Daenyr Rowan - Completa

Daenyr Rowan

Personalidad

Dejarse engañar por el sempiterno bastón que acompaña a Lord Rowan es temerario. Pensar que la mente del señor de Soto de Oro está igual de dañada que su cuerpo es un error bastante habitual entre aquellos que no han tratado con él. Daenyr es un hombre que se hizo fuerte en la flaqueza, afinando su mente para convertirla en la única arma que puede empuñar. Con los años se ha convertido en un avezado diplomático, más dado a la conversación que a la acción ofensiva, digno estudiante del anciano Maestre de su casa que pronto agotó todos sus libros y fomento la curiosidad de su pupilo hacia todo tema que atrajese su interés convirtiendo la fortaleza de los Rowan en un lugar en el que todo conocimiento es bienvenido.

Obligado por las circunstancias a delegar ciertos aspectos del mando de la casa tiene un conocimiento militar superficial ya que no tiene interés alguno por la beligerancia, dejando en manos de su experimentado cuñado todo lo relacionado con lo militar.El triunvirato Rowan queda completado con su melliza, encargada de la vida cotidiana de la casa y de la educación y crianza del heredero de la cada. Daenyr nunca ha echado de menos la paternidad. nunca ha sentido interés por ser padre o por las mujeres, y aunque corre algún rumor por el Dominio sobre si además de tullido es eunuco, no hace nada x desmentir tales rumores, la realidad es mucho más escandalosa y le ayuda a ocultarla a simple vista: Daenyr y Aelora mantienen ambos una relación con Ulric y son un trío que lleva casi diez años juntos.

Orgulloso, Daenyr no soporta las afrentas a su casa ni los insultos a su madre, siendo el origen plebeyo y essosi de la misma un punto amargo en su vida, prefiriendo, de manera irracional, agarrarse a la mística idea de su progenitora sobre la antigua sangre valirya de su familia de comerciantes.

Paranoico desde su secuestro en la infancia nunca está solo, y siempre se rodea de una guardia altamente entrenada para protegerle compuesta por soldados de lealtad inquebrantable a su casa seleccionados por Ulric.

Historia

Daenyr Rowan nació tan solo un cuarto de hora antes que su hermana melliza, y hasta los ocho días del nombre, ese era el mayor tiempo que los mellizos soportaban estar separados, parecía que estuviesen unidos por los hombros, siempre uno al lado del otro. Hasta cuando Daenyr era entrenado como todo muchacho de su clase social Aelora estaba cerca bordando o aprendiendo a manejar las cuentas de la casa como buena mujer noble.

Los mellizos son los únicos hijos de Lord Eldred Rowan, que contrajo matrimonio con una de las hijas de un comerciante Lyseno, tratando de tapar con la dote de la muchacha, los problemas económicos por los que pasaba su casa por la mala gestión de la misma por parte de su fallecido padre. Jaehaera Lohar descendía de un famoso Almirante Lyseno, pero hacía tiempo que su familia había perdido estatus y se había convertido en una familia de mercaderes. Intentó ocultar ese origen plebeyo ante la nobleza del Dominio escudándose en su aspecto valiryo de cabellos platino y ojos violetas, que ninguno de sus hijos heredó, pero las malas lenguas tienen las alas rápidas y Lady Rowan tuvo que vivir con los cuchicheos y los desprecios de algunas otras damas hasta hacerle aborrecer salir de los dominios de su marido.

Los mellizos crecieron bastante recogidos y lejos de la sociedad dominiense que no terminaba de aceptar a su madre, por eso las pocas ocasiones en las que la Señora de la Casa permitía a los mellizos acompañar a su padre en sus viajes y visitas a otras casas, eran todo un acontecimiento para estos. Hasta que la visita a Puente Amargo, para negociar unos aranceles con la casa Caswell, terminó con un ataque de bandidos al grupo de Lord Rowan, que quedó malherido e inconsciente durante semanas, y con Daenyr secuestrado en medio del caos.

Los bandidos se dieron cuenta pronto de que podían sacar más dinero por el niño vivo que matándolo y negociaron con su angustiada madre el rescate del mismo. Lo que no le dijeron a su madre era el estado lamentable en el que estaba el niño con un brazo y una pierna rotos, que al no ser curados como es debido, amenazaban con quedar inservibles. Daenyr nada sabe de lo ocurrido con los bandidos, solo sabe que su madre pagó el rescate, y que fue abandonado en un septo medio derruido en las tierras de su familia.

Jaehaera hizo todo lo posible por restablecer a su marido y a su hijo a su salud completa pero sus esfuerzos solo tuvieron un éxito parcial. Aunque casi llevó a la ruina a su casa, padre e hijo sobrevivieron, si bien Daenyr perdiendo la movilidad de su brazo y pierna derechas y Lord Eldred tuerto y sin voz y teniendo que comunicarse el resto de su vida de manera escrita.

La casa Rowan se retrajo sobre si misma tras esta desgracia, empujada por el carácter privado y antisocial de su Señora que era quien llevaba el mando de facto de la casa. Daenyr, incapaz de cumplir con su entrenamiento de futuro Lord se volcó en su educación, con Aelora constantemente a su lado. Apoyado por su madre y el Maestre se esforzó por aprender más allá de lo que se esperaba de su estatus, convirtiendose con el paso de los años en un Lord Erudito, que si no hubiese sido por el absoluto disgusto que causaba en su melliza la idea de perderlo en las entrañas de la Ciudadela, hubiera podido ser Maestre.

Los mellizos llegaron a un acuerdo entonces, a sus 17 días del nombre, Daenyr no se casaría nunca, su hermana conocía su inclinación que lo alejaba de las mujeres, se escudarían en su minusvalía y sería Aelora quien elegiría a su marido y padre del futuro heredero de la casa, un hombre sobre el que ambos tenían puesta su mirada desde hacía unos años, el hijo mayor del castellano, un caballero bien entrenado y buen militar de una de sus familias vasallas, Ulfric Osgrey, que era diez años mayor que ellos. Ocultaron sus planes a su madre, que vivía volcada en Lord Eldred y su declinante salud y abordaron a Ulric.

Ser Ulric, que conocía a los mellizos desde su nacimiento, rechazó la propuesta de matrimonio con Aelora que le propuso Daenyr, y durante varios meses, los mellizos, airados por el rechazo, se negaron a dirigirle la palabra, cosa problemática ya que Ulric había heredado el puesto de su padre como castellano cuando este, por su edad, pidió permiso para retirarse a las tierras de su familia.

La vida de los mellizos parecía haberse estancado de nuevo, hasta que una noche un griterío escandaloso los sacó de su sueño. Habían descubierto el cadaver de su madre a los pies de la Torre Principal de Soto de Oro, y al ir a despertar a Lord Eldred, lo encontraron plácidamente muerto en su cama. Junto a su cama, en una mesita, una nota con la acelerada letra de Lady Jaeharea, despidiéndose de sus hijos. Daenyr nunca ha podido demostrarlo, pero está seguro de que la muerte simultanea de sus padres fue un suicidio pactado.

El luto descendió sobre Soto de Oro, pero junto con el color negro de la tristeza, se abrieron las puertas al exterior, lanzando la casa de vuelta al mundo y las relaciones sociales con sus vecinos. Lord Daenyr comenzó a hacer su presencia más y más frecuente en Altojardin y hasta viajaba a Desembarco del Rey, estableciendo amistades y relaciones de negocios. Se barajó la posibilidad del matrimonio con varias casas, tanto para él como para Aelora, pero todas fueron diplomáticamente rechazadas o reconducidas, ya que tras la perdida conjunta de sus padres, Ser Ulric se había convertido en el apoyo principal del Lord novato y su doliente hermana, hasta el punto en el que el Osgrey claudicó, aceptó casarse con Aelora, con una sola condición, una noche con Daenyr. La petición los sorprendió, pero aceptaron, y desde esa noche Daenyr y Ulric tienen una relación oculta a ojos de todo el mundo de la que solo su hermana es consciente y testigo. Fue cuestión del paso de los años pero a día de hoy Ulric es incapaz de decir a quien de los dos mellizos quiere más y es muy protector con ambos y con la extraña familia que han creado.

Desde entonces la casa Rowan se volvió una casa mercantilmente activa, políticamente no demasiado, ya que Daenyr prefería tener fama de afable que de belicoso. Su interés principal siempre ha sido su propia casa, que prosperaba, con un heredero en su sobrino, y un continuo goteo de libros, y eruditos que visitaban Soto de Oro o que Lord Rowan apoyaba mediante mecenazgo, cómodamente instalado en sus tierras del norte del Dominio. Hasta que Alester Florent, apoyado por el Rey Aerys, exterminó a los Tyrell. El shock del hecho envió durante un tiempo a la casa Rowan al aislacionismo de la época de su madre, hasta que por pura prudencia, decidieron volver a la normalidad, o lo más parecido a aquello.

Ahora mismo Daenyr se mantiene a la espera. No sabe aún en que posición se encuentra en el tablero de Sitrang así que no ha tomado ninguna decisión ni movimiento. La Casa Rowan está a verlas venir, de puertas afuera y por mera supervivencia han jurado lealtad a los Florent, de puertas adentro ni él, ni Aelora, ni Ulfric compran las excusas que utilizó Alester Florent, pero bajo ningún concepto expresan esas dudas. Lo importante es su casa y en eso, se comporta de manera egoísta. Tampoco les debía nada a los Tyrell.

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No es el hombre más ambicioso sobre la tierra, su casa es lo bastante próspera, su futuro parecía asegurado, y creyendo más en la diplomacia que en la mano dura, Daenyr es un jugador tranquilo, algo desconfiado con aquellos que no conoce bien, y siempre mirando por el bien de Sotodeoro.

El ascenso al poder de Alester Florent y la manera en la que ha erradicado a la familia Tyrell lo han vuelto más desconfiado aún y empieza a replantearse algunas cosas (como la fragilidad de quien cree que todo va bien hasta que amanece con un puñal clavado entre las costillas), convirtiéndose en un jugador más taimado y vigilante, aunque se resiste en abandonar la vía diplomática que favorece.