Cabezas, martillos y Tormentas II

Después de beber y comer con Lord Bryen, Robert sabía que había mas asuntos pendientes, no solo venía a ejecutar a ese bandido, tenía que rectificar la lealtad de los Caron. Lord Bryen y el venado habian creado una relación amistosa, esto tranquilizaba a Robert, hacía mas probable que se uniera a la rebelión. Sopeso las palabras que iba a decir, cruzo las manos bajo la quijada y por fin habló - Lord Caron , como sabrás, no vengo a ejecutar a un bandido, no, el principe Rhaegar secuestro a mi prometida Lady Lyanna Stark, ese maldito... - respiro profundo, tenia que pensar con claridad. Tenía que recordar que la guerra estaba adelante y no encima.

Se tomo su tiempo, las palabras tenian que ser precisas y no lo iba a lograr airado - Lord Bryen, la guerra viene en camino, ya no hay marcha atrás y necesito a mis vasallos para pelear, este tipo ofendió a las tierras de la Tormenta y eso no lo voy a permitir - caminó un poco por el salón en silencio oyendo el crepitar de las llamas - espero contar con tu apoyo y con tus fuerzas, la ultima vez que defendiste la tierra de las tormentas saliste bien librado, se que podria contar contigo en el campo de batalla-. dejó que el Lord de Nocturnia meditara la proposición, se sirvió otra copa.

Mientras bebía se centro de nuevo en el asunto del ataque a sus tierras, señalo a Lord Bryen con la misma mano con la que sostenia la copa - Por cierto, que tengo que saber de ese tipo antes de cortarle la cabeza -. Esperaba imaginarse que ese ladro. Era Rhaegar y que esos hilos de plata que tenia por cabello iban a rodar por em suelo. Se sentó para oir a Lord Caron, bebió otro trago.

Bryen escucho con atención las palabras de Robert, conocía la situación del reino y sabía que la paz pendía de un hilo, de un delgado hilo que apenas Robert o Rhaegar tiraran un poco de él, se cortaría. Como noble y señor de una casa sabía perfectamente que la guerra era casi inevitable, ambos "bandos" no hacían nada por mantener la paz, muy por el contrario comenzaban lentamente a tejer sus redes y a afianzar sus lealtades.

La realidad de Poniente pronto cambiaría y de seguro Robert Baratheon sería protagonista, y Bryen junto a sus hombres sería uno de los tantos que partiría a la guerra sin saber si regresaría lo que le preocupaba no por la muerte en si misma sino por que aun no tenía herederos, las labores de Lord en una zona tan conflictiva como Las Marcas no le habían permitido de momento centrarse en aquello. A pesar de esto era un guerrero y no dudaría en partir a guerrear contra los enemigos de su señor.

- Los Caron siempre han apoyado a la Casa Baratheon y esta vez no será la excepción, debes estar tranquilo...

Hablo con claridad, su lealtad era irrenunciable hacia la Casa Baratheon, igual como la había mantenido ssu padre, su abuelo y los que estuvieron antes que ellos. Cuando Robert preguntó por el bandido, Bryen dudo sobre que responder, era una pregunta difícil puesto que el sujeto no había dicho nada concreto, solo había narrado visiones y supuestas conversaciones que habría mantenido con un Dios.

- Ese tipo esta loco... Dice haber recibido un mensaje por parte del Dios de las Tormentas... Un mensaje perturbador si pensamos que es en contra de una persona específica, su hermano Stannis...

Bebió un sorbo de su copa, aclarándose la garganta antes de prseguir.

- Dice que su hermano solo traerá destrucción y muerte y que por eso debía morir... Yo por supuesto no le confirmado ni le he negado que Stannis haya sobrevivido tras esa trifulca, pero me pregunto ¿y si ese ataque era una trampa para Stannis?... Quizás sea mejor que se mantenga en secreto el mayor tiempo posible su estado real.

Se encogió de hombros, si ya le habían puesto una trampa y ese era el caso, podrían intentar atentar contra el nuevamente.

Las palabras de Bryen entraron como un trago de vino del Rejo, sabia que la casa Caron había sido leal a sus señores desde tiempos inmemoriales, la simple rectificacion de lo mismo lo tranquilizo y causo cierta alegria, sus lores lo apoyarian y los que no, bueno siempre podrian perecer en la batalla. Un trago más y volvio a llenar la copa. - lo sé y agradezco tu apoyo Lord Bryen, serás bien recompensado si esta guerra acaba a favor de nosotros. Los Targaryen tienen que caer, y nosotros seremos la mano que tumbé la ficha. Encargate de que tus hombres esten mejor que nunca, va a correr mucha sangre y espero que sea mas de ellos que nuestra-

Lo que habia dicho sobre las visiones del Bandido solo molestaron a Robert, nadie se metia con su familia, ademas todo este asunto del dios Tormenta era absurdo. La ira empezaba a calentar la sangre del Venado, ¿es que no habia nadie cuerdo en las tormentas?. Stannis era practicamente invisible, siempre tan serio y pensativo. ¿Quien querría hacerle daño a Stannis al venado silencioso. Robert sabia que tenia que hacer, la única forma de parar con esta estupidez era cortando de raiz el problema y eso solo era posible con la cabeza de ese fanático loco.

Se impacientó bebió la copa llena de un trago que le calento la garganta y le dio los ultimos motivos que le hacian faltanpara sacar del camino la basura. - Bah!, fruslerías, la unica amenaza para estas tierras son los Targaryen y esos malditos bandidos. dio un golpe al brazo de la silla y gruñó - tengo una cabeza que cortar, si las visiones salen de su cabeza hacia su lengua pues le cortamos la lengua y la cabeza y las ponemos en diferentes sitios - se levantó de la silla, dejó la copa spbre la mesa que estaba en medio y se dirigió a la puerta - Lord Bryen estaré esperando en el patio por favor haga traer al criminal-

Bryen se puso de pie rápidamente, y tras una venia a la rápida y muy poco formal se retiro de aquellos aposentos dejando a Robert solo, mientras se dirigía personalmente a las mazmorras. A la pasada habla con uno de sus guardias para que disponga de todo lo necesario en el patio central, un tronco y aserrín alrededor del mismo.

Camino con paso presuroso por las escaleras que parecían interminables hasta llegar a las catacumbas de la fortaleza. El guardia que resguardaba la entrada de las celdas le hizo el respectivo saludo mientras Bryen se perdia por el pasillo. La celda de Jeor Tormenta era la última del fondo y por sus propias órdenes contaba con la vigilancia especial de dos soldados que rotaban de entre aquellos de la guarnición de Nocturnia, frente a la puerta de hierro de la celda, vigilando su estado de noche y de día.

Al llegar, se paró frente a la celda y ordenó a los soldados de guardia que abrieran y que lo ataran de las manos para llevarlo hasta el patio central. Apenas el candado se abrió por el accionar de la llave, Lord Caron desenvaino la espada, listo para actuar ante cualquier evento.

Siguiendo las instrucciones, los soldados amarraron las manos del bandido a su espalda y tomándolo cada de un brazo, lo arrastraron hasta las escaleras, para finalmente comenzar a ascender hasta el patio central. El silencio durante todo el proceso fue casi sepulcral.

El cielo ya se había nublado nuevamente, otra lluvia estaba mas próxima. Lord Baratheon estaba de pie junto al tocón empuñando un mandoble forjado en castillo, vio el ascenso de Lord Caron acompañado de los dos guardias y el atacante de su hermano, en sus ojos había algo que lo incomodaba.

El hombre fue arrodillado poniendo el cuello en el pedazo de madera, sopló una ráfaga de viento, Robert se sentía incomodo con este tipo de situaciones, el podía matar personas en el campo de batalla sin culpa alguna, pero un momento tan solemne y tan a sangre fría lo incomodaba, no lo demostró. Desenvainó el mandoble y el silbido de la hoja acompañado de la ventisca rompió el silencio. puso la punta del mandoble cerca del bandido y suspiró. Para intentar tomar impulso nuevamente recordó a Stannis, en esa silla que le había hecho el anciano, recordo a Lyanna y a Rhaegar con su sonrisa perfecta coronandola Reina del Amor  la Belleza. la colera empezó a crecer desde su estómago y empezó a subir hacia su cabeza. Apretó los dedos en torno a la empuñadura.

Recordó las palabras que su padre le había enseñado indirectamente cuando realizaba ejecuciones. finalmente después de un lúgubre momento, quebró la quietud con su estruendosa voz, que aunque tenia que sonar solemne no pudo ocultar la ira que se estaba acumulando. La cabeza iba a rodar tan satisfactoriamente que eso le tranquilizaría un poco. - En nombre de Aerys segundo en su nombre - << Maldito protocolo!! tengo que pronuncia todas esas patrañas de Aerys el Rey...  >> - rey de los ándalos y los rhoynar y los primeros hombres, señor de los siete reinos y protector del reino; y por orden de Robert de la casa Baratheon, señor de Bastion de Tormentas y señor supremo de la Tierra de las Tormentas, te sentencio a muerte.

Subió el mandoble sobre su cabeza, todos los músculos de su cuerpo cooperaron en ese momento para bajarlo con tal fuerza que la cabeza se desprendió como si estuviera hecha para eso. Robert imaginó el cabello blanco de Rhaegar salpicandose con la sangre de su cuello. la cabeza del Tormenta rodó sobre el aserrín. Robert caminó hasta uno de sus escoltas le quito la lanza atravesó desde la sien, la levantó y enterró la lanza en el suelo. - Lord Caron, mi deber aquí concluido, gracias por la comida y bebida. Espero verlo pronto, si los planes se adelantan enviaré un mensajero, los cuervos resisten solo una flecha y no quiero que intercepten los mensajes -. El venado mayor sabía que hacer una rebelión tenía que ser discreta, bueno al principio. dio un apretón de manos a Bryen, tomó la lanza y subió a su caballo.

Volvería a Bastion de Tormentas, necesitaba charlar con su hermano de estrategia, después seguiría con los lores mas cercanos, los que estuvieran mas lejos les haría llegar cartas para ser convocados a su ciudad.

Lord Caron ayudo a depositar al bandido en la posición correcta, de rodillas frente al tocon de madera y su cabeza apoyada de costado sobre la superficie plana, manchada de una sustancia burdeo ya seca, probablemente restos de sangre antigua, de ejecuciones previas, absorbida por la madera.

Imagino por un segundo lo que Robert debiera estar sintiendo al momento de decretar la sentencia, nombrar al Rey y en su nombre cumplir con la condena, debió haber sido una mierda. La hoja de aquel mandoble se elevó sobre su cabeza y descendió hasta tomar contacto con el cuello de Jeor, el que no alcanzo ni siquiera a quejarse, un corte limpio y rápido de una mano con técnica y de una hoja bien afilada pusieron fin a su desquiciada existencia.

La cabeza rodó por el aserrín pegaándose parte de este a la herida, mientras el bandido parpadeaba cada vez más lento, agitando su lengua, quizás intentando pronunciar alguna palabra absurda en aquel último momento, mas no pudo.

Apenas trajeron el caballo de Robert, Bryen se acercó y lo tomó de las riendas en señal de sumisión, como un escudero lo haría con su señor, escuchando atento las últimas palabras de Lord Baratheon.

- No tienes de que preocuparte, estaremos listos.

Dijo esto asintiendo al mismo tiempo con su cabeza, paara luego liberar las riendas y dejar que su señor se marchase, con la cabeza del bandido clavado en la lanza, seguramente como un trofeo para su hermano.

Apenas se marchó, la pesada verja de hierro descendió nuevamente, mientras Lord Caron ordenaba que retiraran el cadáver del bandido y se dirigía nuevamente hasta sus aposentos, pensando seriamente en la guerra que se avecinaba.

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Gracias por el rol, ya pido que lo cierren.