FB: ¿Quién puede desafiar más? {Brynden Tully}

por **Kaysa Holt** Jue Sep 29, 2016 4:36 am

MES 1
DÍA 12
HORA: 20:30

Poza de la Doncella era un lugar apacible. Terriblemente apacible y hermoso. Nada relevante acontecía en aquella tierra. Quizás por ello cualquier excusa era siempre bien recibida por parte de la más joven de los Mooton. Cualquier viaje, ofrecimiento, evento…Todo valía para Ghea. Necesitaba salir de la Poza pues había momentos en los que ni tan siquiera las artes conseguían evadirla de aquella pesada realidad. Quería más. Quería ver mundo y quería que estuviera a sus pies. Más por eso aceptó acompañar a su hermano en una cordial visita de estado a Aguasdulces, hogar de los Tully.

La corte de los Ríos era sin lugar a dudas un lugar ajetreado y siempre ocupado por gentes no solo de las tierras donde ella habitaba sino de otros lugares de los Reinos de Poniente. Puede que hasta tuviera la oportunidad de entablar alguna interesante charla con algún interesante y apuesto hombre o una amigable mujer. Quién sabe. Ghea sencillamente preparó su equipaje y se montó a lomos de su caballo. Sí, era una dama perfecta, elegante y sofisticadamente educada pero adoraba montar a caballo. Algo de naturaleza y salvajismo nunca venía mal. O eso creía ella.

El sol se estaba poniendo cuando llegaron a Aguasdulces. Rompiendo el protocolo Ghea apareció sobre su corcel y así saludó a los encargados de recibirlos. Sin embargo, por alguna extraña razón sintió la necesidad de ser ella misma quién llevara a su caballo hasta los establos. Vestida con ropa de montaje y el cabello suelto se adentró la mujer en las caballerizas y dejó a su fiel animal donde le fue indicado. Fue en ese instante cuando alguien se dirigió a ella con suma cortesía y ella se giró. Conocía esa voz. El pequeño de los Tully era un hombre que no había pasado desapercibido a ojos de la mujer. Era apuesto y algo bravucón. Poco dado a las normas. – Mi señor- contestó inclinándose, - Es un placer volver a verle después de tanto tiempo- comentó con sinceridad mientras esbozaba una sonrisa. –Perdone mi indumentaria pero una mujer no siempre tiene la oportunidad de disfrutar de un poco de aire fresco- apuntó mirándole a los ojos.