de sus senos. “Los señores deberán esperar en…. ese caso.” respondió a su primera pregunta, pegando la espalda de ella al cabezal de la cama nuevamente, y haciendo que la estructura de madera crujiera con cada potente, pero suave, embestida.
“Lo soy… y tu eres hrmmffff mía… pero…” respondió, mordiéndole el grueso labio inferior y dandose cuenta de los intentos de la dorniense para acelerar el ritmo. “Ahora podemos… formalizarlo. Eres una Yronwood y la única mujer que podría poner a mi lado y respetarla… como una igual…” entrecortadas, sus palabras eran ciertas en la mente del señor guerrero. Sonrió y le apretó fuerte uno de sus glúteos. “No estarás gorda… estarás perfecta…” siguió, para luego mirarla con ojos brillantes y responder afirmativamente “Y obvio que te tomaré….” Sus dientes viajaron por el cuello de ella hasta la curva de una de sus tetas, donde la mordió y pellizcó. Su pelvis de abdominales marcados con cicatrices la bambolearon hasta que pareció que la clavaba contra la pared con embestidas lentas y calculadas. “Imagina… las eternas mañanas en las que…. haremos esto durante… largo tiempo…” continuó, antes de succionarle el pezón y enredarlo en su lengua.
La besó con pasión cuando ella se acercó y enredó su lengua a la suya, reconociéndola como su dueña y abriendo la boca para dejarle acceder enteramente. Respiró el aroma de la bronceada mujer y cuando se separaron con un chasquido húmedo, le contestó sin abandonar las suaves subidas y bajadas que acompañaban su conversación. Su verga, sin embargo, comenzaba a lanzar pequeñas conmociones, anunciando las ganas de acabar nuevamente, un orgasmo que él mismo se estaba negando para regalarle a su amante una corrida digna de mención. “En la paz… y en la guerra seremos uno… lucharemos codo con codo y follaremos en los campamentos de guerra tanto como en la cama matrimonial hermosa…” sus labios se rozaron de nuevo mientras hablaba y le lamió el centro de los de ella en un arranque de deseo particular. Quería ser deborado por la dorniense… y que ella disfrutara con aquello.
“Cuando Doran te llame, iré contigo o irás sola, como te plazca… seremos uno por más que tengamos asuntos… que… ahhhh tender” Todo eso lo decía con sinceridad y con la necesidad de que ella le respondiera afirmativamente… “Me gustaría…” su pelvis se encajó contra la de ella, friccionandole el clítors con la parte superior de su sexo “Que me respondieras antes de que… me corra…” se mordió el labio y le acarició el cabello negro, haciendo que varios mechones cayeran sobre su propio rostro.
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeLos labios de la Sirena se curvaron en una sonrisa cuando Garth aseveró que estaba equivocada. La boca cálida del dominense acaricio su piel mientras ella gemía, incapaz de contener el deseo de su cuerpo que, cada vez con más ahínco, deseaba llegar hasta el final e intentaba moverse para colaborar pero el espacio no se lo permitia. El momento podría pasar de erótico a doloroso para la exigente mujer si no se tratara de él, quien conocía como nadie aquel cuerpo y lo estimulaba con sus besos, sus manos y sus propios gemidos. Ambos se encontraban en vilo, acariciando el orgasmo con la punta de los dedos pero sin llegar a alcanzarlo, simplemente manteniendo aquel estado para poder hablar y Slava solo podía manifestar su contenido control con las garras marcando la espalda contraria y los dientes mordiendo la piel ajena. Las únicas dos limitadas oportunidades que tenía. La pasividad era extraña, pero tenía su encanto. Y sabía, por ejemplo, que no podría tumbarlo como otras veces. Garth la tenía exactamente donde la quería.
Los movimiento largos y lentos, recorriendo todo su interior la hicieron percatarse de toda la extensión de su amante, reconociendo su unión de una manera diferente y zozobrando a cada una de sus embestidas. Su mirada se clavaba en la ajena intermitentemente pues el deseo y la lujuria la hacían cerrar sus orbes, entregándose a las corrientes placenteras que se adueñaban de su cuerpo y que le transmitía apretándolo y refregando su cuerpo con el ajeno. Ya pocas cosas le quedaban por decir y de haber tenido que hablar probablemente no habría logrado emitir una frase entera.
Garth respondía a cada una de sus preguntas con una respuesta idónea lo que le hacía más difícil a Slava mantener la negativa. Extendió su cuello para que le besara siseando como serpiente a los mordiscos mientras sus manos estaban en la baja espalda del Torrenegra instando a follarla con más furia aunque la potencia de sus embestidas, el crujido de la madera cada vez que la empalaba y sus propias palabras estaban acercándola con mayor fuerza a su destino. El erotismo de aquel momento estaba volandoles la cabeza.
De todo lo que había dicho el señor de Antigua, fue tal vez lo del amanecer lo que le hizo cambiar de idea. Su mente divagó en cada uno de los escenarios de Garth tomándola, en la habitación, en la mesa de reuniones, en la punta del faro, en una esquina del castillo haciéndola humedecerse más de poder disfrutar de aquellos todos los días cuando ella misma lo dispusiera y no esperar hasta que una misión la trajera hasta El Dominio.
Podría haberle contestado antes cuando ya había decidido que hacer, pero su boca caliente tomando sus senos la llevaron al decadente estado de estar, a punto, de suplicarle que la embistiera con más fuerza. Su centro de placer se vio inmediatamente estimulado cuando le clavó las uñas en los glúteos masculinos, disfrutando de la carne ajena y una cadena de gemidos se apoderó de ella, gemidos que morían en los labios de su amante. Abrió los ojos cuando Garth le pidió que le respondiera antes de que se corriera y encontró la manera de devolverle la tortura, un momento de pícara lucidez.
Alzó suavemente la cara y se alejó solo para observar su rostro mientras una sonrisa sardónica se delineaba en sus voluptuosos y ya rojos labios -Ja…- Dejo escapar y contuvo su gemido posterior mordiéndose el labio. En su interior el cálido contacto se volvía más cerrado, apretando sus pliegues alrededor de la torre y aumentando la fricción. Slava podía reconocer perfectamente cuando Garth estaba por venirse, conocía sus reacciones y esperó en silencio a que su jugarreta hiciera efecto. También sabía que en cuanto sintiera su verga clavada hasta las profundidades de su ser, derramando su semilla en ella alcanzaría su propio orgasmo pero si había esperado tanto… porque no vengarse.
Esperó y espero el momento idóneo para acercarse a sus labios y susurrar -Si… Seré tuya- Tras eso cerró los ojos y besó los labios del Señor de Antigua mientras se entregaba al placer que se desataba desde su zona sur hacia el resto de su cuerpo.Garth Highotwer — 10 mes VII — El Faro
Re: I swear, this is not our last time - Flashback - Garth (+18)
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- I swear, this is not our last timeDía 10 | Mes 7 | Año 282 | Antigua
La actividad hacía que el orgasmo se construyera en crescendo de una forma que no habían conocido antes entre ellos. Se notaba que Slava no apreciaba que la tuviera contenida, pero a su manera era una forma de mostrar algo nuevo… y también se mostraba receptiva a lo nuevo y él no se agotaba de detectar sus reacciones, tanto novedosas como antiguas. De hecho, su poderosa espalda se arqueó ante los rasguños que recibió de la Sirena, uno de los gestos mas clásicos de su amante, pero aún así de los más exquisitos pese a que luego le escocieran las cicatrices.
Luego de sus respuestas, un silencio para nada incómodo cayó sobre ellos, a excepción claro de los chasquidos de sus cuerpos al encontrarse y del leve bamboleo de sus anatomías, incluyendo el momento en que la espalda de Slava se apretaba contra el cabezal de la cama para que dejaran huella del acto también por el aire, en forma de sonidos guturales, gruñidos y gemidos, enlazados en la madera al crujir y quejarse. Garth arrastró sus dientes nuevamente por el cuello contrario y se lo lamió de a poco para luego volver a alejarse todo lo que podía y quería. Su zona abdominal se alzaba y lograba incrustar su longitud cada vez mas profundo, pero al retirarla se le complicaba considerablemente…
La Sirena tenía sus trucos… imposible negarlo. Muchos la llamaban la Mejor Amante de Dorne, y no era en vano. Tuvo que ladear el rostro y morderse las muelas cuando sintió el apriete del sexo de la Yronwood, haciendo que el placer y el dolor suave de la erección constante le invadieran la mente de una forma exquisita. Soltó el aire entre sus barbudos labios y la volvió a mirar a sus ojos multicolores.
Estaba claro que ella pensaba tanto como él. El ritmo les permitía hilar pensamientos, y Garth pensó en hacerle una broma respecto al pensar y follar, pero prefirió callarse por miedo a recibir otro rasguñón algo mas serio… las garras de su amante, si bien en extremo sensuales, no estaban hechas solo para el uso en el lecho.
El Torrenegra estaba en extremo excitado también, y lo demostró justo antes de que la dorniense le regalara otro gesto de su maldad. Coló como pudo una mano entre los cuerpos de ambos y le acarició el clítoris, justo arriba del lugar de la unión de sus sexos. Se lo pellizcón y lo hizo girar en su dedo antes de retirar su extremidad, mordiéndose los labios frente a ella en gesto pícaro.
Pero era mucho resistir. No esuchó su respuesta en seguida, y con los brazos la mantuvo apretada contra él, rodeando sus caderas y acariciando los largos musculos de su baja espalda y los perfectos glúteos que descansaban sobre sus rodillas debido a la posición en la que se encontraban… pero finalmente fue recompensado con una afirmación… Slava sería suya. La forma en que se lo dijo hizo que un ultimo espasmo recorriera su virilidad, y abrió despacio los labios para pegar enteramente su boca a la de ella. Ladeó el rostro y lamió su lengua al mismo tiempo que comenzaba a acelerar un poco el ritmo, obligando al cuerpo de ella a rebotar suavemente sobre el suyo. Sin dejar de besarla, y sintiendo que no podía contenerse más, Garth se derramó de a poco por tercera vez esa mañana… pero en uno de los orgamos mas memorables de su vida.
Gruñó en medio del beso con un chasquido húmedo y sintió el calor de su semilla acariciar los interiores de la dorniense de a poco, y haciendo que su hombría se irritara por la constante actividad, similar a una erección mañanera a causa de unas acuciantes ganas de relajar sus necesidades fisiológicas.
Apretado su cuerpo enteramente al contrario, no abandonó sus embestidas hasta que estuvo seguro que ella estuviera satisfecha… y solo en ese momento, manteniendo el abrazo, se recostó con el cuerpo sudado y agitado a un costado. “Por la Diosa…” susurró, haciéndole honor a la mujer de dos mundos...
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