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Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
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Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Puerto Carnero | El Norte - Año 278 - FB
Algunos hombres no saben cuando rendirse, cuando callarse o morir. La hideputa que arrastro conmigo con las manos atadas a la espalda es una de esas. Ladrona, asesina, falsificadora y desgraciada como ella sola y solo alcanza a tener 23 días del nombre. Tiene pocos dientes buenos, y los que le quedan, grasientos y amarillos, los ha usado para morderme con tanta ansia que he tenido que darle dos buenos golpes en la cara para disuadirla y aun así, no ha parado quieta hasta que llegue a la amenaza de acero para sus tripas. Suerte que la quieren viva, porque sino, solo lo dioses saben que no me cuesta nada entregar un cadáver.
—¡Camina de una vez!... Diablo de mujer— Espeto, dando un nuevo tirón de la soga que lleva a su cuello y hace las veces de correa. No quiero que la puñetera nieve que empieza a caer con este clima tan frío se acumule demasiado sobre mis ropajes, y me cale hasta los huesos. —¡Saco de pus de carnero!¡Mascaboñigas!— La oigo volver a quejarse, mentando mi persona de cuanta hosquedad puede expresar. Si, ambos tenemos muchas ganas de perdernos de vista. Por mi puede seguir así hasta reventar. Doy un tirón más fuerte, con intención. Esta tan flaca que poco me cuesta que caiga hacia delante arañándose las palmas de las manos contra los adoquines. —¡Cabrón!— Maldice y aqueja con el cabello oscuro, mugriento y revuelto echado sobre su cara, y yo solo se estar ahí de pie sonriendo.
—Si ya has terminado de quejarte, ponte en pie. Tenemos que entrar ahí.— Indico señalando una puerta claveteada con mi mano enguantada, mientras la otra reposa en el pomo de una espada corta que llevo al cinto y dejo ver con claridad. Tras la capa llevo mi arma preferida, pero esa solo la ven aquellos que no van a volver a levantarse. No quiero tonterías a última hora. Mi prisionera niega, refunfuña y se pone en pie despacio, sus ojos me miran con odio en silencio. Sabe que nada puede decirme para que cambie de parecer, para que la libre de un destino que tiene bien merecido.
Acabamos entrando juntos en la casa. Una posta de caballos que hace las veces de guarida para el hombre que me ha contratado. Un Cuervo, un soldado del Muro. Nunca he visto esa enorme estructura en toda mi vida, pero cualquier persona en Poniente ha oído hablar de la edificación que mantiene a los monstruos a raya. Como si ahora fuera a creer en cuentos de arañas gigantes, cadáveres andantes y vete a saber que más. Como mucho mantienen a otra clase de hombres al otro lado, salvajes. Pero volviendo sobre lo que me trae aquí, echo un vistazo al interior a medida que voy avanzando. El techo de la estancia es alto y de paja, soportado por vigas de madera blanca. La habitación adyacente a la cuadra es mi destino y en ella dos hombres aguardan, calentándose el cuerpo junto a una pequeña chimenea de piedra. Al mayor lo reconozco enseguida como mi patrón actual. Al joven jamas lo he visto antes.
—Os habéis tardado. Ya creí que estas nieves también os la habían jugado a vos.— Su voz denota cansancio y molestia. Desde aquí puedo observar que tiene un vendaje limpio en la mano diestra que le ocupa desde la muñeca hasta los dedos. —Este de aquí es mi compañero. Deckard, esta aprendiendo el oficio, pero es bueno con la espada.— Hace un gesto para señalar al joven, al que hago un saludo con un gesto de cabeza. Avanzo, hasta estar al frente de ambos, y tiro de la soga de nuevo para hacer que la mujer quede a mi lado, nunca a mi espalda.
—Culpa de ella.— Admito, pasando el cabo de soga al muchacho, para así poder acercarme al fuego sin tener que estar pendiente de mi espalda. —No te fíes, muerde.— Hago saber, con sorna. Espero que de veras, estos dos sepan lo que se hacen, porque sacarle información a una mujer no es tan fácil como parece. No tardo nada en sacarme los guantes y poner las manos cerca del fuego, que cierro y abro un par de veces, dejando que su calor reconfortante llegue hasta mi piel.
—Chico, ata a la mujer al poste y apartale los pelos de la cara.— Oigo al viejo, hablar con el joven. —Tengo que estar seguro de que esa es la mujer que estaba en la emboscada. La que le corto el cuello a Carter.— La trampa, de la cual tengo entendido solo ellos han salido con vida. Venían por ladrones de ganado y se han encontrado con más acero del que pudieron morder. No les juzgo, estas tierras son una mala madre incluso para los hijos del norte.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Deckard atendía a su comandante en aquella expedición que a la vez tambien hacía de maestro temporal. Un profundo corte en su mana que por poco se la amputa expulsaba sangre a borbotones, era una herida importante y probablemente quedaría con alguna secuela de movilidad.
Aquel día todo había salido en contra, la misión parecía sencilla pero no lo fue. Un cuarteto hab{ia sido asignado al reclutamiento de futuros guardias para El Muro en aquellas tierras cercanas a la Puerta del Carnero. El grupo había pasado en primer lugar por Puerto Blanco, asentamiento de la Casa Manderly donde les habían señalado una posición en la que se encontraría un grupo de bandidos dedicados al pillaje y que hace un tiempo estaba dando dolores de cabeza a esta prominente casa norteña. Si lo capturábamos, eran nuestros.
Pero durante el camino, algo salió mal, nos encontramos con un grupo armado que cumplía con la descripción que nos habían dado. La única diferencia radicaba en la cantidad de tipos que eran, entre ellos una mujer, tan salvaje como cualquiera de los otros.
Dos hermanos cayeron en la emboscada, siendo sus cuellos rebanados por los filos oxidados de las espadas de los bandidos, Cedric, el líder de la partida y Deckard lograron escapar, el primero herido en su mano, mientras que el segundo bastante contrariado ante la muerte de los que hasta ese momento habían sido sus compañeros.
En eso se encontraba, cuando entró aquel hombre arrastrando violentamente a una mujer que se encontraba atada del cuello. No lo había visto nunca pero se imaginaba quien era, el mercenario que Cedric había contratado con las pocas monedas que les quedaban.
Lo escucho atentamente y luego cumplió con lo que le habían ordenado, la ató no sin dificultad al poste, esa mujer forcejeaba como un lobo, lanzaba mordiscos a diestra y siniestra y en un momento, por poco se le escapa.
Una vez que estuvo atada Cedric asintió con la cabeza.
-Si es ella... Te explicare un poco lo que haremos Deckard... Yo hare preguntas y tu tienes que asegurarte de que la mujer responda... Me entiendes?
Hizo un ademán con su mano buena, simulando un golpe a lo que Deckard asintió, sin cuestionar nada, aunque en el fondo dudaba de si esta era la forma en que se debiese actuar. Despues de todo, al parecer ya no era una cuestion de llevar reclutas, ahora era un tema de honor y venganza.
Aquel día todo había salido en contra, la misión parecía sencilla pero no lo fue. Un cuarteto hab{ia sido asignado al reclutamiento de futuros guardias para El Muro en aquellas tierras cercanas a la Puerta del Carnero. El grupo había pasado en primer lugar por Puerto Blanco, asentamiento de la Casa Manderly donde les habían señalado una posición en la que se encontraría un grupo de bandidos dedicados al pillaje y que hace un tiempo estaba dando dolores de cabeza a esta prominente casa norteña. Si lo capturábamos, eran nuestros.
Pero durante el camino, algo salió mal, nos encontramos con un grupo armado que cumplía con la descripción que nos habían dado. La única diferencia radicaba en la cantidad de tipos que eran, entre ellos una mujer, tan salvaje como cualquiera de los otros.
Dos hermanos cayeron en la emboscada, siendo sus cuellos rebanados por los filos oxidados de las espadas de los bandidos, Cedric, el líder de la partida y Deckard lograron escapar, el primero herido en su mano, mientras que el segundo bastante contrariado ante la muerte de los que hasta ese momento habían sido sus compañeros.
En eso se encontraba, cuando entró aquel hombre arrastrando violentamente a una mujer que se encontraba atada del cuello. No lo había visto nunca pero se imaginaba quien era, el mercenario que Cedric había contratado con las pocas monedas que les quedaban.
Lo escucho atentamente y luego cumplió con lo que le habían ordenado, la ató no sin dificultad al poste, esa mujer forcejeaba como un lobo, lanzaba mordiscos a diestra y siniestra y en un momento, por poco se le escapa.
Una vez que estuvo atada Cedric asintió con la cabeza.
-Si es ella... Te explicare un poco lo que haremos Deckard... Yo hare preguntas y tu tienes que asegurarte de que la mujer responda... Me entiendes?
Hizo un ademán con su mano buena, simulando un golpe a lo que Deckard asintió, sin cuestionar nada, aunque en el fondo dudaba de si esta era la forma en que se debiese actuar. Despues de todo, al parecer ya no era una cuestion de llevar reclutas, ahora era un tema de honor y venganza.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Mi patrón atestigua lo que yo ya sabía, la mujer es la presa deseada, así que me aparto un momento del fuego para cobrar la primera parte de mi trabajo. En silencio intercambiamos unas monedas de manos, de las suyas a las mías y me quedo mirando al muchacho que ahora tiene la difícil labor por delante de hacer hablar a esa saco de pulgas y mala leche.
—Suerte con eso chico.— No puedo evitar sonreír, cruzando los brazos sobre mi pecho, mientras Cedric se remueve en la silla haciendo una mueca incomodo al sobrevenirle un pinchazo de dolor por mover la mano herida. Se esfuerza en aparentar que no es nada serio, pero yo he estado ahí cuando el maestre le curaba. Tendrá suerte si no pierde un dedo o dos, con este puto frío y una herida tan abierta.
—¿Donde se esconden tus amigos?— La primera pregunta va seguida de una mirada a Decklard, y un gesto a que aguarde. Es seguro de que si responde no le van a hacer mucho daño, pero si no lo hace, bueno, esperemos que el chico tenga los arreos para hacer lo que se debe. Por desgracia, y como he dicho antes, la mujer es un saco de malas pulgas y no teme que le hagan un par de magulladuras extra, ni le marquen su cara más de lo que ya tiene encima.
Ella escupe al suelo, profanando el lugar con su voz rasgada y chillona a tiempo que arremete contra los dos cuervos con sus palabras. —¡Encamados con tu mujer!— Se ríe y vuelve la mirada a Deckard. —¡Mírate, apenas eres un pichón!¡Energumeno!¡Medio hombre!— Al que no tarda ni medio segundo en proferir insultos.
Nuestra empresa no es descabellada, pero si no conseguimos sonsacarle donde se esconde el resto de su banda, poco o nada tendremos que hacer. Desde luego no en esta noche, dado que la temperatura allá fuera es tan baja que ni bestia ni hombre acabaría por sobrevivir ahora que la tormenta arrecia con fuerza y el viento aúlla por encima del griterío que esta mujer arma. Aun así la voz de Cedric se hace oír con nitidez, resoluta. —Deckard, haz que se replantee mi pregunta. Pégale tres veces.— Ordena, apretando los labios. Se ve que no es de los que gustan hacer daño a una mujer. Me pregunto si alguna vez habrá tenido una propia.Ahora queda en manos del chico, entenderse con ella, mientras nosotros esperamos que los golpes la hagan entrar en razón. ¿Sabrá donde tiene que hacerlo? Por si acaso no, tomo la palabra y le indico un par de cosas que aprendí por mi cuenta.
—Si la golpeas en la cara muy fuerte corres el riesgo de dejarla inconsciente, pero le dolerá lo suficiente para que con cinco o seis golpes hable. Si lo haces en su pecho, querrá arrancarte el cuello con los dientes, pero hablara antes del cuarto golpe.— La miro a ella, y me devuelve la mirada con odio intensificado, que se acaba convirtiendo en horror al continuar yo hablando. No me voy a cortar porque sea una mujer. Detesto a todos los bandidos y salteadores, sin importarme su edad y su sexo. —Golpeadla en el estomago y tendréis suerte sino vomita en vuestras botas. Hacedlo en su entrepierna y seguro que aullara como una perra herida, pero eso sin duda hará que hable en algún momento entre perder el sentido y la cordura.—
Cedric me escucha sorprendido, pero creo que es más el deseo de venganza que su sentido de justicia lo que hace que se trague el asco de mis métodos y vuelva a dirigirse a Deckard, casi apartando la mirada de su cautiva. —Ya has oído, golpea tres veces donde te la gana, pero haz que hable.—
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Deckard escuchó con atención las indicaciones y consejos de uno y otro, pensando realmente si eso era correcto o no, no lo sabía llevaba apenas un año en la Guardia de la Noche y nunca antes le había tocado hacer una cosa como esa. Luego de unos segundos de cavilación, resumió todo a la mínima expresión, el era un guardia de la noche y como tal debía acatar las ordenes de sus superiores y así lo hizo.
Se acerco a la mujer con su rostro ausente de toda expresión, su mandíbula rígida y los ojos de color azul reflejando la luz como témpanos de hielo. Un rostro sin emociones, sin ningún tipo de perturbación sentimental, el rostro de un hombre dispuesto a todo.
El primer golpe resonó como un tambor, su puño enterrándose en el vientre dela mujer, haciéndola escupir hacia el suelo y doblarse sobre si misma producto de la fuerza, siguió un rodillazo a la cara de la mujer que con un fuerte crujido delato la fractura de la nariz, de la cual comenzó a brotar abundante sangre.
Ese último golpe fue mal dado, por lo que la rodilla de Deckard se resintió un poco, así que para el golpe final, opto por dar otro puñetazo justo en el esternón, un poco más suave para no romperle ningún hueso más de momento.
La mujer se quejó, mientras la sangre que le brotaba de la nariz comenzó a inundarle la boca.
Se acerco a la mujer con su rostro ausente de toda expresión, su mandíbula rígida y los ojos de color azul reflejando la luz como témpanos de hielo. Un rostro sin emociones, sin ningún tipo de perturbación sentimental, el rostro de un hombre dispuesto a todo.
El primer golpe resonó como un tambor, su puño enterrándose en el vientre dela mujer, haciéndola escupir hacia el suelo y doblarse sobre si misma producto de la fuerza, siguió un rodillazo a la cara de la mujer que con un fuerte crujido delato la fractura de la nariz, de la cual comenzó a brotar abundante sangre.
Ese último golpe fue mal dado, por lo que la rodilla de Deckard se resintió un poco, así que para el golpe final, opto por dar otro puñetazo justo en el esternón, un poco más suave para no romperle ningún hueso más de momento.
La mujer se quejó, mientras la sangre que le brotaba de la nariz comenzó a inundarle la boca.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
La mujer grita, luego solloza y maldice en voz tan baja que apenas se hace perceptible para nadie que no sea Ironsmith. Cedric y Ronan se intercambian miradas, esperando. No tardan mucho ninguno hasta que el llanto termina y su voz se hace más audible.
—Están... están...— parece que algo se ha roto además de su nariz, porque busca mucho resuello. Apenas se mueve, con la cabeza gacha y los cabellos cayendo desordenados sobre su rostro, ocultándolo. —en unas... cuevas del acantilado, las... que tienen un árbol... quemado por un rayo sobre ellas.— Cedric asiente y saca un mapa de sus bolsillos, escudriñando sobre el viejo papel las marcas del terreno.
—A este lado de la costa comienza el acantilado— Precisa marcando con los dedos de la mano buena. Hace gestos al chico para que se acerque a donde esta y pueda verlo también. —Si partimos antes del alba, podríamos sorprenderlos ahí mismo.— Comento mirando a ambos hombres. La idea puede parecer descabellada, porque las temperaturas en la mañana caen por debajo de los 10º grados, pero bien abrigados y a lomos de un corcel rápido no debería importar mucho.
El más viejo de los dos cuervos parece sopesar el riesgo. Mira a la mujer de reojo, entremezclando desdén y lastima. Me rehuye la mirada a mi, como si fuera culpable de esa parte de su desgracia. ¿No fue el quien quería un prisionero para interrogar? Su mirada es cada vez más esquiva de su cautiva y más pensativa. —Si la dejas ir, puede que muera o puede que acabe clavándote un cuchillo entre las costillas.— Le digo, adivinando lo que va a decir, antes de que lo diga. Su boca se abre y se cierra, sin emitir sonido alguno. Sabe que llevo razón, pero eso no le hace más fácil admitirlo. Así que voy a ayudarlo a decidirse.
—Haz hecho un buen trabajo chico— digo apoyando la mano sobre su hombro, a modo de orgullo, antes de continuar mi camino hacia la mujer. No muchos jóvenes de su edad habrían tenido agallas para pegar a una mujer indefensa. Muchos menos, para hacer lo que yo estoy a punto de hacer, sin haber sobrepasado el limite donde la razón da paso a la locura. Es una hebra muy fina que se puede confundir con la crueldad.
Pero esto no es un acto cruel, sino de justicia por los hombres asesinados y los robos acontecidos. Sacando la daga de mi cinto, dirijo mis manos sobre ella. La rea apenas se resiste cuando agarro mechones de su cabello y levanto su cuello, facilitando su degüello. Se agita durante unos instantes cuando el acero encuentra su piel y luego su cuerpo apenas convulso se detiene.
Volteo hacia los cuervos, con la daga aun en la mano. —Esta parte me correspondía a mi.— No es una justificación, es un derecho más que una obligación, de la que una parte de mi siente deseos encontrados. —¡No tenías ningún derecho!— Cedric golpea la mesa con el puño, levantándose encolerizado. ¿Qué creía que iba a pasar? No podía soltarla y no podía dejarla ir. —De haberla puesto en manos de la autoridad, la habrían violado antes de ahorcarla o algo peor.— Miento, posiblemente la habrían azotado o cortado una mano como mucho. Pero el desdén que siente Cedric por mi ahora mismo, me importa un bledo. Es débil de corazón y por eso me necesita para que haga el trabajo sucio. Espero que no cometa ninguna tontería.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
No supo muy bien como todo se salio de control, de pronto la mujer chorreaba sangre por su cuello y una poza se acumulaba a sus pies, mientras Cedric resoplaba como un toro furioso en contra del mercenario. Todo paso muy rápido, tan rápido que Deckard no alcanzó a reaccionar del todo, quedó a medio camino de la mujer, cuando esta dejó de respirar y con su mano estirada a medio gesto de aportar con un poco de presión en la herida.
El tiempo parecio detenerse, la mujer había muerto y sus últimos momentos habían sido unos segundos de mierda, propiciados por el mismo, la había golpeado sin saber que al dar la información sería degollada. Fue difícil y solo la discusión entre Cedric y el mercenario pudieron sacarlo de si mismo y de los pensamientos que lo atormentaban.
- Deténganse, no sigan discutiendo por algo que ya no tiene importancia... Yo soy norteño y se como tratan a los bandidos en estas tierras, no la hubieran violado, pero de seguro le esperaba la muerte, o la mutilación de sus miembros a lo menos... Quizás que esto le haya ocurrido, haya sido lo mejor, algo rápido, sin un sufrimiento extendido a propósito.
Deckard se acercó a la mesa y cogió algunas cosas incluyendo su cinturón con su arma principal, luego puso su rodela a la espalda y y cubrió todo con una capa negra.
- Debemos aprovechar ahora, Cedric, este es el momento oportuno, yo voy con el mercenario, tu te quedas por tu herida, viajaremos rapido y ligero y los sorprenderemos mientras aun duerman o estan levantándose, en cualquier caso no nos esperan, así que tenemos una leve ventaja...
Cedric no respondió nada, solo asintió con la cabeza sorprendido por la madurez y seriedad que estaba mostrando el chico, que apenas estuvo listo se dirigió al pagado.
- Estoy listo... Y por cierto, mi nombre es Deckard...
El tiempo parecio detenerse, la mujer había muerto y sus últimos momentos habían sido unos segundos de mierda, propiciados por el mismo, la había golpeado sin saber que al dar la información sería degollada. Fue difícil y solo la discusión entre Cedric y el mercenario pudieron sacarlo de si mismo y de los pensamientos que lo atormentaban.
- Deténganse, no sigan discutiendo por algo que ya no tiene importancia... Yo soy norteño y se como tratan a los bandidos en estas tierras, no la hubieran violado, pero de seguro le esperaba la muerte, o la mutilación de sus miembros a lo menos... Quizás que esto le haya ocurrido, haya sido lo mejor, algo rápido, sin un sufrimiento extendido a propósito.
Deckard se acercó a la mesa y cogió algunas cosas incluyendo su cinturón con su arma principal, luego puso su rodela a la espalda y y cubrió todo con una capa negra.
- Debemos aprovechar ahora, Cedric, este es el momento oportuno, yo voy con el mercenario, tu te quedas por tu herida, viajaremos rapido y ligero y los sorprenderemos mientras aun duerman o estan levantándose, en cualquier caso no nos esperan, así que tenemos una leve ventaja...
Cedric no respondió nada, solo asintió con la cabeza sorprendido por la madurez y seriedad que estaba mostrando el chico, que apenas estuvo listo se dirigió al pagado.
- Estoy listo... Y por cierto, mi nombre es Deckard...
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Todo lo que había de decirse estaba dicho. El muchacho tenía dos dedos más de frente que su mentor y eso era algo a merecer. Esperemos que tuviera la misma determinación para plantarse delante de una espada, que la que tenía para hablar. A punto de salir estaba cuando Cedric levanto la voz para que fuera claro incluso para mi, cuales eran las ordenes del Comandante del Muro. —Se me ordeno llevar hombres al muro. Ofrecedles la oportunidad de unirse, en contra a la perspectiva de morir— Parece que después de todo por cuanto habían pasado, Cedric estaba dispuesto a cumplir con su deber.
Gruñí, pero no objete nada más. Limpie mi daga, recogí mis guantes y me dispuse a salir a tiempo para escuchar al muchacho hablarme. —Pues no perdamos más tiempo— su nombre me traía si cuidado, aunque asentí a escucharlo, mientras pisaba con fuerza hacia el exterior. El aire frío me golpeo la cara nada más cruzar la puerta, haciendo que me enfundara más en mi capa de viaje, cruce la distancia que me separaba hasta mi caballo que aguardaba en el establo, al otro lado de la posta y me acomode rápido sobre la silla de montar. En cuanto Deckard hizo lo propio con el suyo, iniciamos la marcha.
*******************************
Cuando alcanzamos las cuevas la mañana comenzaba a clarear. En la distancia podíamos escuchar el mar rompiendo contra las rocas, amenazando con despertar a cuanto animal hubiera por la zona. Aquí el frío era diferente, más húmedo y cortante. Te calaba hasta los huesos. Entrar en combate alentaba mi cuerpo a entrar en calor mejor que cualquier hoguera levantada en el momento.
—Aquello que ves allí es una chimenea natural.— Le indique a Deckard, mostrando la pequeña fumata grisácea que asomaba por delante nuestra, entre unos huecos de la roca. —Nos señalan claramente donde están— sonreí lobunamente. Deseaba aprestar mi hacha de combate entre mis dedos y derramar su sangre, pero el chico tenía ordenes. Maldito fuera Cedric por darlas, aquello podía traernos consecuencias. —Ayúdame a tapar ese agujero. El humo les hará salir y les nublara la vista.— Dije dándole una suave patada a una gruesa roca. Un par más como aquella bien colocadas convertiría su refugio en un humadero. Entonces no les quedaría más remedio que salir o asfixiarse.
—Bien puedes gritarles lo que te de la gana mientras salen a coger aire limpio. Como no tenemos un puto arco, nos situaremos a los lados, para pillarlos desprevenidos del todo cuando empiecen a salir.— Le daba las ordenes por ser el mayor de los dos, y esperaba que las siguiera, aunque si entrabamos en combate, esperaba que tuviera la destreza necesarias para no tener que ayudarle. Hay dentro podía haber cuatro hombres diestros, o solo cuatro idiotas con suerte.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Deckard asintió a las palabras del mercenario y sigilosamente tomó una de las piedras que le había señalado y escaló hasta estar a la altura suficiente para poder colocarla con cuidado sobre el escape. Al acercarse pudó sentír el olor a madera chamuscándose pero más significo para él el calor que emanaba de aquel agujero, era tibio y por un segundo pensó en la idea casi humorística de entrar al lugar y acostarse con los bandidos a descansar.
Al bajar escuchó con claridad las indicaciones de su acompañante, pero se vio en la necesidad de plantear su punto de vista.
- Esta bien nos ponemos a los lados, pero creo que el primero que salga por ahí, lo debemos aniquilar... Eso provocará un efecto mental a sus compañeros... Podría ser más beneficioso.
Propuso mientras se acercaba al lateral de la entrada, cuando estuvo ahí blandió su espada y cambió de posición su escudo mientras poco a poco comenzaban a oirse voces desde el interior, algunas toses y un par de maldiciones.
- Ha llegado el momento... - Pensó.
Al bajar escuchó con claridad las indicaciones de su acompañante, pero se vio en la necesidad de plantear su punto de vista.
- Esta bien nos ponemos a los lados, pero creo que el primero que salga por ahí, lo debemos aniquilar... Eso provocará un efecto mental a sus compañeros... Podría ser más beneficioso.
Propuso mientras se acercaba al lateral de la entrada, cuando estuvo ahí blandió su espada y cambió de posición su escudo mientras poco a poco comenzaban a oirse voces desde el interior, algunas toses y un par de maldiciones.
- Ha llegado el momento... - Pensó.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Me deslice hasta el muro y espere, aprestando la "Acusadora" con fuerza. El peso de mi hacha de guerra entre mis dedos, reconforto mi espíritu. Dentro de la cueva se comenzaban a escuchar toses y gemidos ahogados, y solo esperaba que aquellos malnacidos no se ahogaran antes de presentar batalla.
Deckard había dado su punto de vista antes de avanzar. Una idea suculenta, de la que haríamos buena obra. La primera figura salió corriendo al exterior, adelante la hoja a la altura del estomago y solo la rapidez de maniobras del bandido le impidió acabar muerto en aquel mismo instante. El metal resonó contra el metal, cuando su larga hoja desvío mi hacha. Parece que después de todo, si que había un hombre experto en aquel grupo.
—¡Ven aquí hideputa!— Rugi, levantando mi arma por encima de mi costado de plano para detener un golpe recto. Medio cegado por los gases, que hacian llorar sus ojos, el bandido sabía muy bien como vender caro su pellejo. Me aparte de la entrada de la cueva, cruzando un circulo y le obligue a seguirme sino quería darme la espalda de tal modo que pude ver claramente como el resto de sus compañeros iban saliendo. Dos portaban escudos y espadas y el restante una daga, parecía más confundido que sus aliados y no paraba de toser, llevando una mano a su boca.
—¡Vamos perros, hay acero para todos!— les increpe haciendo que se fijaran en mi, y no en Deckard, para que este pudiera sorprenderles por la espalda.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
El joven guardia entendió la estrategia del mercenario y apenas vió salir a dos con escudos, se abalanzó sobre ellos por la espalda, atravesando a uno sin aviso con su espada, la que salió por el frente a la altura del diafragma y que fue retirada con rapidez, dejando una estela de sangre en la nieve bajo sus pies.
El cuerpo cayó pesadamente entre estertores de sangre, ahogándose al no poder el diafragma cumplir con su función. Deckard se volteó y pudo ver al otro tipo con escudo atacándolo, interpuso su escudo al ataque y bloqueo el golpe, pero era un golpe fuerte que lo hizo retroceder mientras de reojo pudo ver a un cuarto sujeto que no había visto antes y que seguramente había salido a sus espaldas, de pie, prácticamente inmóvil con un cuchillo en la mano, sin saber que hacer.
Los golpes y esquives iban y venían, cada cierto rato podía ver como el mercenario estaba haciendo lo propio frente a otro de los sujetos.
Deckard vió a los ojos al tipo que enfrentaba, no tendría más de 25 años, sus ojos eran azules y sus cabellos de color claro y decidió hablarle mientras se estudiaban.
- La muerte no es la única salida, decide partir al muro y dale sentido a tu vida sirviendo al reino... Tendrás techo y comida asegurada.
Dió un paso atrás esperando una respuesta, sin bajar su escudo ni su guardia.
El cuerpo cayó pesadamente entre estertores de sangre, ahogándose al no poder el diafragma cumplir con su función. Deckard se volteó y pudo ver al otro tipo con escudo atacándolo, interpuso su escudo al ataque y bloqueo el golpe, pero era un golpe fuerte que lo hizo retroceder mientras de reojo pudo ver a un cuarto sujeto que no había visto antes y que seguramente había salido a sus espaldas, de pie, prácticamente inmóvil con un cuchillo en la mano, sin saber que hacer.
Los golpes y esquives iban y venían, cada cierto rato podía ver como el mercenario estaba haciendo lo propio frente a otro de los sujetos.
Deckard vió a los ojos al tipo que enfrentaba, no tendría más de 25 años, sus ojos eran azules y sus cabellos de color claro y decidió hablarle mientras se estudiaban.
- La muerte no es la única salida, decide partir al muro y dale sentido a tu vida sirviendo al reino... Tendrás techo y comida asegurada.
Dió un paso atrás esperando una respuesta, sin bajar su escudo ni su guardia.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Mi combatiente no es de los que se dejan acuchillar fácil. Es rápido como una serpiente y maneja su espada con conocimiento, bloqueando mi hacha con intentos de hacerla bailar por la suya hacia abajo, siempre con la intención de alejarla. No diré que no me sorprendería que hubiese sido guardia en el pasado, pero descuida mucho sus pasos y no vigila ni mira nada más que no sea a mi, su concentración en un solo frente sera su perdición.
A mis espaldas estoy escuchando a Deckard hablar con los otros hombres, buscando que se rindan y se unan a el. Tendrá suerte si consigue hacerlo sin que le acuchillen mientras busca convencerlos. Yo por mi parte, no puedo prestar mucha atención a lo que dice mientras levanto el hacha por encima de mi cabeza, causando que mi contrincante tenga que levantar su espalda con ambas manos para detener el tremendo efecto de mi acometida.
El golpe de nuestros aceros resuena contra las paredes de roca, mientras el hombre clava una rodilla en la nieve, jadea y resuella al igual que yo. No es consciente de que le tengo donde quería. Antes de que pueda recuperarse, le propino una patada en el torso y la gravedad hace el resto, propiciando su cuerpo al vacío. Hemos caminado entre pasos y golpes de acero hasta el mismo borde y ahora que cae, su grito acompaña al rumor de las olas hasta desaparecer engullido por el mar, cientos de metros más abajo.
"Hazle saber al guerrero que yo te envío" pienso volteando hacia donde Deckard esta. ¿Habra convencido a ese par? Siempre puedo abrir una cabeza y dejar que el que queda, piense en que destino quiere. Por mi parte, los preferiría a todos muertos.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
El grito del sujeto fue desgarrador, el viaje a encontrarse con una muerte segura cayendo por el peñasco contra el mar y los roqueríos que escondía bajo su superficie que de seguro habrían despedazado su cuerpo fue aterrador para sus compañeros que aun estaban vivos.
El tipo del escudo se volteo durante un segundo a ver la procedencia del grito, momento que Deckard aprovecho y lo desarmó, golpeándolo con el escudo en la cabeza y luego dándole una fuerte patada en la entrepierna que lo hizo rodar por la nieve dejando la espada de lado mientras se sujetaba los testículos.
El cuarto, se meo en los pantalones, lo que su pudo notar debido al vapor que salió de sus pies al derretirse la nieve por el meado y luego la mancha amarilla que se formo en el lugar.
El Guardia lo observó y sintió lástima por él, quizás era solo un pastor que empujado por la necesidad e había convertido, sin lograrlo del todo, en un forajido. Lamentablemente la ley era la ley y para todos igual debía hacerse cumplir.
- Esta es su última oportunidad, entréguense, dejen sus armas y serán conducidos hasta el muro, donde dedicarán su vida a servir a una causa superior, con techo y comida... Ustedes deciden!!
Pateó la espada del casi eunuco a un lado, alejándola de él.
El tipo del escudo se volteo durante un segundo a ver la procedencia del grito, momento que Deckard aprovecho y lo desarmó, golpeándolo con el escudo en la cabeza y luego dándole una fuerte patada en la entrepierna que lo hizo rodar por la nieve dejando la espada de lado mientras se sujetaba los testículos.
El cuarto, se meo en los pantalones, lo que su pudo notar debido al vapor que salió de sus pies al derretirse la nieve por el meado y luego la mancha amarilla que se formo en el lugar.
El Guardia lo observó y sintió lástima por él, quizás era solo un pastor que empujado por la necesidad e había convertido, sin lograrlo del todo, en un forajido. Lamentablemente la ley era la ley y para todos igual debía hacerse cumplir.
- Esta es su última oportunidad, entréguense, dejen sus armas y serán conducidos hasta el muro, donde dedicarán su vida a servir a una causa superior, con techo y comida... Ustedes deciden!!
Pateó la espada del casi eunuco a un lado, alejándola de él.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Me voy acercando sin prisas a donde esta Deckard. El hombre de la mancha de orina se esta poniendo de rodillas sobre la nieve, clamando por su vida. Esta claro, que ese al menos se rinde sin oponer resistencia. El otro no parece tan convencido a pesar del daño recibido, así que me agacho sobre el apoyando la rodilla sobre su brazo extendido, apresandolo con mi peso. Se queja y me observa abriendo los ojos como platos, al descubrir que acerco el hacha a su mano.
—Bueno capullo, o te unes al muro o rindes cuentas por tus actos. Me voy a quedar con ese pulgar— amenazo levantando un poco el arma, apuntando a sus dedos. No es tan fácil como parece acertar en un solo, aunque sea el pulgar. —Umm, puede que falle y me lleve más.— Eso basta para que el hombre palidezca y preste atención a las palabras de Deckard, rindiéndose en el acto. Estúpido, por lo que he oído muchos hombres se dejarían cortar la mano antes que poner un pie en el Muro.
Me levanto con molestia y le propino una patada en la cara que lo noquea enseguida. —Parece que ya tienes hombres para tu causa, felicidades— hablo al joven cuervo, cínico. Luego dirijo mis pasos hacia el otro cadaver y con la ayuda de mi daga hago tiras con su ropa. Serviran para atar las manos de los dos hombres. —Que el otro idiota cargue con su amigo hasta los caballos. A este le llevaremos de paquete, mientras el nos sigue a pie— Le digo, pasando las tiras, para que proceda con el flaco, mientras yo hago lo propio con el desvanecido.
Cuanto antes nos pongamos en marcha, antes podre volver a estar en una habitación caliente gastando mi paga bien ganada.
Re: Reos para el Muro [Deckard Ironsmith]-[FB]
Deckard asintió mientras estiraba un poco los musculos. Puso al meado a cargar a su compañero noqueado y con la espada desenvainada lo picaneaba desde atras para apresurarlo.
Al llegar hasta donde estaba Cedric, los presos ya resignados ayudaron a cargar unas cosas en los caballos y con mejores materiales se les ataron las manos a las monturas, una a cada caballo, para luego partir con rumbo al Muro, a su destino final.
Lo que se debiera al mercenario se pagó antes de la separación, cada cual por su lado, cada cual a buscar su suerte.
Fin.
Al llegar hasta donde estaba Cedric, los presos ya resignados ayudaron a cargar unas cosas en los caballos y con mejores materiales se les ataron las manos a las monturas, una a cada caballo, para luego partir con rumbo al Muro, a su destino final.
Lo que se debiera al mercenario se pagó antes de la separación, cada cual por su lado, cada cual a buscar su suerte.
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