Daerys Velaryon

Daerys Velaryon

Personalidad

Daerys siempre ha sido una joven inquieta e inconformista, movida por deseos que solían empujarle a una actitud impulsiva y temeraria. Aún en la actualidad, difícilmente se resignará a cualquier restricción que se le imponga, pues es incapaz de mantenerse al margen ante lo que ella cree injusto.

Su mente siempre está hambrienta de saber y conocimiento, impulsada por su curiosidad. Por ello no es de extrañar encontrarla entre libros o haciendo preguntas. No está interesada en vanos rumores sobre romances o habladurías, pero sí en todo aquello que pueda influirle de algún modo a ella o a los suyos.

Su actitud es muy variante en función del momento y frente a quién se encuentre. Pese a no ser una fiel seguidora de las falsas imágenes y la hipocresía, mantendrá su educación en todo momento con quien juzgue que debe serlo. Sabe cuándo es más apropiado callar y escuchar, pero también cuándo no.

Atenta y observadora, ha aprendido que actualmente confiar ciegamente en alguien es un grave error. Por tanto, solo entre los suyos se mostrará espontánea y cercana. Es amable y servicial con un grupo muy selecto, aunque jamás da una segunda oportunidad.

Presume de ser alguien poco influenciable. Defenderá sus principios y todo aquello en lo que encuentre valor. Aún así, siempre está abierta a escuchar, pese a que sea difícil hacerle cambiar de opinión una vez que ya ha tomado una decisión.

Historia

Esta joven valyria nació en el seno de la familia Celtigar como la hija mediana, precedida por Alyn, el primogénito, y Alyssa, la menor de los hermanos.

Delicada y de piel pálida, el futuro de Daerys ya estaba escrito. Su educación se le fue dada como a la dama que debía ser. Se la instruyó en las artes de la danza y la música, la lengua del alto valyrio y en los conocimientos básicos que necesitaría para desenvolverse como alguien de su posición. Pero esto para ella siempre fue insuficiente.
A veces se colaba en el patio de armas y allí observaba a su hermano entrenar con la espada. Siempre admiró la libertad de la que él gozaba, y repudió las restricciones que a ella se le imponían por su condición de dama.

Sin embargo, para su desgracia, se avecinaban tormentas peores.
Que iba a ser casada por acuerdo de sus padres era algo que estaba decidido desde el principio, pero que su compromiso se diese a una edad tan temprana con alguien a quien siquiera conocía pilló a la niña por sorpresa. Por supuesto, su desacuerdo con aquella decisión fue rotundo, mas ninguna discusión o intento por hacer cambiar a sus padres de opinión fue efectivo. Estaba decidido: se casaría con Monfort Velaryon.

La Celtigar jamás se encontró con su prometido luego de que se anunciase su compromiso. En su lugar, abandonó por primera vez su amada Isla Zarpa para vivir en la Fortaleza Roja –para descontento de su madre- como doncella de la Reina Rhaella Targaryen, quien fue su única persona de confianza en Desembarco del Rey, y también lo más parecido a una figura materna. Lejos de aliviar los pesares de su reina, era esta quien intentaba mantener a la Celtigar alejada de las sombras que custodiaban la fortaleza: los gritos dentro de la alcoba, los moratones en la piel, la ira del Rey Loco. Pero no es posible ocultar lo que es evidente a los ojos.

Con la fecha de su matrimonio cada vez más cerca, regresaría a su hogar a los 18 años para conocer a Lord Velaryon, dispuesta a idear la forma de impedir su enlace como fuese. Sin embargo, en una visita a Rapsodia sería finalmente convencida por su tía para acceder a casarse con el Velaryon.

Luego de su enlace, abandonó por segunda vez Isla Zarpa para trasladarse defintivamente a Marcaderiva como Lady Velaryon, tal y como había sido el deseo de Lord Bartimos Celtigar. Para sorpresa de Jeyne, su madre, la testaruda Daerys había aceptado de muy buen agrado su nueva vida. No era así. Se sentía extraña en su nuevo hogar, pero para entonces preocupaciones mayores ocupaban su mente. Preocupaciones que jamás compartió con nadie.

Los años se sucedieron y Daerys se adaptó a su nueva vida, y a Monfort, con quien tendría a sus dos hijos: Daenerys y Aer. La Celtigar continuó siendo la lady díscola que siempre había sido, reticente a entregarse a los deseos de su marido. Aún así, ambos aprendieron a soportarse muy bien.

Con los últimos acontecimientos que azotaban Poniente, Monfort acompañó al Norte a la flota real, pese a la insistencia de Daerys por que no abandonase Marcaderiva. Finalmente los dragones se alzan sobre el lobo, mas el Señor de las Mareas jamás regresa.

La repentina muerte de Rhaella y de su esposo supone un gran golpe para la joven valyria, quien desde entonces cuenta con el apoyo de su hermana menor en Marea Alta. Ahora su única preocupación es su familia y el futuro de Marcaderiva e Isla Zarpa.

¿Cuál es tu papel en el Juego de Tronos?

Yo no tengo ningún papel en el juego de tronos, ni deseo tenerlo. No ambiciono poder, todo lo que perseguía ya lo tengo: libertad para tomar mis propias decisiones y un hogar. Tan solo obedezco ante un rey en el que no creo si así logro mantener a salvo a los míos, lejos de los secretos de los que he sido confidente desde el momento en el que puse un pie en la Fortaleza Roja, y los que he ido descubriendo tiempo después, aún si para ello debo enterrarlos para siempre. No estoy dispuesta a perder lo que he conseguido.

Ficha Aceptada

Lady Celtigar, creo que no es la primer a vez que veo a alguien de Isla de Zarpa con tal interés por defender vuestros propios objetivos. La sangre que corre por tus venas te hace indomable. ¿Es eso pecado o bendición?
Que la sabiduría de tus Dioses te ayude.

¡Ficha aceptada!

Una mujer que ha aprendido a doblegarse ante los estándares de Poniente sin perder el temple, sin perder la soberbia. Digna de su linaje. Ya no eres una pieza, ahora eres una jugadora.