Seguimos a la Tormenta

Seguimos a la Tormenta

Un bote mercante trae diferentes tipos de especias desde las tierras libres de Essos. Su capitan es un hombre oscuro y cubierto en túnicas que ha aprendido a soportar y lidiar con las tormentas de ese lugar. Extrañamente él nunca quiso llegar a Tierras de las Tormentas sino que buscaba dirigirse a Dorne pero, el vaivén del tiempo y el clima le han guiado al reino de los Ciervos.

Desde donde estaba, sintiendo el mar embravecido en sus aguas, levantó la mirada y reconoció el soberbio Bastión. Cerró los ojos con fastidio, sabiendo que ésto significaba que había perdido tiempo de viaje y dio una órden a su tripulación. Desembarcarían en Tierra de las Tormentas y luego continuarían su viaje. El señor de las Tormentas comprendería que no es culpa de ellos este arribo y que necesitaban de su nobleza.

Pero a medida que se va acercando a las costas, comienza a ver gente que camina por ellas. Visten ropas extrañas que no puede reconocer y hay un estandarte que dibuja un rayo atravesando la arena. El mercader siente un toque de inquietud en su interior pero aun así, supone que pueden ser tormenteños con costumbres con las que él no está familiarizado. Pero mientras más se acerca más nota que esos ojos macabros se posan sobre el barco.

Siente la garua del clima caer sobre su piel pero nota que está transpirando. La respiración se agita. Desde donde está nota que hay gente echada en el suelo y parecen ser amenazados por éstos hombres. Estaban demasiado cerca pero siempre podrían volver el barco.

¡Bandidos! ¡Giren el Barco! - grita.

Pero al instante nota que hay un barco detrás de él que empieza a cerrarle el paso. Y en la bandera de éste, está el emblema del rayo sobre la Arena.

Jeor Tormenta sonríe desde la orilla.

-El Dios de la Tormenta nos ha enviado un regalo.-

Trama "Seguimos a la Tormenta". Día II del Mes II

Esto sucede a la par que Melara Morrigen está reunida con Ser Stannis Baratheon en este tema.

Lo que sabemos de este grupo de bandidos es más bien poco dado que comenzaron sus actividades más notorias cuando se corrió la voz de que Robert Baratheon no estaba en Bastión. Eso lleva a la lógica pregunta ¿Quién notificó esta novedad? ¿Acaso alguien está vendiendo información a estos bandidos?

Desde los últimos días se han saqueado grupos pequeños de personas y aldeas. Ninguna casa noble ha sido tocada aun. Pero los grupos pesqueros o mercantes no llegan a destino. Finalmente, el emblema del atacante es un Rayo sobre la Arena. ¿Un nuevo grupo bandido?

Si desean pueden continuar con sus temas sabiendo que ésto está sucediendo y posteriormente, haré aviso a los nobles de Poniente.

El grupo es bandido por lo cual cuenta con los Stats de un grupo de bandidos y Jeor Tormenta tiene como rango de combate "Bueno" para que ya vayan viendo si desean pelear o no.

La libertad de acción es primordial. Ustedes pueden no reaccionar ante esto.

Seguimos a la Tormenta

Un grupo de extraños hombres cuyas ropas no parecían decir nada en particular observaban hacia aquel grupo de hombres que se acercaba a caballo. Jeor, dueño de una capa de piel esperaba al lado de una pira que elevaba el fuego hacia lo alto. Envueltos en cuerdas que cubrían sus bocas, los mercaderes perdidos que viajaban al Dominio se movían como si fuesen gusanos. En lo alto de los cielos, rayos partían el cielo en mil y un partes generando momentos fugaces de luz para traer de nuevo las sombras.

-Las tierras de tu hermano...- dijo aquel hombre de rostro extraño, curtido por el tiempo y carente de dos dientes. Tenía una marca que atravesaba su rostro en diagonal mientras masticaba algo que no se sabía qué era. Un demente más para cualquiera porque eso era. No había en él nada que diese a pensar que estaba medianamente cuerdo. - ¿Y por qué no está aquí él para protegerlas?- dijo rapidamente mientras el grupo de sus seguidores se empezaba a mover alrededor de su lider.

Es tan fácil hacer que los hombres sigan a alguien y para Jeor no había habido dificultad. Una vez dijo que el Dios de la Tormenta le hablaba y por eso, él sabía que ese hombre ante él no era digno de reinar jamás sobre el Bastión - ¡La justicia vendrá de los dioses justo hacia ti, Mediano! - escupió el suelo y le señaló mientras sus hombres aclamaron en lo alto. - Este es mi sacrificio para el Dios de la Tormenta. ¡Para que me dé la fuerza y así poder ganar las batallas en SU nombre! - soltó saliva y cuatro de sus hombres echaron a los mercaderes del Dominio a las llamas.

¡Ataquen al Mediano! ¡Él no es el Lord de nada! - dijo con furia, furia de los locos, como si le diese asco la sola existencia de Stannis Baratheon. En su mente, Jeor lo veía más gastado y más grande que lo que en realidad era. Lo veía blandiendo una espada de fuego por un Dios falso. Hereje, maldito, Stannis Baratheon no debía ser jamás Lord del Bastión.

Trama "Seguimos a la Tormenta"

Como verán, Jeor está loco pero jugamos un poco con lo que es lo que sabemos de la saga y el pasado. Esto demuestra que a veces los mundos entre la demencia y la cordura se entrecruzan y quizás, por un instante, Jeor vio a un Stannis con la espada de fuego en sus manos. Claro, esto tambien lo puede justificar su locura.

Pero ningun loco es importante hasta que encuentra seguidores y él los tiene. Ha dicho las palabras correctas para mover hombres a su antojo convenciendolos de levantarse contra el Lord de Bastión.

Bandidos: 310 Hombres
Heroes: Jeor Tormenta
Formación: Ofensiva

Seguiremos el sistema de Guerra en la parte Batalla tradicional. Definan cuántos hombres participaran entre Morrigen y Baratheon.

Seguimos a la Tormenta

Convencidos por una realidad que pocos comprendían, el odio de Jeor Tormenta parecía especialmente dirigido al Mediano de Bastión de Tormentas. Más allá de que los hombres de Stannis eran demasiados, los sectarios pelearon sin ningun temor como si esperasen en el filo de su espada y en ese derramamiento de sangre la asistencia divina de la deidad a la cual servían.

Sin embargo, ésta no acudió. Jeor veía a sus hombres cayendo como si fuesen moscas, mientras empezaba a retroceder. Sus gritos no se levantaron más que el griterío de las tormentas contra todo aquel que osase elevar su voz contra el nombre del heredero.

-NO VOY A ARRODILLARME ¡NO ANTE TI! ¡NO ANTE TI! -gritaba en medio de un delirio enfermizo, levantando algunos de sus hombres heridos contra aquellos que buscaban su vida.

Las tropas de Caron acudieron en nombre de Nocturnia y dado el ataque devastador de Baratheon, solo llegaron a rematar. Morrigen tampoco pudo hacer mucho dado su número bajo pero sus palabras alcanzaro a escucharse.

Solo en Stannis Baratheon estaba la decisión de capturar o rematar a ese hombre hundido en la demencia.

Trama "Seguimos a la Tormenta"

El ejército Baratheon pierde 30 personas. La secta de Jeor Tormenta pierde a sus 310 hombres, tres veces. Es tanto el impacto que afecta hasta las nuevas generaciones de los bandidos (?).

Morrigen y Caron no pierden nada.

Si desean tomar como rehén al lider de los Hijos de la Tormenta, deben tener esto en cuenta y como quien encabeza el ataque es Stannis, estará en su decisión:

Captura
Si el tamaño del ejército, como mínimo, cuadruplica al ejército rival se puede intentar forzar su rendición. Para aquello, junto al Dado de Guerra, se debe arrojar dos dados de Posibilidad: Si ambos resultan en éxito, las tropas enemigas son capturadas. Si uno de los dados muestra fallo, se aplica el daño de guerra normalmente.

Si el héroe enemigo de mayor rango de combate es apresado o capturado durante el combate, sólo se deben duplicar las tropas del ejército rival para intentar forzar su rendición.

Seguimos a la Tormenta

Los relámpagos sobre el cielo parecían predecir una mirada ausente de los dioses en los cuales aquella secta creía. Como si hubiesen ofendido su voluntad, la mirada del Dios de la Tormenta elevó un rayo tal que todo se volvió blanco por un instante.

Los hombres que tenían apresado a Jeor no notaron aquella sombra que se movía entre los suyos. Uno de los bandidos heridos, con una herida en su espalda y su vientre que derramaba gran cantidad de sangre roja. El sabor ferroso estaba en sus labios y tan insignificante era, que elevó un arma y nadie le miró. Todos veían a Stannis Baratheon y parecía que, a su vez, se sentían seguros entre ellos. Todos menos Melara Morrigen. Aun en su caballo, ella parecía no tan feliz con lo que sucedía. Los hombres de Caron festejaban la victoria, así como los mismos Baratheon y Morrigen pero la mujer cuervo estaba inquieta. Como si una voz le susurrase en el oído tratando de hacerse escuchar en medio de la locura que significa la guerra.

Melara recordó aquello que su madre le había dicho. Había hablado de un sueño donde un rayo azotaba la arena pero no había dicho más. Y entonces, Lord Morrigen, como se hacía llamar entendió por qué ese sueño iba a ser significante.

Caron alcanzó a ver una flecha que se abrió paso entre los hombres, pasando como si fuese dirigida por los mismos dioses hasta llegar al Comandante de las tropas Baratheon. Y tan rápido como un parpadeo, su grito fue lo que hizo que muchos de los que festejaban se volteasen.

La sangre en el cuello de Stannis y la posterior caída del caballo hizo que todos los presentes se congelasen por un instante. Melara Morrigen, quien era la más cercana alcanzó a acercarse guiada por una extraña sensación que no entendía y tal cómo un cuervo bajó del caballo.

No sabría que hacer y lo primero que atinó fue a posar sus manos sobre el cuello del Baratheon mediano. Ella vio la herida y ésta había abierto una línea en el cuello del lado derecho de Stannis. Debían detener la hemorragia cuánto antes pero entonces, Jeor Tormenta, aprovechando el instante en que los hombres que lo apresaban se quedaban atónitos por la escena, empujó a uno de éstos y se lanzó sobre la mujer cubierta por la capa del cuervo y el trozo de metal que tenía oculto en su pierna y que él llamaba daga ceremonial se clavó en la carne de Melara Morrigen.

Un grito nuevo y Bryen Caron era el único comandante que se veía de pie. Los hombres se lanzaron a golpear al sectario sin detenerse mientras observaban lo inevitable.

¡Llevensé a Lord Baratheon a Bastión de Tormentas! - dijo uno de los más cercanos a la vez que los hombres de Morrigen se acomodaron alrededor de la mujer. Ella miraba sin dejar de temblar la sangre y su mano que no respondía. No era la sangre de Stannis, sino la propia. Atónita trataba de mover su mano pero ésta no le respondía. Era la mano de la espada. Era la mano que sabía usar mejor que nadie.

-¡Capturen a este hijo de puta! - exclamó uno de los hombres tormenteños mientras levantaba del suelo a un pobre vestigio de aquel hombre que había levantado su voz contra el Ciervo mediano.

-¡Lleven a los heridos a Bastión! - uno de los que quedaron a cargo de las tropas Baratheon observó a Bryen Caron y luego a los cadaveres regados por la playa. La tragedia estaba plasmada en su rostro.

Y así, tanto Melara Morrigen como Stannis Baratheon fueron llevados a la Fortaleza Baratheon y lo que pasó ahí, nadie lo sabe.

Solo se reconoce un destino. Mientras Lord Morrigen ha sobrevivido, de Stannis Baratheon no se ha vuelto a saber nada y Bastión de las Tormentas cerró sus puertas desde aquél día.

Trama "Seguimos a la Tormenta"