Te he estado esperando - Darren Belmore

Uno de los principales motivos por los que Darren ansiaba visitar la capital era reencontrase con su madre. La extrañaba bastante, mucho más de lo que habría admitido ante cualquier persona. El encuentro que tuvo con el Principe nada más llegar a Desembarco lo mantuvo alejado de Lady Diana durante bastante rato, pero finalmente Lord Belmore estaba listo para acudir al encuentro con ella.

Al anunciarse frente al guardia de la puerta este se apartó bridándole acceso a la alcoba, al ingresar se encontró con la figura de quien buscaba de espaldas. Cerró la puerta detrás de él y se quedó mirándola en silencio. No sabía que decir para comenzar. Ansiaba anunciarle lo bien que marchaba todo en Nido de Águilas y la eficacia con la que estaba desenvolviéndose para resolver cualquier problema que surgiera. Sus ganas de contarle sobre su vida y lo que pasó desde que estuvieron separados estaban al mismo nivel con el deseo que tenía de escucharla y que le hiciera saber cómo le iba en Desembarco.

Pensó en el pasado, en los tiempos cuando solo era un niño y todos vivían juntos en Rapsodia. En aquel entonces no debía enfrentar las decisiones, con el peso que estas conllevaban, a diario. Ahora era un hombre, la familia estaba dispersa y lo más probable es que la lejanía fuera aún mayor en el futuro. Cada Belmore tenía un distinto papel que cumplir en lugar diferente de Poniente. < ¿Me habrá extrañado como yo a ella?> Un pensamiento algo infantil cruzó por su mente. Se preguntaba a sí mismo si era adecuado que un Gran Señor dependiera tanto de otra persona, pero esa otra persona no era cualquiera, se trataba de Lady Diana Belmore, a quien más admiraba Darren.      

Caminó a paso lento hacia ella, hasta estar lo suficientemente cerca como para tener contacto. Extendió su mano buscando tomar una de las de la mujer. <Te extrañé.> Pensó sin decirlo en voz alta, pero de sus labios solo salió una palabra.
-Madre.- Dijo casi en un susurro.

Pensó que después de tanto tiempo lejos de ella, la imagen que guardaba en su mente sería algo diferente a la realidad, pero cuando los ojos violáceos se posaron sobre él, ella estaba tal cual la recordaba. La persona quien era la responsable de su actual estatus, quien lo crio para que terminara por convertirse en alguien capaz de gobernar. La misma para la cual solo guardaba un profundo respeto y genuino cariño.

Cerró los ojos por un momento al sentir el tacto de su madre y mantuvo una sonrisa en el rostro. Era consciente de que la extrañaba y requería su presencia, pero solo en el momento en que volvió a experimentar la cercanía con ella se dio cuenta que la necesitaba aún más de lo esperado. Intentaba mantenerse sereno, quería mostrarle como podía comportarse el nuevo señor de Nido de Águilas. –También te extrañe.- Susurró con la frente pegada a la ajena, sin poder camuflar la voz compungida.

Se sentó en la silla que le indicaron y desde allí observó el exterior. Desde donde se encontraba lograda divisar el mar, en cuanto volviera al Nido tendría la oportunidad de surcar esas aguas en un navío y si los vientos eran propicios tal vez pudiera visitar a su prima en Marcaderiva o algún otro pariente en Isla de Zarpa.

-Estoy bien, el viaje fue seguro.- Respondió a la pregunta con ahora un tono mucho más optimista, una vez superada la emoción inicial del encuentro. –La Fortaleza Roja me parece maravillosa y he tenido la oportunidad de viajar en una litera con el Príncipe.- Comentó con bastante entusiasmo. -¿Y tú, madre? ¿Cómo te encuentras?- Varias eran las preguntas que rondaban por su mente, muchas cosas podrían haber pasado desde la última vez que se vieron y Darren quería saber tanto como pudiera. Le causaba curiosidad la vida que esta llevaba en el hogar de los Targaryen ¿Qué se sentiría convivir con el mismísimo Rey? Se mantuvo sonriente y con los ojos en Diana, esperando una respuesta.