Talina, la flor de miel

Talina

Personalidad

Delicada y suave, su comportamiento siempre parece correcto y más de uno podría tenerla por la misma Doncella. Hubo un tiempo en que ella, interiormente, era así pero no desde que empezó su adolescencia y alcanzó el éxito en el teatro. La fama transformó la percepción que los demás tenían de ella: si otrora no era más que una novicia más -una un poco vaga-, ahora es quien interpreta el papel de un ideal, la Doncella, y por muchos es vista como ese aspecto de la deidad, al percibirse como la imagen más fiel de la misma. Es normal que esta visión también afecte a la vida interior de Talina, especialmente con esa edad tan crucial.

Así, su mente y su corazón han abandona la inocencia del personaje que representa, a fin de cuentas es actriz y la interpretación es su principal virtud. La religión organizada le ha llegado a decepcionar, viendo que muchos septones no están a la altura del mensaje que predican y la mayoría de los caballeros carecen de verdadero honor. Aunque desengañada, es idealista: la popularidad hizo crecer cierta ambición en su interior. Pero sobretodo es pacifista, aunque también incapaz de permanecer indiferente a las injusticias y la tiranía. Al hilo de esto, el aspecto más tierno e inmaculado de su alma es la compasión con los hombres quebrados -seres arrastrados por la marea de la guerra y perdidos en ella, olvidados e incapaces de regresar a su anterior vida- y los pobres.

En definitiva, tal y como ven que hacen los demás, ella también usa a la Fe a sus propios intereses -más elevados que los muchos- y necesidades: a través de la religión se destaca en el teatro y vela por los inocentes, esos con los que el Padre ha sido demasiado severo y del que se atreve a cuestionar su justicia: ¿como es que permite esto? De momento no deja que estas ideas vuelvan a los eclesiásticos contra ella, pero se siente más unida a sus compañeros de obras teatrales, también críticos y algo holgazanes.

Historia

A los 4 días del nombre fue llevaba por un Hermano Mendicante al Septo de Siete Santuarios de Antigua. Era hija de unos pastores de ovejas en apuros: asaltados por la fiebre del piojo y con la mayoría de su rebaño perdido, sólo querían salvar a la niña, que no había enfermado, y la entregaron al clérigo cuando ya agonizaban. Dentro de la comunidad religiosa fue asignada como asistente de la anciana Septa Megara, encargada de preparar los inciensos y los óleos sagrados para ungir a los nacidos y a los caballeros.

Talina fue educada en los oficios de la Fe y el cuidado de los jardines. En tercer año una colmena se le cayó encima y una compañera novicia se apresuró a socorrerla, con la mala suerte de sufrir multitud de picaduras de los insectos mientras que la hija de los pastores quedó intacta. La vieja septa, al saberlo, lo tomó como una señal de los Dioses: la habían señalado como un ejemplo de virtud e inocencia, digna de simular a la Doncella. Megara consiguió que la joven entrara en los grupos representaban los autos sacramentales en honor a los Siete y también la educó insistentemente en los secretos de las fragancias y perfumes, creando una esencia para ella, una que atrajera a las abejas para que danzara con ellas.

Aunque siempre poco trabajadora en obtención de esencias -prefería olerlas a tratarlas-, los ensayos teatrales despertaron su curiosidad. Al abrigo de los escritos de la Ciudadela, la competencia entre los cuatro grandes Septos de la ciudad se plasmaba en aquellas representaciones. Desde los 11 días del nombre ella encarnó a La Doncella en las sagas de Ser Galladon de Morne, que venían a ensalzar la caballería. Su dulce rostro y la sintonía que demostraba con las abejas conmovieron al público, resultando todo un éxito. La joven se convirtió en uno de los atractivos del Septo de Siete Santuarios, donde los aspirantes a caballeros aún viajan para ser ungidos en siete aceites preparados por sus manos, en su presencia, mientras que son bastantes las doncellas del Dominio que han querido pasar la festividad del Día de la Doncella en Siete Santuarios para conocerla. Cuando más brilla la novicia, más se apaga la septa Megara aquejada por la edad y olvidada por, incluso, sus hermanas y hermanos de la Fe.

Una vez cada luna sigue actuando en representaciones sobre Ser Galladon, el Caballero Perfecto, en el Septo, aunque el director y dramaturgo lleva tiempo preparando una nueva saga, esta vez sobre Ser Hugor de la Colina, y Talina también sería La Doncella en estas obras. Incluso se dice que el estreno podría ser fuera de Antigua. Al margen de esto, aún no ha tomado votos como septa si bien mantiene un voto de silencio, sólo interrumpido un día de cada siete. Varias jóvenes acuden a confesarse al septo aprovechando ese voto, aunque en ocasiones viaja en comitivas de la Fe, hasta Aguasclaras, remontando el río Vinomiel, para socorrer a los desfavorecidos que se topan por el camino.

¿Cuál es tu papel en el Juego de Tronos?

Talina detesta la guerra y el horror que trae: sobretodo la muerte y el sufrimiento de los inocentes, la formación de hombres quebrados. Por ello explota el ideal que representa, la percepción de los demás, sobre ella, tanto en el teatro interpretando a la Doncella, como en las ceremonias de unción de óleos sagrados, buscando conmover. A veces tiene la sensación de haber llegado tarde, de que incluso esta paz es nociva, al estar avalada por una tiranía en la que se ha borrado del mapa y condenado a muchos.

Esta semilla, unida a la rebeldía de la juventud, puede arrastrar a la dominense a otra vida. A luchar esa misma batalla pero en otro escenario y con otro papel... pero de momento está lejos de ser una jugadora y bien podría ser una pieza de quien sepa utilizarla.
 

¡Ficha aceptada!

La delicadeza no es el fuerte en Poniente. Sin embargo, la naturalidad con la que tu divinidad se presenta puede engatusar incluso al más inteligente. Puede que aún no sepas usar tus armas, pero cuando lo hagas...Dejarás de ser sólo una pieza.