De caza por Las Marcas

De Caza por las Marcas

En completa oscuridad, Bryen siente los pasos sobre la arena de algo que no podría ser más grande que él, pero seguramente mucho más veloz. Su gruñido es vuelve cercano cuando la bestia emerge de un salto y se lanza a querer morderle directamente.

Claro que puedes defenderte. Pero tienes una penalización de - 2 al ataque por estar en la oscuridad. Por ende, al ataque de Bryen le restas 2.

Vida: 5
Ataque: +1
Defensa: +1
Daño: +4

Partes con 10 de vida y te sumas los atributos de tu armamento y tu rango.

De Caza por las Marcas

El golpe contra el escudo hace que la bestia llene de saliva la madera de éste. Aun así, camina hacia atrás, notandose solamente el reflejo de sus ojos clavados en el tormenteño en un ligero resplandor de furia. Lejos de lanzarse de nuevo, mueve la cabeza, como si buscase de qué forma evitar volver a chocar contra aquello. Finalmente volvió a gruñir y se lanzó nuevamente, esta vez, buscando los pies que sostenían a Bryen Caron.

Sigues en la oscuridad pero la bestia te dio un turno.
Tienes una penalización de - 2 al ataque por estar en la oscuridad. Por ende, al ataque de Bryen le restas 2.

Vida: 5
Ataque: +1
Defensa: +1
Daño: +4

Te mantienes con 10 de vida y te sumas los atributos de tu armamento y tu rango.

De Caza por las Marcas

El grito de la bestia se escuchó como un eco en toda la caverna. Lejos de volver a atacar, comenzó a correr hacia la oscuridad perdiendose en el camino que Bryen Caron no lograba visualizar. Sin embargo el sonido a agua le llegó claramente, como si hubiese el animal pisado un charco al huir.

No había recibido daño más tenia esa sensación rara de sorpresa encima de él. Fue entonces que una voz le sacó de sus pensamientos en un grito.

-¿Qué demonios haces abajo? - preguntó una despeinada Ynys le miraba, apoyada sobre la tierra por encima de él. Desde ahí el hombre fue capaz de ver la distancia en la cuál había caido camino abajo, y notar que, de querer subir, necesitaría una soga o algo parecido. - ¿Alguno de mis hombres está contigo? - preguntó preocupada, mirando de tanto en tanto hacia sus espaldas.

-Hoy es tu día de suerte, tormenteño. - dijo mostrando una soga en sus manos, la cual traía en un bolso que colgaba en su espalda -Te sacaré de ahí antes que te mate un escorpión o algo.-

Puedes hacer dos cosas. Como verás, estás en una caverna con varios caminos. Puedes volver a tratar de encender una antorcha e internarte en el interior de ese lugar o bien, aceptar que Yrys te ayude a salir.

Recuerda:

El dado de Daño cuenta con 10 caras y lo usaremos junto al dado de azar.
Tira el dado de daño:

Si sale de 1 a 4, no enciendes nada.
Si sale de 5 a 7 es una rama que se apagará en el próximo post.
Si sale de 7 a 9 puedes usar una antorcha hasta que se caiga al agua o pase algo que la apague.
Si sale 10 tendrás lograrás encender esa fogata y se mantendrá encendida.

Yo tiraré dado de posibilidad. Si saco fallo, no encuentro una soga con qué sacarte, si saco acierto, daré con algo que pueda servir.

De Caza por las Marcas

La mujer levantó una ceja mientras observaba apenas al tormenteño. Buscó un sitio dónde afirmar la cuerda y lo encontró atándolo a una piedra que sobresalía de las partes de la caverna en el ingreso. Aun podía sentir el viento golpeando fuertemente afuera mientras lanzaba la cuerda hacia Bryen quien estaba en completa oscuridad.

-¿Bajar a una caverna a oscuras? ¿Estás loco? - dijo firmemente mientras veía hacia atrás -Escuché un grito ¿Te picó un escorpión o algo? - agregó despues mientras se afirmaba en sus rodillas para ver hacia abajo. No quería ser más tajante con un "te asustaste al caerte" pero a decir verdad, ese grito le había llamado la atención para ingresar a la caverna y pensar que sus hombres se habían refugiado ahí.

-Venga, sube. No bajaré si no tengo luz. Lo que menos necesito ahora es caerme a un pozo y quebrarme una pierna como mínimo.-

De verdad las antorchas te odian.
Tal como un videojuego rpg, Yrys no irá a oscuras a la caverna así le pagues con monedas de oro. Si aceptas salir de la caverna, se da por terminada la aventura. Si aceptas entrar a oscuras...no sé si saldrás.
Recuerda, en un costado sientes movimiento de agua y por el otro es oscuridad extraña y fría.

Puedes hacer dos cosas. Como verás, estás en una caverna con varios caminos. Puedes volver a tratar de encender una antorcha e internarte en el interior de ese lugar o bien, aceptar que Yrys te ayude a salir.

Recuerda:

El dado de Daño cuenta con 10 caras y lo usaremos junto al dado de azar.
Tira el dado de daño:

Si sale de 1 a 4, no enciendes nada.
Si sale de 5 a 7 es una rama que se apagará en el próximo post.
Si sale de 7 a 9 puedes usar una antorcha hasta que se caiga al agua o pase algo que la apague.
Si sale 10 lograrás encender esa fogata y se mantendrá encendida.

Yo tiraré dado de posibilidad. Si saco fallo, no encuentro una soga con qué sacarte, si saco acierto, daré con algo que pueda servir.

De Caza por las Marcas

Con cada paso que daba, el caballero sentía que sus pies generaban un eco a su alrededor. A pesar del fuego, el frío dentro de la caverna era lascerante, como si estuviese en el mismísimo invierno bajo la tierra. Esta cripta era de viejo granito, carcomido y descolorido por humedades de generaciones. Excavado en la ladera, tan sólo la entrada de la estructura resultaba visible ahora gracias al resplandor de la antorcha. La puerta, un bloque pesado e imponente de piedra, colgaba sobre oxidados goznes de hierro,  y  se  encuentraba  entornada  de  forma  extraña  y  siniestra,  mediante  pesadas  cadenas  y candados.  

De repente, la visión de Bryen se encontró con varias formas en el suelo que parecían hechas en barro. La  residencia  del  linaje cuyos vástagos yacían en urnas malcolocadas. Algunas rotas y otras aun enteras, pero cubiertas de arena que el viento había dejado sobre ellas. En el suelo, había pequeños rastros de gotas de sangre y lo que parecía humedad, casi delineando un camino ante el tormenteño. Pero más allá, siguiendo ese camino, una ventisca con hedor a muerte llegó causando nauseas seguras a quien le oliese. Era como si por mucho tiempo, nadie hubiese ingresado ahí y no fue hasta que Lord Bryen Caron se acercó a las vasijas, que vio dentro de éstas polvo y debajo del polvo, algo más.

El movimiento dentro de una, como si debajo de la arena hubiese algo vivo fue inmediato y de repente, emergió de dentro de éstas, haciendo que se caiga la vasija entera partiendose, una alimaña conocida como cienpies con cola en punta. Pero al caerse aquello y salir la arena de su interior, el tormenteño distinguiría claramente lo que era el esqueleto pequeño de un niño de pecho, olvidado hacía saben los dioses cuanto tiempo ahí.

Y no había una vasija, había montones, todas acomodadas como si fuesen la invitación a la puerta que estaba abierta ante cualquiera que tuviese el coraje para pasar por ella.

De Caza por las Marcas

Así como el primer jarrón contenía huesos secos de lo que parecía un bebé, el segundo que Bryen rompió dejó caer lo mismo, esta vez, notándose claramente el craneo de una criatura. Pero en el tercero, entre los huesos y el polvo, un trozo de piedra cayó girando hasta llegar a los pies de Bryen Caron. Era redondo pero pesado, y extraño a los ojos de alguien como él.

Seguramente nunca había visto algo así en su vida y no tenía idea de qué podía ser pero su forma circular aunque no perfecta, era llamativa a cualquiera que le viese.

¿La tomaría o no? ¿Qué podría esconder esa cosa que no parecía natural y a la vez sí?

Si la tomas, tira un dado de azar. Dependiendo eso, te diré lo que es.

De Caza por las Marcas

Ese objeto parecía una piedra escamada que Bryen no lograba comprender de qué se trataba. En forma de cuñas hacia abajo, podía tomarlo entre ambas manos y sentir el peso de éste como si se tratase de roca sólida pero había algo que le llevaba a creer que eso en sus manos no era solo roca. La mente de Bryen voló lejos, a aquellos libros que tenía en las bibliotecas de Nocturnia, más que nada, los que hablaban de cosas que existieron y dejaron de existir. Trató de hacer memoria y solo por las escamas que poseía la roca, el hombre pensó seriamente y quizás en broma "un huevo de dragón".

Pero los dragones se habían extinguido y el peso de ese objeto era marcado. Podría ser un fósil. Podría ser algo que una vez fue y que luego había perdido su valor en los años que estuvo oculto debajo de la arena.

La puerta ante él, sostenida inevitablemente por pesadas cadenas de metal parecía llamarle y a la vez, tambien repelerle como si el frío del norte se encontrase encerrado en un mismo lugar. Bryen Caron había visto con sus propios ojos la locura en una ocasión, cuando el autoproclamado Hijo de la Tormenta, Jeor, le miró a los ojos con un gesto perturbado y gritó a viva voz que no habría esperanza y, en toda su vida como soldado, el hombre de Nocturnia nunca llegó a creerle hasta que estuvo ante esa puerta que podría llevarlo al mísmisimo infierno.

Al cruzar el umbral, ya no habría marcas de tierra o arena sino oscuridad pura, como si las paredes y el suelo estuviesen hechas de roca negra que opacaba incluso la llama que portaba en su antorcha. En un rincón de ese cuarto vacío vio la silueta de la bestia que le había atacado, muerta y tumbada en un charco de sangre. Y sin saber razones, el viento de ese interior le dio en la cara llevando dos palabras a su mente atormentada.

-No luz -

Fue entonces que sintió la roca en sus manos arder apenas ¿O quizás lo había imaginado? De cualquier forma, lo que sentía debajo de sus pies no era imaginación. Era como si esa piedra estuviese babosa, desagradable y helada como aquello que se esconde más atrás del Muro.

Si él se acercase a la bestia muerta, notaría que era un perro decrepito, con los dientes expuestos y los ojos velados, como si en el momento en que le atacó, ya hubiese estado ciego. Pero lo peor era el aroma. Un hedor tan a podrido que podía llevar a pensar que todo ese sitio era una tumba donde cuerpos habían sido deshechos y se habían envuelto alrededor de esa habitación rectangular.